Una previa de: Nilo Campo Santos
Cuando se llega a una fase final, y más cuando la FIFA es la organizadora del evento, se supone que los árbitros designados para el mismo son de los mejores, pero me da que lo que hace la FIFA en el Mundial de Clubes es usar este torneo como conejillo de indias. Lo está haciendo con el VAR y lo de los árbitros pienso que también. Ya lo vimos en la semifinal con el colegiado brasileño Ricci y me da que lo veremos en la Final, entre el Gremio y el R. Madrid, para el que ha sido designado el mexicano, César Arturo Ramos.
César Arturo Ramos Palazuelos, nacido el 15 de diciembre de 1983, es un árbitro de fútbol profesional mexicano de primera, desde la temporada 2011/2012 y árbitro FIFA desde el 2014. Lleva dirigidos 27 partidos internacionales, incluido el Al Jazira – Urawa Red de segunda ronda de esta competición, y será el representante arbitral de México en el Mundial de Rusia.
Sus números en estos 27 encuentros internacionales son:
Trece victorias locales, once empates y tan solo 2 victorias visitantes.
Cuatro penaltis señalados, dos favorables a equipos locales y dos a los visitantes.
Tres tarjetas rojas, las tres para jugadores visitantes.
Setenta y siete tarjetas amarillas, 28 para locales y 49 a los visitantes.
Si nos atenemos a estos datos, se ve claramente que es un árbitro “paloma” y por si quedaba alguna duda, recientemente fue el encargado de pitar el encuentro Costa Rica – Honduras de clasificación para el Mundial de Rusia. Clasificación que alcanzaba Costa Rica al lograr empatar en los más de seis minutos de prolongación. Ya en el minuto 76 había perdonado una clara expulsión al jugador tico, Christian Gamboa, por agresión sin balón de por medio, al jugador hondureño Emilio Izaguirre. Al final concedió 6 minutos de prolongación, pero fueron 9 los minutos de descuento. Tiempo en el que Costa Rica logro empatar el encuentro y con ello sellar su clasificación para la Copa del Mundo de Rusia.
Poco más hay que añadir, solamente desearle suerte, que sepa ser neutral y que imparta justicia, es lo que se le debe exigir a todo árbitro. Lo mismos deseos para los encargados de controlar el VAR. A estos además, celeridad y coherencia en sus decisiones.