Un articulo de: @ErZuru2000
Con la venia.
Y D. Francisco Román Alarcón Suárez cogió su fusil. Y el periocorporativismo rancio y casposo salió, como un solo hombre y en fila de a uno, en defensa del honor del compañero caído en batalla, un tal Diego Torres Romano. En twitter, @diegotorresro. Dos cuestiones me han llamado la atención de esta pelea desigual entre una sola persona (un futbolista, sin ningún medio que le sirva de altavoz) y un ejército de extraños seres (dueños de todos los altavoces), que lo mismo se burlan de un mendigo que te montan una ouija para que el espíritu de un jugador fallecido illo tempore les adelante el resultado de un partido.
1. Francisco hostió de manera inmisericorde a D. Romano, en la famosa rueda de prensa por todos archiconocida. Pero D. Francisco cometió el error de pedirles ayuda y apoyo para el mejor devenir de la selección. Este desliz fue aprovechado por el periocorporativismo para aclarar a D. Francisco que ellos no están allí para apoyar y ayudar, ellos están allí para buscar la verdaz (no confundir con la verdad) y contárnosla. Así se lo pude escuchar, en modo de épica declaración de principios (en un podcast del Sr. Richard Dees), a un tal Antoñito Romero. Para tal menester, hizo una soflama que ríanse ustedes de Al Pacino con aquello de las yardas y las pulgadas en Un domingo cualquiera.
Y, ¿qué es la verdaz? La verdaz es un animal mitológico, como el Pegaso o el Unicornio. Hace falta mucha fe y mucha dedicación. Y estar dispuesto a sufrir, padecer y a dejarse la piel en cada momento y lugar. Incluso a dejarse matar a base de lingotazos.
Buscando la verdaz. Ciertamente, tal y como nos aclaró Antoñito Romero, los heroicos soldados del ejército periocorporativista se han dejado la piel y la vida buscando la verdaz. Lo han hecho con entusiasmo, dedicación plena, delectación y entrega. Son tantos los relatos y los hechos que estos héroes (muchas veces anónimos) nos han dejado para la posteridad en su búsqueda de la verdaz, que necesitaríamos años de recopilación y de investigación documental para agruparlos y unificarlos en un solo documento, tratado o enciclopedia. Son tantas y tantas las hazañas que se me vienen a la memoria en estos momentos, que no puedo por menos que sentir un escalofrío ante tanto valor, gallardía, coraje y arrojo. Los pelos de los sobacos como escarpias. Los ojos humedecidos por la emoción. Un servidor no puede más que sentirse como un pequeño ser indigno, al compartir coetaneidad con algunos de estos grandes héroes. Compartir época con Manolete, Bobby o Pipi es un privilegio del que solo tomaremos conciencia cuando ya no estén. Y si no, vean un pequeño compendio que les refrescará la memoria.
A buscar la verdaz sobre hernias sangrantes se fue Oscar Campillo hace cinco años y cuando creía que ya la tenía entre sus manos, se le escabulló entre goles y títulos. Y para terminar de joder, va el Herniado y se da una costalá de padre y muy señor mío para uno de los goles más bellos de la historia. Y sin operar. Hasta Qatar se fue el bizarro Joaquín Maroto del As persiguiendo la verdaz, jugándose la vida, literalmente, para ver in situ las magníficas condiciones laborales de los trabajadores y dejándonos para la posteridad, un reportaje histórico sobre aires acondicionados y jacuzzis. Treinta años, treinta, estuvieron muchos de estos héroes anónimos investigando, escudriñando, persiguiendo y esclareciendo los actos corruptos de la Federación Española de Fútbol. Luchando contra todo y contra todos. Sin resultados. Dejándose la piel, el hígado y otras vísceras en asadores, bares de alterne y de luces de colores en la tortuosa búsqueda de ese soplo, ese confidente o esa prueba definitiva. Entre pelotazo y pelotazo, sacrificándose por todos nosotros, sus lectores y/u oyentes.
Cuando Sandrusco anunció que el fichaje de Neymar Junior & Senior fueron 57.1 y punto, el ejército de periocorporativistas se echó las manos a la cabeza y no se creyó nada. Buscaron la verdaz como si no hubiera un mañana. Desde Laponia hasta La Patagonia. Pero se les volvió a escabullir. ¡Qué mala suerte!
Y salió un feo asunto de tráfico de órganos. Había una conversación telefónica muy comprometedora. Y allí se fue nuestro ejército, inasequible al desaliento, buscando, otra vez, la verdaz. Pero les dijeron que no y que todo estaba bien. Aún así, siguieron investigando. Pero la verdaz se volvió a escapar. Ante tan feo asunto, más de uno se imaginó enterrado hasta las rodillas en un bloque de cemento en el fondo del río Ter. Pero ninguna amenaza es capaz de arredrar a gente del calado de Manolo Lama, Julito Pulido o Peperramón de la Morena, entre muchos otros.
Han investigado, lo sabemos, turbios temas como la compraventa de partidos, los maletines rodando de allá para acá, los escabrosos casos de dopaje, los fraudes de las apuestas o los sobornos en la Fifa para que cierto Mundial se vaya a celebrar en determinado sitio a 50 grados Celsius a la sombra. También buscaron la verdaz sobre Blatter y su alter ego en la Uefa, Platini. Y también sabemos que han investigado los tejemanejes de la filial de Roures en los USA. Todos los veranos investigan y consultan con diferentes fuentes los fichajes, las ventas o las cesiones. Y así nos mantienen informadísimos y no fallan ni una, oigan. No hay alineación que se les escape. La verdaz, ante todo. Y si alguna vez, en su ardua labor, chocan con alguna cuestión que escapa de su conocimiento y pericia, no se preocupen, se asesorarán con los mejores expertos en la materia. Todo sea por acercarnos la verdaz a todos sus clientes, nosotros. ¿Quién no recuerda el fichaje de Illarramendi y el IVA deducible o el fichaje de Bale y los intereses del pago aplazado?
Desgraciadamente, sea por fas o nefas, en todos estos casos (y en otros muchos) el infortunio se ha cebado con el periocoporativista. Todos sus esfuerzos han terminado en fracaso. Puede que fuera la mala suerte, la fatalidad o las conspiraciones, sea como fuere, el caso es que, a pesar de su indiscutible profesionalidad e instinto investigador, la verdaz nunca estuvo donde ellos siempre habían creído que la encontrarían. A pesar de que sus fundadas sospechas e indicios siempre les lleva a los mismos sitios.
Y así, siguiendo pistas y rastros, se han ido dando de bruces con la decepcionante realidad. La verdaz no estaba en los chuletones de buey de tres cuartos de kilo, ni en el fondo del vaso del cubata de ron con Mirinda Naranja, ni en el carajillo de Chinchón, ni en el sol y sombra. Tampoco estaba en la barra del bar de la Gran Vía. Ni en los sitios donde uno encuentra agradable compañía de alterne. No. Tampoco estaba en las dizque tertulias deportivas matinales o nocturnas. Ni en las sabias palabras de gurús como Angelito Cappa o Jorgito D’Alessandro. Tampoco estaba en el twitter. Bueno, en el twitter lo que hay es mucho cabrón que te la puede meter doblada. Ni en los grupos de amigotes del whatsapp. Ni el Facebook ni en Instagram. Ni en las largas sesiones de meditación y estudio, entre siesta y siesta, repasando datos, detalles o retazos que pasaron desapercibidos. Ni en las brainstorming con Miguelito, JJ Brotons, Cristóbal de Soria u otros filósofos de parecido prestigio. Menos aún en las discotecas, saraos y fiestorros de colegas. Por increíble que a todos ustedes les parezca, la verdaz nunca estuvo en esos sitios u otros similares. Tal vez por dicho motivo, fruto de la desesperación, a alguno no le quedó más remedio que recurrir a sesiones de Ouija o a tratar de entablar relación de amistad con un pobre mendigo, pensando que posiblemente fuere un agente doble.
Así llevan años, lustros y décadas. Llegando tarde por poco. Viendo como un juzgado, un periodista extranjero o uno de información general se les adelanta. A veces, incluso, un triste y humilde tuitero. A pesar de todo, la soflama reivindicativa que le soltó Antoñito Romero a D. Francisco, era sincera y sentida, pues ahí siguen inasequibles al desaliento, sin dar jamás por perdido un buen güisquito de 20 años o una interesante conversación en el D’Angelo. Dando la batalla. Estando donde hay que estar.
Desde este punto de vista, la rueda de prensa de D. Francisco, fue del todo inadmisible, pues son demasiados años de lucha para que un niñato de veintipocos años venga a decirte a lo que puedes o no puedes dedicar tu tiempo. Un intolerable ejercicio de intromisión en la profesionalidad de unos/as hombres/mujeres en constante lucha. Y como muestra, quede este magnífico botón:
La crítica. D. Francisco cometió otro desliz en su famosa rueda de prensa. Osó criticar la labor de un periocorporativista. Un altísimo porcentaje compañeros de armas se dio por aludido. Hoy por ti, mañana por mí, debieron pensar todos los susceptibles.
Si ustedes lo piensan detenidamente, el tema roza lo absurdo ya que, ¿por qué no iba a admitir la crítica, el sector de dizque profesionales que vive básica y fundamentalmente de criticar lo que otros hacen? Es curioso, al menos a mí me lo resulta. En un país de cotillas, en el que recibe estopa desde el Rey hasta el último manguta, ¿por qué no se va a poder criticar al cobarde que disfraza artículos de opinión como si fueran de información? ¿Qué prebendas tienen y quién se las ha dado?, o peor, ¿quién cojones se creen que son y en qué endogámico mundo viven? Pasen y vean su modo de asumir la crítica.
Con motivo de la presentación de Julen Lopetegui se convocó rueda de prensa en la que los periocorporativistas pudieron hacer preguntas. En su turno, el periocorportativista del As de la Ouija preguntó al entrenador si él creía que Cristiano Ronaldo (todavía jugador del Madrid) era el mejor jugador del mundo. Les recuerdo que estaban en la presentación del nuevo entrenador del Real Madrid. La pregunta no era pertinente ni adecuada. No añadía ninguna información relevante y dudo mucho que tuviera un mínimo de interés. Las quince personas que asistían al acto, y que no eran periocorporativistas, abuchearon la pregunta. Sin más. Nadie le impidió preguntar, nadie le acosó y, que yo sepa, finalizada la rueda de prensa, se marchó de allí sin que nadie le molestara. Fue la forma en la que unos simples aficionados ejercían su derecho a expresar su disconformidad con una manera de ejercer el dizque periodismo deportivo. Ni más ni menos. Y aquellos abucheos espontáneos sentaron muy mal en el gremio de periocorporativistas. Todos ellos, al unísono, los interpretaron como un intolerable intento de intromisión en su libertad de expresión y ejercicio profesional.
Como prueba, otro botón. Al día siguiente fui testigo de un infame programa de deportes, a eso de las tres de la tarde en la emisora de radio llamada esRadio. Su conductor, un tal Dieter Brandau calificó de repugnante (sic) la rueda de prensa, argumentando lo de la intromisión en la libertad de expresión y la falta de respeto a la labor de un profesional. Naturalmente, ese programa para mí murió en ese mismo instante. Dicho argumento, fue repetido cual loritos caseros, en todos los programas de deportes de todas las emisoras de radio. La libertad de expresión y la falta de respeto.
Pero hete aquí que el resto de mortales no tenemos a nuestra disposición alcachofas desde las que protestar y criticar, no nos queda más remedio que volcar nuestra indignación en esas redes sociales que tanto temen. Eso y borrar del dial el sectarismo y el corporativismo. ¿Dónde queda la libertad de expresión de esas quince personas que abuchearon una pregunta por considerarla estúpida? ¿Abuchear una pregunta es atentar contra la libertad de expresión y profesional? ¿Creen que somos gilipollas? Qué piel más fina, ¿no? Mucho pedir el respeto para el ejercicio de la profesión de periodista, pero ¿dónde está el respeto para el ejercicio de la profesión de futbolista? ¿Qué es más grave, que quince personas abucheen una pregunta ridícula o que un tal Vicente Azpirtarte califique despectivamente, en la referida emisora, a Gareth Bale como jugador de golf, entre las risas de los tertulianos? ¿Por qué el tipo del As de la Ouija sí merece respeto profesional y Gareth Bale (entre muchiiiiisiiiiimos otros) no lo merece?
Preguntas que no obtendrán respuestas porque ya se cuidan ellos de no dejarse preguntar. En cualquier caso, da igual, pues se contestase lo que se contestase con vacía retórica florida de por medio, lo único cierto en todo esto es que el nivel del periodismo deportivo que campea por España es infame por su nula profesionalidad y por su endogamia, única forma de protegerse de las críticas.
La piel fina, la caradura, la falta de respeto y quedar como un puto gañán, todo en uno. Vean otro caso.
¿Recuerdan? Lolo Lama crítica a Flóper por la destitución de Benítez y le contesta un visionario.
Cae la Decimotercera y Alvaro Arbeloa se descojona a la vista de ambos tuits.
Ea, ea, ea Lolo se cabrea.
Lolo se cabrea más.
Arbeloa se descojona aún más.
Finalmente, Lolo pierde los papeles.
Esta es la capacidad para asumir la crítica. Cero.
Seguro que todos ustedes recuerdan cuando en RMTV se estrenó 90minuti. Esto escribió David Gistau en el ABC.
“Un cuarto de hora después de que la Undécima lo haya situado en una posición ventajosa, Florentino Pérez arma un engendro para ejecutar venganzas personales y tratar de amedrentar periodistas de una forma menos subterránea que la suya habitual”.
Dos Champions más tarde, las “venganzas” apenas han surtido efecto, y el amedrentamiento ha sido tan atroz que casi todos siguen trabajando en el mismo sitio o similares y contando las mismas gilipolleces y soltando las mismas trolas. Y seguía Gistau con esto otro.
“Supongo que la masa social madridista –la que quede que no sea orgánica–, ahíta de Champions, está ahora demasiado apaciguada como para preguntarse si merece escándalo el hecho de que una parte presupuestaria del club se dedique al culto a la personalidad del presidente y a la guerra propagandística contra periodistas díscolos”.
Curiosamente, casi tres años después, el presidente apenas ha aparecido en el programa de marras. Las cosas de la secta y el corporativismo rancio.
Es groseramente repugnante que un gremio que se permite todo tipo de licencias e insultos con jugadores (El coletas, jugador de golf, Empané, el Cono, Tonto, Niñato, Peluka Modric, Serresiete, Casimiro Titulá, Khedira, Danilo, Coentrao, Keylor Navas), con entrenadores (nazi, monchito, alineador, el que no ganó a la Roda, es un poster, uno que pasaba por allí, traidor a España, deshonesto), con aficionados (yihad mourinhista, descerebraos, postizo infame) y con directivos (cuatrero, manirroto, caprichoso, psicópata, manipulador, los hilos, etc) tenga la piel tan fina cuando apenas se les roza. Un gremio capaz de levantarse en armas por un programa de humor que los ridiculiza, pero que se descojona de un chaval de 18 años tras ser agredido en un campo de fútbol. El mismo gremio que recibe con atronadora ovación a un entrenador después de haber intentado agredir a otro joven jugador del equipo rival después de perder una final.
El fabulador. Acabaré donde empecé, por Diego Torres Romano, que es de quién parte todo esto. Juzguen ustedes mismos. Juzguen sus comentarios y juzguen si la rancia caspa corporativa justifica su defensa a ultranza.
1. Isco. Viene de largo. De mucho más largo de lo que ya conocemos. Un visionario.
Esa manera tan suya de querer disfrazar de información lo que le sale de los cojones.
Creando buen ambiente alrededor del jugador.
2. Y Arbeloa. En una entrevista de Manuel Jabois para Jot Down.
El fabulador lee el titular y se hace el gracioso. Respetando.
El jugador le dedica una camiseta al presidente en el día de su retirada del Madrid. Y D. Romano le insulta.
3. Y Bale. La hernia y las mentiras. Hace cinco años. Se tenía que operar. Y las fuentes.
En vista de que el tema hernia no fructificaba, cambiemos de táctica. Otra vez las fuentes. Por cierto, ese día Bale marcó dos goles. Florentino sugería a Carletto.
Insistiendo en el tema, pero esta vez, al modo Ouija, valiéndose del espíritu de Juanito.
4.Hasta el pobre Pintus ha cobrado. El fabulador versión preparador físico. Está probado. Año 2016, la temporada en la que el Madrid acabó como un tiro. Liga y Champions. Arcaico Pintus.
5. Y de Pepe. De Luis Suárez, que sepa, nada de nada. ¿Miedo al régimen culeindependentista?.
6. Y Mourinho, claro, al que la prensa nunca acosó.
Estuvimos a punto de padecer una extraña guerra civil entre españoles y portugueses. Él nos avisó a toro pasado. Pepe a las órdenes del general Mou. Qué cosas.
Y el Dedo. Y Mourinho comiéndose niños crudos cuando nadie le veía. De los pescozones del Cholo a un árbitro asistente o su fallida agresión a un joven jugador, nada. Es paisano.
Y Lass acojona a Mourinho. Él lo sabe, estuvo allí. Las frases, entrecomilladas.
Cómo no, el incunable. El Red Bull con frutas del bosque y Granero que estaba en su casa.
El día en el que Mou casi acaba con Zidane. Romano lo sabe, las paredes hablan. Le disuadió.
El macarra culpable del odio que suscita el Madrid. Menos que se fue y ya nadie nos odia. Empezando por D. Romano, que adora al club, presidente, entrenador y jugadores. Y afición, claro.
7. Y Mbappé. Esto no lo mejora ni el Manolete. Y Mbappé quería y Florentino temía. Y las culpas a Bale y Cristiano.
8. Y, por supuesto, Lopetegui. Mendes, tirando de influencia gracias a sus magníficas relaciones (como todo el mundo sabe) con Floper, consigue colocar a Lopetegui en el Madrid. Lo dicen fuentes de Gestifute y un primo lejano de Lope.
Y aquí en plan muy, muy, muy miserable. Cosa que ya le intuíamos.
9. Y Cristiano. Tampoco le caía muy bien. Ahora lo sabemos. La estrella de hojalata.
Y Cristiano escondiéndose en los penaltis.
Y había empleados que sabían y se lo contaron a él.
10. El presupuesto. Ejerciendo de Cholo y escocido por la apabullante final de la Decimosegunda. No hubo tuit presupuestario cuando la Juve eliminó al Barça (¿miedo al régimen culéindependentista). Me he ahorrado el gráfico que acompañaba al tuit.
11. Romano en plan vengativo al votar en los premios The Best, tras ser fumigado de la información del Real Madrid en El País. Objetividad al poder.
12. Muy enfadado con Manuel Jabois cuando éste se descojonó de Xavi Hernández en el mítico artículo “La tecnología Xavi”.
13. El VAR. El VAR después de la Decimotercera. Ni antes ni después. Trece son demasiadas. La tiene entre el esófago y el duodeno.
14. Y Casillas. D. Romano lo echó del Oporto hace año y medio largo. Renovó y sigue. Cachis.
15. El ibrahimovic negro y el pobre Odegaard que pasaba por allí. Nadie escapa de las garras del miserable. Obviamente de Halilovic, que costó el doble que Odegaard, Romano no dice ni pio.
16. Y Zidane y Enzo. Dice un testigo. Se lo dijo Pérez, que estuvo en Mallorca…
Zidane y Deschamps, campeón de Europa y campeón del Mundo, respectivamente. Esos apestosos entrenadores amarreteguis. No como mi amigo Pep.
El consejo de Veronique a su churri. Hay que colocar a los niños. Sácate el título. Romano, lo sabe, se lo dijo Rin Tin Tin, el perro de los Zidane.
17. Y lo mejor. Extracto de una conversación en la Ser entre Romano y Carmen Colino.
Ante esto último, no tengo más que añadir. Gracias por llegar hasta aquí.
Incomensurable, como siempre.