Un articulo de: @chimo21965
Nadie habla hoy de cuantos hospitales se pueden abrir y mantener con unos 150 millones de euros o que esta es una cantidad de dinero tan enorme y desproporcionada que no puede entenderse como se pueda gastar en algo que no sea aliviar el paro, ayudar a los miles de conciudadanos que se quedaron sin hogar, o llenar los comedores sociales con alimentos para la gente que lo está pasando muy mal después de la crisis.
No me puedo creer que todos los «periolistos» de este país miren ahora para otro lado, dado que la millonada en cuestión se la ha gastado el Barça y no el Madrid en un jugador. No se dirá nada para criticar la gran cantidad de dinero que la directiva culé se ha gastado ya este verano, (unos 200 millones de euros y todavía les faltan fichajes), pero por el contrario para críticar al Real Madrid les vale todo y no solo a ellos, incluso el clero de Cataluña puede opinar y poner el grito en el cielo, quien no recuerda las palabras de la monja diabólica y del obispo de Barcelona.
Si el Madrid hubiera fichado a Mbappé , le criticarían porque es inaudito y desproporcionado gastar ese dineral, un dinero que genera y administra el propio club y que sale directamente de los presupuestos del Real Madrid. Si no se le ficha se dice entonces que es porque no hay un euro, porque no quieren fichar a nadie que pueda competir con la BBC, porque no hay dirección deportiva o porque Florentino es un mal gestor. El año pasado se dio ésta circunstancia con Pogba, jugador que en el mercado futbolístico se valoraba en 120 millones de euros. Tras el interés del Real Madrid en su contratación, saltarón las alarmas en gran parte de la prensa patria. Para algunos era necesaria su contratación pero por otra parte el precio era desorbitado, de haberse producido el fichaje ese hubiera sido su argumento para sacudir a nuestro club obviando su primera argumentación.
La prensa deportiva siempre gana, criticando una cosa y su contraria, sin duda es penoso ver el nulo criterio que tienen. Viva la doble moral de los que se llaman a sí mismos «la mejor prensa deportiva del mundo», no tienen credibilidad alguna y no se dan cuenta que atacando siempre y por sistema al equipo con más seguidores del mundo lo que conlleva a medio y largo plazo es ganarse el máximo de enemigos.