Una crónica de: @Javirodespi – planetacb
El Real Madrid se complicó la vida y se marcha a un win-go home para el domingo tras sufrir una derrota ante un Morabanc Andorra que cimentó el triunfo con mucha ilusión y, sobre todo, una intensidad que dejó bajo mínimos la expuesta por los jugadores de Pablo Laso.
Foto: Martín Silva / Planetacb
Taylor OUT – Draper IN
Cambio de papeles entre ambos jugadores en el Real Madrid, si el miércoles no tuvimos ni un minuto en cancha a Draper, en esta ocasión salió de titular aunque con poca incidencia positiva en el juego (-4 en cuatro minutos), mientras que Taylor tuvo que quedarse fuera de convocatoria por no superar sus problemas en la clavícula tal y como anunció Laso tras el primer encuentro.
De lo malo, lo peor
Poco espectáculo tuvimos durante la mayoría del primer tiempo, bien fuera por el calor que había en la bombonera andorrana o bien porque a ambos conjuntos les costó coger el ritmo ofensivo, muchos fallos, excesivos nervios y solo el buen trabajo de Ayón y Felipe Reyes bajo los aros nos dejaba ver algo positivo por parte de los blancos frente a un Andorra que se aprovechaba de la crisis madridista endosando un parcial de 10-2 en el primer cuarto y que le dio cierta ventaja a los jugadores andorranos que acabó siendo neutralizada tras una desconcentración tras serle pitada una falta antideportiva (cometer falta tras hacer una falta) que fue muy criticada por el público local y que, unido al primer triple de Ayón en toda su carrera ACB le permitió irse a los visitantes con ligera ventaja al descanso de 35-38.
Albicy All-Star
Si alguien es responsable de que Andorra se fuera al final del tercer cuarto anotando 34 puntos y con diez de ventaja ante el Real Madrid con 69-59, ese fue sin duda Andrew Albicy, absoluto dominador en el tiempo que estuvo en cancha, dirigiendo al equipo con acierto, anotando con absoluta efectividad y arrastrando a todos sus compañeros a hacer creer que era posible llegar a un tercer partido. Enfrente un Madrid completamente desacertado en ataque, con porcentajes irrisorios y con uno de los peores males de los que se queja Pablo Laso, las pérdidas de balón.
Un coladero defensivo
Si de algo se tiene que preocupar el Real Madrid para el domingo es de no ser un coladero defensivo tan tremendo como el sufrido por el conjunto de Pablo Laso, daba igual qué jugador andorrano tuviera el balón que la permisividad hasta el aro era prácticamente una autopista que culminaba en canasta, donde los locales se permitían anotar en entrada pillando a los cinco jugadores blancos en balance defensivo y donde solo la casta de Andrés Nocioni parecía no resignarse al destino que nos llevaba, irremediablemente, a un tercer encuentro que decidirá qué equipo pasa a semifinales.
Morabanc se lo merecía
Siempre estamos hablando de si existe justicia o no en deporte, y en esta ocasión no hay duda de que a la quinta ocasión y tras las tres prórrogas sufridas, el equipo de Joan Peñarroya se merecía una victoria ante el Real Madrid y que, como mínimo, le permite soñar con pasar a semifinales, justísima victoria que fue celebrada como se merece con la afición andorrana.