Una crónica de: @Javirodespi – planetacb
El Real Madrid afrontaba su partido ante Morabanc en plan reválida por aquello de cómo iba a responder el equipo ante la decepción de la Final Four y lo cierto es que ni hubo resaca europea, tampoco tuvimos prórroga por primera vez en los partidos ante Andorra y, para más gusto madridista, Llull batió el récord de asistencias en un playoff ACB con 15, lo que se dice una noche completa.
Foto: Virginia Pacheco / Planetacb
El detalle de capitán a joven
Dentro de los detalles que pudimos observar en el inicio, con una pobre entrada a lo que estamos acostumbrados, con solo 8.076 almas en el WiZink Center, nos vamos a quedar con dos, la comunión de la afición con el equipo con la decepción normal de la derrota en Euroliga pero animando desde el minuto uno y en segundo lugar, el bonito detalle del capitán del Real Madrid, Felipe Reyes, entregando el premio de mejor joven a Luka Doncic.
Ganas de agradar
Ambos equipos nos demostraron que saben jugar a esto y que la especulación no va con ellos, ritmo rápido, posesiones cortas y un partido donde el que no corría tenía todas las papeletas de salir mal parado, el problema es que estábamos entre esa fina línea de define el juego alegre del correcalles, pero bueno, la gente se lo pasaba bien en un primer cuarto donde Taylor mostró su potencial cuando es directo al aro (6 puntos así) y Shermandini, con 9 puntos le ponía las cosas difíciles a Ayón, ganándole hasta tres duelos individuales en 1×1, (25-19).
Superados
Toda la buena impresión que había dado Andorra en el primer cuarto, desapareció por completo en la continuación, se vio completamente superado hasta el punto de errores tremendamente infantiles como pérdidas absurdas en un saque tras canasta, dobles o pasos en contraataques y todo ello era castigado con dureza con los blancos que encontraron en Hunter el antídoto Shermandini, con gran compañía de Felipe Reyes y sin que nadie del equipo del Principado pudiera poner alguna oposición que le supusiera marcharse al descanso con una desventaja de 14 puntos abajo, (52-38).
Foto: Virginia Pacheco / Planetacb
El show de Randolph
Si hubo un jugador determinante para, no solo mantener, sino aumentar la ventaja del Real Madrid en la continuación, ese fue Anthony Randolph, fastidiado por su 0 de la primera mitad, salió con ganas de resarcirse y con diez puntos en los cinco primeros minutos (14 al final de cuarto) desarboló completamente a Andorra con el lujo de anotar en poste bajo como si le defendieran liliputienses en vez de equipo de Joan Peñarroya, originando que, en un abrir y cerrar de ojos, el marcador se nos fuera con más de veinte por arriba los locales y dejando el último cuarto con todo sentenciado ya, (83-56).
El detalle de Llull
No podemos pasar por alto el detalle de Sergio Llull, absoluto ejemplo de deportividad cuando un golpe sufrido por Jelinek le dejó en el suelo y el capitán menorquín, en vez de lanzar a canasta, decidió por cuenta suya parar el juego para que fuera atendido, un detalle que le honra y que, sumado a ese récord (personal y de playoff con sus 15 asistencias) hace que se merezca este párrafo en el día de hoy.
Dejar pasar el tiempo
Poco le podemos contar del último periodo, simplemente dejar pasar el tiempo mientras las aficiones más animosas del Madrid se dedicaban a corear a los jugadores. Ahora toca pensar en el próximo encuentro para el viernes a las 20h. en Andorra, una pelea que se antoja diferente a la de hoy, salvo que Morabanc ya haya considerado que su temporada ha llegado a su fin y, sin duda alguna, de forma más que exitosa, cosa que dudamos que haga.
Lo que suceda, pues ya lo saben, estaremos aquí para contárselo, pero, mientras eso llega, ya saben, no se olviden de sonreír que hace mucho calor y eso es de agradecer.