Una crónica de: @Javirodespi – planetacb
El Real Madrid no consiguió certificar su clasificación para playoffs de forma matemática y tendrá que esperar a ver qué hace Darussafaka (si pierde en esta jornada ante Panathinaikos) o conseguir la victoria ante Estrella Roja el próximo viernes, así que todo es cuestión de tiempo y no es necesario que salte ninguna alarma ante una derrota que, cierto es, fue inesperada y que casi vuelve a dar una lección de heroicidad de un equipo que, en esta ocasión, murió en la orilla turca.
Lo que menos le gusta a los entrenadores
Ni Llull, ni Doncic, la titularidad en el puesto de base fue para Dontaye Draper que se vio envuelto en una locura de partido en donde una de sus habilidades como es la defensa, brillaba por su ausencia para ambos conjuntos, dedicados a crear juego de dos maneras diversas, los locales acaparando el lanzamiento desde el triple, mientras que los visitantes, mostrando muchas más variantes en el juego de ataque pero con más velocidad en sus acciones, de ahí pudimos ver excelentes transiciones, buen movimiento de balón y un partido muy del gusto del espectador pero no tanto de los entrenadores ya que la parcela defensiva estaba de vacaciones.
El día de los despistes
En esta dinámica de juego, uno podría pensar que el Real Madrid sería dueño y señor del tempo del partido, sin embargo, nada más lejos de la realidad, el Galatasaray aprovechaba lo muchos fallos del equipo blanco en lecturas defensivas y que dejaban a Alex Tyus sobrevolar por la zona sin prácticamente problema y menos mal que en los blancos, Luka Doncic controlaba bien el juego sirviendo puntos, asistencias y rebotes, mientras que Llull se nos adornaba con alguna canasta de las suyas, todo eso nos dejaba una segunda parte de temática incierta.
Foto: Euroleague.net
Un baño turco
Terriblemente mal le sentó la vuelta al partido para el Real Madrid, vimos un equipo sin ninguna idea en ataque y con tal endeblez defensiva que permitió a Tibor Pleiss convertirse en un referente que parecía ser poseído por el espíritu de Shaquille O’Neal sacando inclusives 2+1 ante un Hunter que parecía más de papel que el fornido guerrero que nos tiene acostumbado, las cosas por el exterior no marchaban mejor y Diebler machacaba una y otra vez desde el 6.75, así que no se extrañen cuando vimos que el colista de Euroliga ganaba al líder por nada menos que 18 puntos de ventaja cuando quedaban solo quince minutos para acabar el partido.
Una épica fallida
Todo lo que hemos dicho para el tercer cuarto referido al Galatasaray, nos vale para lo que vimos del Real Madrid en el último período, inclusive en cuanto a tanteo (24-14 y 14-24 fueron los parciales de los dos últimos cuartos), y es que teníamos ya preparada la crónica para hablar de la épica, del espíritu de remontada, del no dejarse nunca por vencido e inclusive ya teníamos puestas las ideas en el «horno» cuando vimos a Randolph tomar responsabilidades, a Carroll mostrar su acierto de tirador o, nuevamente, a Luka Doncic cogiendo la manija en ataque y, si bien en esta ocasión sí se pusieron por delante, no como pasó como con Herbalife Gran Canaria el domingo, nuevamente fallos puntuales dieron la victoria al Galatasaray en el carrusel que se convierte un partido tan ajustado, de ejemplos ponemos a Randolph perdiendo un balón claro o un mal cierre de rebote defensivo (dos veces seguidas) que permitió un ataque larguísimo turco y llevarse una victoria que, después de publicar esto, seguirán celebrando en el Abdi Ipekci de Estambul.
Así terminamos hoy que el sábado tenemos duelo de líderes, el Madrid sumó su segunda derrota consecutiva en este 2017 y ya viaja camino de Tenerife en busca de retomar el primer puesto en ACB, así que disfruten hasta que eso llegue y, ya saben, no me dejen de sonreír.