Una cronica de: @MiedoEscenico2
Se presentaba el Real Madrid en Huesca con la necesidad de sumar tres puntos en El Alcoraz, puesto que sus rivales en la lucha por el título de Liga habían ganado, y era imprescindible mantener las buenas sensaciones y no quedarse descolgado en la clasificación. Como era previsible, Solari contó con los ausentes en Copa, e incluyó en la alineación a Courtois defendiendo la portería; en línea de defensa Odriozola, Varane, Ramos y Carvajal, que volvía a repetir en el puesto de lateral izquierdo; Marcos Llorente seguía ocupando la posición de medio centro, con Ceballos y Modric como interiores; y, en la delantera, repetían Lucas Vázquez, Benzema y Bale. En el banquillo, esperaban su momento Navas, Vallejo, Javi Sánchez, Valverde, Isco, Asensio y Vinicius Jr., y se quedaban fuera de la convocatoria Nacho, Marcelo, Kroos y Casemiro, recuperándose de problemas físicos.
El partido comenzó con el Madrid bien plantado en el campo, y generando algún peligro, especialmente gracias a internadas en velocidad de Odriozola por el lado derecho, y alguna desde la izquierda de Bale. En el minuto 7, una recuperación de balón entre Lucas y Llorente permitió a éste lanzar un balón adelantado a Odriozola, que el lateral puso al segundo palo, donde Bale enganchó una volea con el interior del pie izquierdo que se alojó en las redes oscenses, haciendo subir el 0-1 al marcador. A partir de ahí, el Huesca incrementó la presión en el centro del campo y arriba, y se dio una sucesión de oportunidades para el equipo local, aunque la más peligrosa fue neutralizada por Courtois y el resto apenas llevaron peligro. Aguilera, lesionado, era sustituido en el Huesca por Melero, y eso le estaba dando cierta presencia ofensiva al equipo de El Alcoraz.
El Madrid sufría para hacerse con el control del partido, con Benzema errático, Lucas muy desacertado y Ceballos recorriendo kilómetros para llegar a ningún sitio. Desde el minuto 25 en adelante, a partir de un disparo muy peligroso de Bale que desvió Jovanovic, el equipo blanco retomó algo más el dominio del juego, al menos en cuanto a desactivar las opciones de ataque del equipo oscense, aunque tampoco creaba peligro de una manera clara. Así se llegó al descanso, cerca del cual se produjeron cada vez más faltas, y el árbitro Melero López amonestó a Ceballos por una entrada que probablemente no merecía tarjeta, y a Echeita por un pisotón al Bale en el centro del campo.
La primera parte del Madrid había sido gris, pero buena comparada con la segunda. En apenas un minuto, la primera llegada del Huesca al área del equipo madridista se saldó con un remate de cabeza fuera de Melero, pero supuso el primer aviso de lo que esperaba a los blancos. El balón apenas pasaba por el centro del campo, donde la presión del Huesca dificultaba la circulación, y los intentos de salir al contraataque del Real Madrid eran desactivados con facilidad por la defensa oscense. Ceballos seguía sin jugar el balón de manera acertada, Lucas exactamente igual y Benzema hacía uno de los peores partidos en lo que llevamos de temporada. En el centro del campo, solamente Modric y un destacado Marcos Llorente mantenían un nivel aceptable, mientras que en defensa los centrales se manejaban con oficio, y Carvajal se esforzaba por disimular sus carencias en el lado izquierdo. El primer cuarto de hora de la segunda mitad, el Huesca volcaba su juego de ataque por el lado izquierdo, generando superioridad para explotar la debilidad defensiva de Odriozola, que ni con la ayuda de Lucas podía reducir el peligro. Así, una sucesión de centros desde ese lado al área, despejados por la defensa madridista o por un Courtois sobrio y sólido, acabaron de decidir a Solar a hacer cambios, y en el minuto 57 optó por dar entrada a Fede Valverde en el lugar de un desafortunado Dani Ceballos.
A partir de ahí el Madrid cerró algo la sangría defensiva de su flanco derecho, pero continuó ofreciendo un juego impreciso y vulgar. En el minuto 66, Isco daba el relevo a Modric, pero su aportación fue muy exigua, mostrándose una vez más lento y poco dado a hacer fluir el juego. Antes y después de este cambio, sólo Bale se había atrevido a intentar el disparo en un par de ocasiones, siendo el primero desviado por el portero del cuadro oscense, y saliendo fuera el segundo. Precisamente Gareth Bale sería el último de los cambios, siendo relevado a falta de un cuarto de hora por un Marco Asensio que pasó tan desapercibido como otras veces en partidos de esta índole. El equipo blanco seguía atrapado en su propia incapacidad para generar ocasiones, y no llegaba a la portería del rival, perdido en pases insustanciales. En esos últimos quince minutos, el Huesca se lanzó en pos del empate y volvió a generar varias ocasiones de peligro en el área madridista, de nuevo cargando por el lado derecho de la defensa madridista, donde Odriozola hacía aguas de manera continua en su faceta defensiva. El árbitro pitó el final tras dos minutos de tiempo añadido, sin que los intentos del cuadro azulgrana obtuvieran éxito, con una actuación destacada de Courtois en esa parte final, y el 0-1 fue definitivo.
El partido de esta tarde ha tenido para el Real Madrid, como único componente positivo, el haber ganado los tres puntos en juego, gracias a un solitario gol de Bale. Eso le da una cierta tranquilidad, por hacer recortado distancias con el Sevilla y no haber aumentado la diferencia con Barcelona y Atlético. Pero el equipo blanco sigue teniendo muchas dificultades para sobreponerse a la presión intensa del rival, y muestra una inconsistencia muy acentuada a la hora de imponer el juego de su centro del campo, a pesar de los esfuerzos de jugadores como Llorente o Valverde, en los minutos en que ha jugado, por darle solidez. Isco y Asensio apenas han mejorado la situación, Modric sigue en vías de recuperación y Ceballos sigue dando sensación de fragilidad mental y táctica, a pesar de su indiscutible técnica.
Arriba, prima la irregularidad de los delanteros, con Lucas en su línea de perder todo lo que ayuda a recuperar atrás, Bale tratando de asumir un rol más protagonista en ataque, y Benzema preso de esa dicotomía que tan pronto le corona como un jugador genial como le condena por estar desacertado incluso en el pase fácil. Y atrás, Odriozola acompaña su velocidad para proyectarse en ataque con importantes carencias en defensa, que hacen que sea más necesario que nunca recuperar a los lesionados, una situación que obliga a Carvajal a ocupar un espacio que no le es natural. Los dos próximos compromisos (CSKA de Moscú en Champions League y Rayo Vallecano en Liga) se desarrollarán en el Bernabéu, y el equipo va a necesitar mostrar ante su afición la mejoría suficiente para afrontar con garantías el Mundial de Clubes, que llegará en un par de semanas. Porque, con el juego de hoy, no le dará ni para superar la semifinal: por lo que hemos podido ver, el margen de mejora es inmenso para este Real Madrid.
Imagenes: realmadrid.com