OPINIÓN | Cobro de deudas

Un articulo de: @pepo2204

Pues sí. Por si alguien tenía alguna duda el Real Madrid Baloncesto se ha vuelto a proclamar Campeón de Liga. Nada menos que por trigésimo cuarta vez a lo largo de su historia. Además en una temporada – otra más – antológica en la que este equipo ya se había hecho con el título de Campeón de Europa. Eso hace que sea momento de hacer unas pocas precisiones y pasar al cobro alguna factura, ahora que se acerca el momento de recibir la paga de verano.

Por un lado estamos ante la gesta de un equipo que ha tenido que pelear contra la adversidad en forma de lesiones de una gran parte de la plantilla, llegando a tener un quinteto titular fuera de combate durante varias fases de la temporada; de hecho, el bueno de Ongjen Kuzmic aún permanece en el dique seco. Así, pasaron por la enfermería Randolph, Facu Campazzo, Ayón, Rudy, y por supuesto Sergio Lull, recuperado felizmente hace tan sólo unas semanas de su rotura del cruzado. Tanto infortunio en forma de lesión hubiera sido inasumible para cualquier equipo, pero no señores: no para este Real Madrid.

Un Real Madrid que ganó la Euroliga haciendo frente en la Final Four de Belgrado a equipos que le superaban con mucho en lo que a presupuesto se refiere. CSKA y Fenerbah¢e eran los grandes favoritos a hacerse con el máximo galardón europeo de clubes y sucumbieron ante el rodillo, no monetario, sino baloncestístico del Real Madrid. Un Madrid que se metió en esa F4 tras superar al Panathinaikos con el factor cancha en contra después de una maniobra chusquera de Olympiacos que acabó en triple empate que perjudicó a los blancos. Y hablamos de una Euroliga en la que participaban por primera vez cinco equipos de la ACB, entre los que se encontraban los dos finalistas de la Liga. Pero además de ellos estaba el «todopoderoso» FC Barcelona; un Barcelona cuyo fracaso en esta competición a la que presuntamente aspiraba de inicio, fue estrepitoso tras coquetear durante la temporada regular con el farolillo rojo, por más que esta penosa actuación fuera silenciada mediáticamente hablando, inclusive con lío de banquillo incluido.

Un Barcelona que fue quien privó a los merengues de obtener el único gran título que se ha escapado esta temporada – si dejamos a salvo la Supercopa – : La Copa del Rey. Y aún así, y a pesar de no ser posiblemente uno de los mejores partidos del equipo blanco, los azulgranas sólo pudieron doblegar al Madrid gracias a que en el último segundo ¡Ay Peruga! los árbitros no señalaron una falta clamorosa a Taylor mientras lanzaba a canasta

Y eso fue posible porque como llevo repitiendo más que el ajo a lo largo de la temporada, este Real Madrid compite los partidos hasta el final. Y eso, guste a quien guste y pese a quien pese, es responsabilidad de Pablo Laso. Y digo pese a quien pese porque en este universo madridista de nuevo cuño en el que hay «haters», el entrenador del Madrid es posiblemente – a mi juicio, claro está – uno de los más injustamente tratados.

Claro está que Laso no todo lo hace bien, como nadie en este santo mundo, pero no hay como darse una vuelta por las redes sociales si uno se encuentra feliz pero lo que quiere es rebajar su estado anímico en pocos segundos. Por veces ha dado la sensación de que el Madrid había perdido todos los títulos en juego e inclusive que ni siquiera se había logrado clasificar para el Play Off. Y es que las críticas desaforadas al entrenador del Real Madrid resultan a veces tan injustas como lejanas a la realidad, ya que desde su llegada al Club este entrenador ha ganado nada más y nada menos que ¡Quince títulos! devolviendo al Madrid al sitio donde siempre debió estar. Por eso, una vez finalizada esta temporada, o temporadón no os vayáis a cortar ahora, los «haters» de Pablo Laso han buscado cobijo en el lugar más alejado posible de la órbita terrestre o en una de esas cuevas donde suele guarecerse quien queda en evidencia de forma tan meridiana.

Por otro lado, el Madrid tiene que pelear – como su hermano mayor – contra el antimadridismo reinante. Antimadridismo que se pone de manifiesto en ocasiones como la de ayer ante la «deportividad exquisita» exhibida por la afición del Baskonia cuando los merengues recibían el trofeo de Campeones. Pero si bien en este caso puede llegar a ser disculpable, ha quedado de manifiesto cuando no se ha permitido a Madrid ser sede de la Copa del Rey del próximo año por parte de la asamblea de la ACB.

Decisión asumible por parte de los equipos de las ciudades candidatas, pero que no tiene un pase cuando viene de un equipo – ése que pudo ser farolillo rojo en la Euroliga – que alude «razones deportivas» para su negativa. Y decisión incomprensible por parte de otros clubes, que sin ser manifiestamente antimadridistas fomentan ese antimadridismo latente e impiden por un lado que la capital de España, perfectamente preparada para ello, pueda celebrar un evento de esta magnitud que parece vedado a unas pocas ciudades y que Fuenlabrada o Estudiantes por otro, puedan tener opción a una plaza en esa deseada Copa del Rey. Además este año hubiera sido un premio u homenaje al Campeón de Europa, pero ya se sabe que homenaje y Real Madrid son palabras que hacen que salga sarpullido a quien las pronuncia.

Y por último, también tiene que luchar este Madrid contra lo que supone ser el «hermano pequeño» del fútbol. Situación que se ve reflejada por ejemplo en la tienda del Club donde los productos del baloncesto ocupan un lugar poco menos que residual en un espacio oculto y reducido de la misma. Deportivamente se percibe en cambios de horarios supeditados al fútbol y de forma más notoria en la poca ayuda por parte del Club que tienen los aficionados para poderse desplazar a acompañar al equipo. Las finales de Belgrado y Gran Canaria son fieles ejemplos en los que las dos principales Peñas del Real Madrid Baloncesto, tanto Berserkers como Ojos del Tigre han hecho auténtico encaje de bolillos para finalmente estar con los jugadores y darles el aliento necesario para conseguir los títulos.

Por eso, en lo que sí se parecen las dos secciones del Club es en que parecen luchar solos contra todos. En eso y en que a pesar de los pesares son Campeones de Europa. Y la de baloncesto, desde ayer también de Liga. Ahí es nada.