Una crónica de: @Javirodespi – planetacb
Sin piedad, así resultó el dominio del Real Madrid sobre Unicaja Málaga, en lo que preveíamos que iba a ser un partido disputado viendo los antecedentes, un absoluto recital blanco ante las 9.407 almas que poblaban el WiZink Center y que pone el paso a la final de ACB para el Real Madrid a un solo partido tras esta rotunda victoria por 101-72.
Foto: Virginia Pacheco / Planetacb
Ilustres visitantes
Un viernes parece el mejor día para acercarse a ver un partido de baloncesto del máximo nivel, cosa que debieron pensar mucha gente que pudimos ver por el WiZink Center, como Jaime Fernández (Movistar Estudiantes), Jorge Sanz (Melilla Baloncesto), Lucas Nogueira y Serge Ibaka (Toronto Raptors), así como quién volverá pronto a vestir de blanco, Facundo Campazzo.
Vuelta a la igualdad
Salvo por el debut de Draper en la serie, poco le podemos decir que no hayamos hecho ya con respecto a lo visto en el primer partido, mejor movimiento de balón en Unicaja, consiguiendo buenas opciones de tiro y con una considerable mejora en rebote ofensivo con respecto al miércoles. Por parte del Madrid, más anarquía en el juego ofensivo con mucha más disciplina en el defensivo y con un nombre volviendo a resaltar sobre todos, Sergio Llull que se iba ya con diez puntos anotados en los nueve minutos que estuvo en pista para un parcial total de 27-23.
Cambio de poseído
Unicaja cometió un error de los que uno se acaba acordando y es dejar correr al Madrid, todo ello propiciado con un Luka Doncic que manejó el ritmo del partido a su antojo sacando rápidos contraataques merced a sus rebotes defensivos y que solían terminar en un pase a esquina para alero liberado, o con su habitual conexión con Othello Hunter, sin embargo, ante un Unicaja completamente tocado, el verdadero protagonista fue Jaycee Carroll, tremenda exhibición anotadora con 21 puntos gracias a su 1/2 en tiros de dos, 1/1 en libres y…6/7 en triples en los diez minutos completos del segundo cuarto, una auténtica metralleta que dejó finiquitado el partido con un rotundo 57-33.
¡Vaya destrozo!
Tan groggy quedó el Unicaja que, sin intención de hacer demasiada sangre, vimos un equipo que acabó completamente destrozado sobre el parqué, sufriendo impotencia en cada acción de ataque que veía como el muro blanco se hacía infranqueable de cara al aro, o como no podía parar en ningún momento el juego ofensivo en cualesquiera de las acciones madridistas, desde mates por doquier, tiros bajo el aro y una ventaja tan amplia que parecía increíble que estuviéramos ante unas semifinales de liga, (79-49).
A pensar en el tercero
Evidentemente, poco podemos ya resaltar del partido salvo que ambos conjuntos, sabedores de que el resultado ya es lo de menos cuando hablamos de una serie de playoffs, relajaron fuerzas en el último cuarto, pusieron a los menos habituales y dejaron la fiesta para el público que se lo pasó bomba hasta el bocinazo final.
El momento final con Chapu
Sin duda, el momento más emotivo de la noche fue cuando Berserkers sacó una pancarta con «Chapu, qué bueno que viniste» mientras coreaban su nombre sin parar hasta el final del partido, algo que sacó hasta un saludo del argentino en un tiro libre y que realmente, a todos nos puso la piel de gallina, saliendo incluso a recibir un recuerdo de la grada tras terminar el partido.
Así terminamos hoy, nuestra próxima cita nos lleva al domingo para el primer match ball del equipo blanco en el Martín Carpena, veremos si el Unicaja hace bueno su «infierno verde» o, por el contrario, tenemos ya al primer finalista de la liga ACB.