Una crónica de: @luismanper
Si el pésimo partido que ha cuajado hoy el Real Madrid en el estadio de la Cerámica no nos resultara tan habitual, bien podríamos pensar que el equipo está inmerso en el espíritu de los regalos de Reyes que vivimos estos días, porque sólo se puede calificar como regalo la deplorable segunda mitad que ha ofrecido un Real Madrid que ha sido dominado en todo momento por un Villarreal, cuyo empate se veía venir… hasta que finalmente llegó de la manera más insólita con gol de cabeza de Cazorla, uno de los jugadores más bajos de la Liga que ha sufrido en los últimos años un rosario de lesiones que le tuvo al borde de la retirada del fútbol profesional, pero como no podía ser de otra manera ahí estábamos nosotros para resucitarlo y darle la noche de gloria que tanto se merecía, a la vez que volvemos a dejar en bandeja en pleno enero otra Liga más al Barça por enésima vez.
Salió Solari con su once de gala, siendo consciente de los peligros de este primer partido del año que tanto se nos atraganta en los últimos años, por lo que el once titular estuvo formado por Courtois en portería, Carvajal y Marcelo en los laterales con Sergio Ramos y Varane de centrales, Casemiro de eje flanqueado por Modric y Kroos, y arriba Lucas Vázquez y Bale por las bandas y Benzema como punta de ataque.
Pronto se vislumbró que el partido iba a ser complicado, pues a los pocos segundos de partido ya tuvo que parar Courtois con los pies un uno contra uno, pero en la siguiente jugada el Villarreal no perdonó y una basculación de Carvajal hacia el centro dejó solo a Cazorla en una esquina del área definiendo el asturiano con la calidad que sigue teniendo para poner el 1-0 en el marcador, afortunadamente el Real Madrid reaccionó rápido y un centro medido de Lucas Vázquez lo remató de cabeza Benzema lejos del alcance de Sergio Asenjo para empatar el encuentro, pero los goles en la primera mitad no iban a acabar ahí pues un córner fue cabeceado por Varane, y aunque en directo parecía que Asenjo no tendría problemas en atraparla, el balón acabó entrando para poner el 1-2, que estuvo a punto de ser aumentado por Modric rematando un rechace completamente solo pero ese tanto fue anulado por fuera de juego claro del Balón de Oro.
En los últimos minutos del primer tiempo llegó la innumerable lesión de Bale y aunque el galés pudo llegar al descanso muy renqueante, en la segunda mitad fue sustituido por Isco, a partir de ese momento todo fue de mal en peor, porque el Villarreal se hizo con el dominio absoluto del partido y aunque no creara peligro claro más allá de un cabezazo que salió rozando el poste de Courtois, su dominio era tan abrumador y el balón duraba tan poco al Real Madrid que todos sabíamos que el empate llegaría en cualquier momento, por si fuera poco el ultradefensivo cambio de Modric por Fede Valverde empeoró aún más la situación, por lo que empezaba a parecer un milagro que el Real Madrid acabara ganando este partido, temor que se confirmó cuando Lucas Vázquez robó un balón en tres cuartos de campo y después de regatear a 3 defensas se plantó solo ante el portero, y en vez de dar a Benzema el pase de la muerte cuando el francés solo tenía que empujarla, decidió jugársela él para encima tirar al muñeco por lo que Asenjo desbarató la única oportunidad que tuvimos en toda la segunda mitad.
El gol que todos temíamos llegó finalmente en los últimos 10 minutos, y llegó de la manera más insospechada con un centro al segundo palo desde la banda de Carvajal que cabeceó Cazorla a la red mientras Marcelo miraba como remataba y es que el partido del lateral brasileño ha sido absolutamente infame, pues no hizo nada bien en ataque (dispuso de una jugada de peligro en la que pudo dar un pase peligrosísimo pero decidió recortar hacia dentro para acabar estrellando su disparo en un defensa), y por supuesto tampoco hizo nada en defensa donde fue un coladero y una máquina de perder balones, si en esta plantilla rigiera los méritos Reguilón debería empezar a jugar desde ya.
Cuando nos empataron se acordó Solari que tenía en el banquillo un atacante como Vinicius, y en vez de sacarlo mucho antes cuando podía hacer daño al contraataque ante un equipo volcado como era en ese momento el Villarreal, lo sacó en el minuto 85 por lo que al extremo brasileño apenas le dio tiempo a tocar la pelota antes del final del partido en el que casi nos llevamos otro disgusto cuando Ekambi se plantó en un lateral del área pero afortunadamente su pase raso a la olla fue despejado por la defensa madridista para certificar el 2-2 y quedarse a 7 puntos más golaverage del Barça… en pleno enero.
En este 2019 que empezamos el Real Madrid sigue tirando Ligas en invierno, jugando fatal ante equipos que rondan los puestos de descenso si no están inmersos en ellos y, lo que es más preocupante sin ser capaz de cerrar los partidos antes de arrepentirnos. Mientras pasan los años, el equipo sigue priorizando unas competiciones sobre otras, y todo ello sin ninguna consecuencia más allá de fichar jóvenes promesas aún por explotar, mientras explotan el Barça seguirá ganando Ligas y nosotros jugándonos toda la temporada a la carta de la Champions, el año que la moneda salga cruz nos quedaremos en blanco, esperemos no llegar a ese punto en esta temporada y poder enderezar una dinámica que los jugadores no dan ninguna esperanza de poder cambiar.
Imagenes: realmadrid.com