Una crónica de: @elcarrildel2
El Real Madrid se ha impuesto (75-80) al Manresa, en el partido correspondiente a la Jornada 19 de la Temporada Regular de la Liga ACB, disputado en el Pabellón Nou Congost, de la ciudad catalana, que registró un lleno absoluto.
Fue una victoria sufrida. Hasta el último minuto, quizás incluso menos, no supimos quién se iba a llevar el triunfo. Continuó el Real Madrid por la senda emprendida hace ya varios partidos, de mal juego y graves carencias en casi todos los apartados. A la postre, debe el equipo recurrir a la individualidad como único recurso.
El mal momento de muchos jugadores es llamativo. Carroll está muy alejado de sus mejores días, al igual que Causeur, que incluso deja entrever en algunos lances del juego falta de concentración. Laprovittola ha pasado a ser casi testimonial, al igual que Felipe Reyes. Testimonial del todo es Mejri. A los anteriores sumamos a los lesionados Randolph y Rudy. Sergio Llull está atravesando un desierto muy muy largo, al punto de que en muchos minutos de juego resta más que suma, con una dirección errática donde todo parece terminar en un tiro de tres en desventaja.
Únicamente el Facu, que hoy solo pudo estar en cancha veinte minutos, lastrado por tres faltas personales cometidas demasiado pronto, más Deck y Tavares, son capaces de mantener una línea uniforme los cuarenta minutos. Hasta los siempre fiables Tompkins y Taylor parecen atascados en sus evoluciones.
Y eso que hoy salimos lanzados a por el partido. En un plis plás, estábamos doce arriba (10-24) con Carroll y Deck asumiento protagonismo en ataque, muy acertados ambos. Se sentó entonces Campazzo (a falta de tres minutos) dando el relevo a Llull. De un parcial de 0-10 pasamos a otro de 7-0, para dejar el marcador final del primer cuarto en 17-26. Habíamos fallado cuatro de los últimos cinco ataques, con el menorquín al frente de las operaciones. Deck, 11 puntos, 17 de valoración, y Carroll, nueve puntos, fueron los mejores de este tramo.
Como ya nos ha ocurrido en otras ocasiones recientemente, el equipo se paró en el segundo cuarto. Pareció que se habían acabado las fuerzas, y con ellas las ideas. Lo aprovechó Manresa, para ir acercándose en el marcador, hasta completar un parcial de 15-2 a falta de un minuto para el descanso, al que llegamos con un marcador de 38-40. El Madrid había perdido balones fáciles, había lanzado con desatino y no era capaz de superar la primera línea de defensa de un Manresa que parecía más motivado, más metido en el partido. El parcial de este periodo fue de 21-14.
Nada cambió el paso por vestuarios. Seguían los locales llevando la iniciativa. Se emparejó Baez con Garuba, al que anuló más por veteranía que por juego. Lo acusaría el de Azuqueca el resto del partido. Con toda seguridad, Laso debió haber tomado alguna medida para remediar esta situación. Seguía moviéndose el marcador en guarismos ajustados. Laprovittola volvió a estar muy desacertado. Acusan sus críticos a Laso de no saber cambiar el rumbo del partido cuando las cosas se tuercen, cuando se salen del plan preconcebido. Hoy pareció que sucedía. Que Causeur, por ejemplo, haya estado en cancha doce minutos, se hace difícil de entender. Que Carroll haya jugado únicamente dieciocho, tras su primer cuarto, también. Manresa llegó al minuto 30 con ventaja de cinco (62-57). El Madrid había encajado 17 puntos en el primer cuarto, 21 en el segundo y 24 en el tercero.
El pesimismo comenzaba a cundir entre la parroquia blanca, recordando los últimos partidos. El colegiado número 63 vio un pie en una intercepción con la mano de Tavares, que lo costó a Laso una técnica, al negarse los colegiados a revisar la acción. Empate a 71 a 3,40 del final. Campazzo cometió una inocente cuarta falta personal, lo que le llevó al banco. El banquillo de Manresa había aportado 44 puntos, por únicamente 25 el del Madrid. Nos pusimos uno arriba (73-74) a falta de 45 segundos, canasta de Deck, asistencia del Facu. Entonces, Dani Pérez se jugó el partido en un triple frontal, en lugar de buscar con paciencia una canasta de dos. No anotó. Nos fuimos a un 75-78. Un fuera de banda que pareció muy claro a favor del Madrid llevó a una larga revisión por parte de los colegiados. La televisión ratificó las impresiones. Final 75-80. El triunfo, en cualquier caso, no debe ocultar el mal momento de juego que está atravesando el equipo.
Paupérrimo porcentaje de tres (4 de 20, 20%). Superioridad manifiesta en rebotes (42 contra 28, que sin embargo no se tradujo en el marcador). Únicamente 11 asistencias, y nada menos que trece pérdidas. Sobresalió Deck, 28 de valoración, seguido de Tavares (18), y Campazzo (16).
Nos vamos a Tel Aviv, para enfrentarnos a un Maccabi que parece haber vuelto por sus fueros. Será el jueves. Esperemos para ese día una franca mejoría, que nos permita retomar la victoria en el Euroliga.
Buenas tardes a todos. HALA MADRID.
Fuente: elcarrildel2: tirando a dar