Una crónica de: @MiedoEscenico2
El único consuelo, después de un partido como el que ha disputado el Real Madrid contra el CSKA de Moscú en la última jornada de la fase de grupos de la UEFA Champions League, es que era el mejor momento para una cosa así. Una derrota intrascendente en términos prácticos, pero muy dolorosa en el ámbito anímico. Decía sabiamente @pepo2204 en la previa de El Diario de Mou que el partido serviría como “banco de pruebas para futuros compromisos”, además de “placebo para aquellos jugadores que están gozando de menos minutos”. ¿Quién podía no pensar una cosa así? Pues bien, el partido, que en términos positivos sólo podía servir para esas dos cosas, se acabó convirtiendo en un teatro de los horrores para el equipo blanco.
El Real Madrid sacó una alineación con rotaciones, como era de esperar. Odriozola en el lateral derecho, y Vallejo y Javi Sánchez, en la posición de centrales, acompañaban la vuelta de Marcelo al once inicial. Courtois defendía la portería, tras haber quedado como portero de Liga y Champions. En el centro del campo, Marcos Llorente repetía como medio centro, ayudado por Valverde en la posición de interior derecho e Isco en la izquierda; la delantera estaba formada por Asensio, que aparecía en el perfil derecho del ataque, Benzema y Vinicius Jr por el flanco izquierdo.
El partido empezó con dominio alterno, pero a los pocos minutos, el Real Madrid se apropió del balón y comenzó una sucesión de ataques que tuvieron, en su conjunto, el mismo final: nada. Un remate de Asensio que salió rozando la cruceta y otro que desvió Akinfeev a córner demostraban que el equipo blanco había salido a ganar el partido. Poco antes, el único peligro lo había llevado Vinicius Jr, con un remate por bajo que sacó el portero ruso, y un centro al que no llegó Benzema por poco. Una falta a Llorente en la frontal era otra de las oportunidades de que el Madrid disfrutó pero, sorprendentemente, la lanzó Isco a la barrera, siendo más apropiada para un perfil zurdo como Marco Asensio. La ocasión más clara de los madridistas llegaba en el minuto 31, en que Asensio, tras una pared con Vinicius Jr y una dejada de Benzema, fallaba en el toque con la izquierda y la daba floja con la derecha, mandando el balón a las manos de Akinfeev.
Dice un viejo proverbio futbolístico que el que perdona, lo paga, y el CSKA decidió hacerlo bueno. Comenzó a estirarse y, en el minuto 37, tras un desajuste defensivo, Chalov recibió de Sigurdsson, amagó el disparo con la derecha ante la débil oposición de Javi Sánchez, y lanzaba con la izquierda un remate no muy fuerte, pero colocado, al lado derecho de Courtois, que no podía evitar que el 0-1 subiera al marcador. Un par de aproximaciones al área rusa del Real Madrid sin peligro antecedieron al 0-2, que marcó Shchennikov, tras un rechace de Courtois, sin apenas oposición de la defensa blanca. Corría el minuto 42, y el resultado se mantuvo así hasta el descanso, en que en el Bernabéu se oyeron pitos para despedir al equipo.
Cinco minutos de caos defensivo madridista habían supuesto que el equipo ruso se fuera al descanso con una ventaja de dos goles, tras haber tirado menos a puerta que los blancos. En la primera parte, volvían a verse defectos y vicios que hemos visto con anterioridad, como la tendencia de Isco a retener el balón más de lo necesario, la de Asensio a rehuir los balones divididos, la de Benzema a buscar fuera del área el balón, dejando desierta la posición de remate, o la de Odriozola de correr y centrar sin demasiado criterio. Lo más destacable de la primera parte, especialmente en la fase de más dominio del equipo madridista, fueron la posibilidad de Marco Asensio de disparar en el movimiento hacia adentro desde la derecha, con dos remates muy peligrosos, y la solidez de la pareja Llorente-Valverde. De hecho, los dos goles del equipo ruso vinieron de atacar preferentemente la zona donde Valverde apoyaba menos al medio centro blanco, y éste se vio claramente superado por los atacantes rusos.
La segunda parte invitaba a pensar en un intento de remontar del Real Madrid, pero nada más lejos de la realidad. La primera noticia era la entrada de Gareth Bale en lugar de Karim Benzema, probablemente con la intención de aprovechar el disparo lejano del galés. El primer cuarto de hora, sin embargo, fue un tramo de ida y vuelta, con el Real Madrid llevando a cabo tímidas llegadas, y el CSKA aprovechando tramos de dominio para acercarse al marco defendido por Courtois. En el minuto 55, se daba una nueva jugada de peligro para el Real Madrid. Vinicius Jr. lanzaba un contragolpe y se iba deshaciendo de rivales hasta dejar el remate franco para el malagueño. Sin embargo, éste decidió hacer un recorte para asegurar el remate y, en ese margen, llegó un central del equipo ruso para desviar el disparo. A partir de aquí, y en los minutos siguientes, cada vez que Isco cogía el balón, se escuchaban silbidos por parte del público. Añadido a ello, las siguientes acciones del de Arroyo de la Miel estuvieron presididas por su tendencia a retener el balón y regatear, y tuvieron poco éxito, con lo que el ambiente se calentó aún más. Instantes después, Toni Kroos saltaba al campo en sustitución de Marcos Llorente, pero no se puede decir que el alemán mejorara el exceso el pobre juego ofensivo del equipo, lanzando centros al área que eran fácilmente despejados por una defensa bien colocada del CSKA. Valverde pasó a ser el medio centro defensivo, y tuvo que multiplicarse para ir al corte en los intentos de salida al contraataque del equipo ruso.
El equipo blanco seguía insistiendo, con una circulación lenta y previsible del balón, y con el equipo ruso colocado en dos líneas de defensa, con cinco y cuatro jugadores, que impedían pases verticales (nadie ocupaba el espacio entre líneas) y que les permitía hacer dos contra uno en cada intento de desborde por banda de Vinicius Jr. o de entrada por velocidad de Odriozola. Gareth Bale daba muestras de impotencia, moviéndose por todo el frente de ataque, pero sin alcanzar ningún balón en condiciones de crear peligro y, para más desgracia, se lesionó a la altura del tobillo derecho en un lance del juego. Tuvo que salir del terreno para ser atendido, y a su vuelta, continuó, pero con cierto tono renqueante. Faltando algo más de un cuarto de hora para el final, una nueva llegada del CSKA por su banda derecha acababa con un pase atrás de Vlasic que Sigurdsson enviaba, con un remate ajustado al palo, dentro de la portería de Courtois, estableciendo el 0-3 en el marcador. Carvajal entró sustituyendo a Marcelo para ese último cuarto de hora, y se llegó al final del partido con un Real Madrid incapaz de llegar con peligro y disparando desde fuera del área con nulo resultado, y el CSKA perdiendo tiempo haciendo los tres cambios.
Las probaturas que pudiera hacer Solari en este partido, desde luego, no han sido muy efectivas, salvo en el aspecto de tener claro lo que no tiene que hacer el equipo. Y los jugadores menos habituales, a excepción de Valverde en su incesante trabajo por todo el centro del campo, no demostraron nada que invite a pensar en su titularidad en los próximos partidos. Los únicos aspectos positivos que se pueden extraer del partido es que ha podido descansar una gran parte de los hombres en los que Solari estaba depositando la responsabilidad de la titularidad desde que asumió el cargo. Los dos centrales titulares, centrocampistas como Ceballos y Modric, y Lucas Vázquez, han tenido margen de recuperación para los próximos partidos. El desgaste de Carvajal no ha sido mucho (un cuarto de hora) e incluso Marcos Llorente ha jugado solamente una hora de partido, además de que Benzema y Bale (de cuyas molestias físicas veremos qué se deriva) han jugado medio partido cada uno. El otro aspecto positivo es que un batacazo como éste es preferible que se de cuando ya estás clasificado, y además como primero de grupo. Pero esto no debe hacernos olvidar que el juego en los dos últimos partidos no ha sido bueno, y que en el plazo de una semana el equipo madridista estará jugando la semifinal del Mundial de Clubes. Hace falta un toque de atención a la plantilla en su conjunto, y Solari apenas tiene plazo para decidir el once que tendrá que afrontar la competición internacional. De momento, el sábado se presenta el Rayo Vallecano en el Bernabéu y hoy el Madrid ha perdido su primera ventaja, porque el recibimiento del público probablemente no sea el mejor. En sus manos está revertir la situación y hacer que el madridismo se sienta orgulloso de su equipo.
Imagenes: realmadrid.com