Una crónica de: @Javirodespi – planetacb
No es un título, estamos de acuerdo, pero el Real Madrid va a quedar líder de la primera Euroliga de la historia en que se enfrentaban todos contra todos, así que eso que se decía antaño de «vaya suerte que has tenido en los grupos», pasó a la historia, esa misma que dirá, según pasen los años, que el conjunto de Pablo Laso certificó tal honorable puesto después de una victoria «en el barro» frente al Fenerbahçe de Zeljko Obradovic.
Foto: Virginia Pacheco / Planetacb
Mucha avispa por el Palacio
Nuestro topicazo habitual para decir cuántos estuvieron en el WiZink Center, es evidente que lo vamos a decir, pero eso sí, que les conste que esas 10827 almas no eran todas madridistas puesto que los turcos contaban con una nutrida representación diseminada por la instalación y que las oímos más de una vez, aunque, eso sí, sin ningún incidente, cosa de la que nos congratulamos.
Ni calentar el culo
El chaval éste, un tal Sergio Llull, sale tan revolucionado últimamente en los partidos, que no hemos calentado el asiento, y ya tenemos que ver cómo ha clavado dos triples sin remisión en el aro contrario, uno de ellos con apoyo en tabla, cierto es, pero tan válido como el resto, sus 8 puntos fueron el referente blanco ante gente como Bogdanovic que se le notaba que tenía ganas de darle la réplica con ese imparable 1×1 que hoy nos demostró unas cuantas veces.
El imperio otomano
Dentro de ese carácter infumable dentro de la cancha como demuestra Obradovic, es un auténtico maestro a la hora de mover sus piezas, muestra de ello fue cómo manejó el ritmo en el segundo cuarto con verdadera maestría ante un Real Madrid que cerró completamente sus vías de ataque, mientras que ellos movían con firmeza la bola, el problema principal fue que no conseguía rematar a un equipo blanco que no se sabía bien dónde tenía la cabeza, si ya en playoffs o dispuestos a dar batalla en la segunda parte, porque la primera bien que se fueron perdiendo aunque por poca cosa (solo tres puntos).
Teoría del caos
Tres bajas tan significativas, tipo Datome, como tuvo Obradovic, casi no se les nota en el juego y ya se barruntaba el caos en el palacio, Fenerbahce empezaba a mostrar no solo dominio exterior con Bogdanovic y Dixon, sino que sus torres tan antagonistas entre sí, como Vesely por dentro y Antic por fuera, daban una ventaja importante de 8 puntos y llegando el momento de la verdad, al Real Madrid le tocada decidir ¿Luchar por la victoria o dejarse llevar hacia la derrota?
Cuando todo hace clic
Pues no, este Real Madrid está hecho de una pasta especial y estaba dispuesto a luchar denodadamente por el triunfo, llegando a un punto, ese que solo tienen los equipos campeones, donde el chip se activa y los jugadores se vuelven «locos» arrastrando con ellos al público, principalmente Rudy Fernández, tan necesitado y añorado por todos, volvió a encontrar ese tino necesario para encestar tres triples casi seguidos y en el que soltó toda la rabia que llevaba dentro volviendo a encontrar esas malditas sensaciones que le están llevando por el camino de la amargura, y que además resultaban básicos para que el Madrid se fuera mandando en el marcador a falta de un cuarto.
En mi casa mando yo
No sabemos si en Turquía y con mismos rivales jugando allí, al Real Madrid le hubieran pitado (o no pitado) algunas situaciones que rayaban la hilaridad tanto por el no uso del silbato, como por la situación contraria y ahí Llull se ofuscó de tal manera que recibió una técnica y lanzó un par de triples sin resultado alguno, menos mal que hay alguien que puede coger sin problemas su posición de base y no crean que es Draper ya que éste andaba fuera de convocatoria sino un tal esloveno llamado Luka Doncic, sometido a un marcaje infernal con Dixon y que también tuvo lo suyo sufriéndole en poste bajo, tomó las riendas de la dirección y se permitió dos acciones básicas para la victoria, una defensa a Udoh de espaldas al aro en el que tuvo la suficiente inteligencia de saber que al choque tenía todas las de perder, así como un corte providencial de un pase de Bogdanovic, algo que ayudó a confirmar la sentencia del partido, el primer puesto y, lo más importante, mandaba a Fenerbahce a un infierno que ya veremos como sale.
Así terminamos hoy, volvemos el próximo domingo con todo un derbi regional entre Montakit Fuenlabrada y Real Madrid, nosotros estaremos por allí para contarlo y, como siempre, mientras esto dure, síganme sonriendo.