Una crónica de: @danipuerto6
18-8. Ese fue el parcial de los primeros diez minutos de juego, de los cuales se puede extraer que el Madrid tenía claro que lo de Lugo no podía volver a pasar y partió de inicio con esa idea. UCAM Murcia, extraño en ellos, salió a verlas venir, muy “amigables” con su defensa y además de tremendamente erráticos en ataque. Con las rotaciones, el equipo de Juárez pareció querer cambiar la dinámica. Soko, Booker y un acertado Urtasun supusieron un lavado de cara a su juego, pero no al marcador. Laso, viejo zorro, entendió el momento que buscaba su rival y las entradas de Llull, Rudy y Thompkins, permitieron al Madrid seguir manteniendo esa ventaja tan cómoda entorno a los diez puntos y desconectar esa reacción en forma de puntos y competitividad que deseaban los pimentoneros. El Madrid, sin hacer grandes esfuerzos maniataba al UCAM en defensa y se proyectaba en ataque con solvencia.
Dos nombres sobresalieron por encima de todos los que jugaron en esa primera mitad: Edy Tavares y Trey Thompkins. Mientras el de Cabo Verde asustaba a todo jugador que vestido de rojo se acercaba al aro madridista, el americano se apostó en una esquina de la línea de tres murciana, hizo una marca en el suelo para no olvidar el sitio y desde ahí anotó la mitad de lo que tiró, rompiendo los esquemas defensivos de Juárez, que se movía más por la banda que muchos de sus jugadores en defensa. Así los doce puntos que los blancos se llevaron de ventaja a la caseta parecían incluso cortos para lo visto.
El partido por ritmo, parecía encaminarse a un “solteros vs casados” donde incluso se hubiera entendido a todos aquellos que se van antes del final para no pillar atascos, pero el UCAM dijo no. Y es que veinte minutos después del inicio del choque, habían llegado los de rojo al Wizink para jugar. El tercer acto nos demostró que los de Murcia son mucho más de lo que habían aparentado y más decididos, salieron sin complejos. Intensos en defensa, más finos en ataque y aprovechando la dejadez de los de Laso, emparejaron el partido. Con Soko y Booker lanzados, UCAM corría y anotaba, mientras los blancos no encontraban referentes, pues Tavares se había cargado de faltas y Trey estaba más y mejor vigilado. El Madrid seguía con su pasotismo habitual en liga sin darse cuenta de que el partido era otro, hasta el punto de que se vio cuatro abajo mediado el último cuarto.
Entonces, al verle las orejas al lobo, el Madrid quiso cambiar la dinámica. Otra vez apareció Thompkins, anotando para irse a los 22 puntos y con Llull de escudero, permitían a los blancos recuperar ventaja en el marcador. Mientras, un sobresaliente Askia Booker, Urtasun y Soko, mantenían a los de rojo en el partido. Pero el Madrid, ya sin Tavares, eliminado por faltas, tiró de veteranía para evitar otro susto, cerrando así el partido ante la desesperación murciana, que pocas veces ha tenido tan cerca una victoria en casa del Madrid. Al final, 80 – 74 para los de Laso en un partido que nadie recordará, uno más de liga donde el Madrid parece desconectar ese juego ultra competitivo que sí aparece en la Euroliga.
Imagenes: realmadrid.com