OPINIÓN | Algo pasa con Bale

Un articulo de: @luismanper

Ayer conocimos la noticia de la enésima lesión muscular de Gareth Bale, y la verdad es que su caso empieza a adquirir tintes de drama porque desde que un defensor uruguayo del Sporting de Lisboa le rompió el tobillo de un pisotón hace casi un año, lo del galés ha sido un calvario permanente que amenaza con dejar a uno de los mejores jugadores del mundo cuando está en forma, a la altura de jugadores que a pesar de su talento fracasaron en el Real Madrid debido a tener un cuerpo de cristal, como Prosinevski o el más reciente Robben.

No voy a negar, porque sólo me engañaría a mí mismo, que Bale siempre ha sido uno de mis jugadores favoritos desde que jugaba en el Tottenham quizá porque cuando está al 100% encaja perfectamente en el fútbol rápido y vertiginoso que en mi caso personal, es el que más me llena y con el que más disfruto. Pero lo que nos diferencia a los mojabragas a los que sólo amamos al club por encima de todo es no negar la realidad, y la dura realidad actual es que Bale no ha parado de encadenar lesiones y su situación ha empezado a ser insostenible, porque cuando no recae en plena recuperación como ha ocurrido en este caso recae a los pocos partidos de volver como ocurrió en su anterior lesión ante el Borussia Dortmund, dónde cuajó un gran partido pero desde el que no ha vuelto a jugar ningún minuto.

Tiene que ser desesperante para el propio jugador verse lesionado una y otra vez, y comprobar que lo ha probado todo para terminar con las lesiones pero que todo eso le sirve de poco. Hay que recordar que el jugador galés regresó a los terrenos de juego en febrero tras la lesión de tobillo que antes mencionaba y que el año pasado por estas fechas le produjo Sebastian Coates, pero poco después recayó y Zidane decidió forzar su recuperación para que jugase el Clásico del pasado mes de abril y lo único que consiguió fue jugar con 10 durante 35 minutos hasta que Bale fue sustituido, perdiéndose lo que restaba de temporada hasta reaparecer en los últimos minutos de la final de Champions disputada en su tierra natal.

Este verano vimos al propio jugador galés reconocer que el pasado año había forzado para intentar reaparecer lo antes posible y eso le perjudicó mucho a su salud porque le provocó diversas recaídas, pero algunos nos vendieron la moto de que el hecho de hacer la pretemporada desde su comienzo con el equipo le iba a ayudar a ponerse a tono físicamente para el resto del año, pero nada más lejos de la realidad pues Bale sigue recayendo una y otra vez y está muy lejos de mostrar ese nivel que demostró el año que ganamos la Undécima en la que se echó al equipo a la espalda en unos momentos en los que Cristiano se perdió algunos partidos por lesión y estaba lejos de su mejor nivel físico.

No obstante, tengo que reconocer que a Bale se le está acabando el tiempo en el Real Madrid, porque un club de esta talla no puede esperar a un jugador que está lesionado día sí  y día también no equivale a comprar la absurda e indignante campaña que tienen contra él los medios de comunicación españoles por su habitual chovinismo y sobreexaltación de cualquier jugador español y posterior linchamiento a cualquier jugador extranjero que le dispute el puesto. Decir que Bale es un freno para la progresión de jugadores como Asensio es una idiotez de tal calibre, que sólo hay que repasar las últimas alineaciones de los partidos más recientes para ver que Asensio ha sido suplente en varios partidos, a pesar de que Bale esté de baja desde finales de septiembre.

Pero la patraña más repetida en los últimos días por el periogolfismo patrio, es la que culpa a Bale y de paso al club por no venderle, de que el pasado verano no llegase Mbappé. El joven jugador francés no fichó por el Real Madrid porque no le dio la gana, porque el Real Madrid se tiró tras sus pasos todo el verano y primero mareó la perdiz mientras el club esperaba a que se decidiera a pesar de perder otras opciones en la delantera (este último es el gran error de la planificación de la plantilla de esta temporada y lo estamos pagando con creces), y cuando se decidió a salir del Mónaco sus opciones quedaron reducidas al PSG y al Barça que en los últimos días de agosto, buscaba desesperadamente un fichaje mediático que llenase el vacío que dejó Neymar y que estuvo a punto de llevarse a Kylian, pero finalmente el jugador galo se decantó por el equipo parisino porque le aseguraba la titularidad.

Así que si un jugador de 19 años por muy prometedor que sea renuncia a fichar por el Real Madrid, porque no tiene asegurada la titularidad indiscutible, no merece que la gente llore por él por las esquinas y menos que culpe a jugadores actuales de la plantilla de que el joven jugador francés eligiese otro equipo. Yo personalmente, valoro más el madridismo de Mariano Díaz, que este año se está saliendo en el Lyon, pero que el año pasado decidió quedarse en el equipo a luchar por un puesto sabiendo que partía como teórico tercer delantero, que un jugador como Mbappé que renuncia a fichar por el Real Madrid porque no le garantiza la titularidad indiscutible como si fuera ya Balón de Oro.

Volviendo al tema de Bale, como en muchas otras facetas de la vida en el equilibrio está la virtud y no es ni mucho incompatible reconocer que las lesiones continuas le están impidiendo triunfar en el Real Madrid y que va a tener que cambiar mucho su situación para que no se quede en el recuerdo como un jugador que tenía todas las condiciones para triunfar en el Real Madrid, pero que su fragilidad muscular lo impidió. Hay que refutar y despreciar la campaña mediática que aprovecha que el Pisuerga pasa por Valladolid para intentar convencernos que el precio en el mercado de Bale baja 10 millones al día, porque una página web especializada que estará igual de corrompida que su periódico o su cadena de radio o televisión lo estudia y lo dice.

Sólo me queda desear que el jugador galés se recupere de una vez por todas y que vuelva a sacar todo el fútbol que tiene dentro, que ha exhibido en contadas ocasiones tanto con nuestro equipo en diversas finales de Copa del Rey y de Champions como llevando a la selección de Gales a la semifinal de la pasada Eurocopa, sin embargo si se cumplen los peores presagios y su calvario de lesiones no termina tiene que ser vendido lo antes posible, porque va a llegar un momento (si es que no ha llegado ya) que las pocas veces que juegue lo haga acojonado por el miedo a volverse a romper, y en ese caso, ni jugando ni sin jugar podría ofrecer que llevó al club a comprarle en 2013 pagando 100 millones de euros. De aquí a final de temporada tiene el galés para demostrarse a sí mismo y a todos nosotros que es más fuerte que sus lesiones y que aún le queda tiempo para triunfar en nuestro querido Real Madrid.