Una crónica de: @Javirodespi – planetacb
Volvió a caer el Real Madrid a quién parece que el síndrome post-copa no le está sentando demasiado bien y acumula su tercera derrota consecutiva tras caer ante Herbalife, Galatasaray y ahora ante un gran Iberostar Tenerife que supo ejecutar una gran defensa que no tuvo correspondencia en el lado madridista y que así lo vimos en nuestro OjO Al Blanco.
El récord tendrá que esperar
Aventurábamos antes de comenzar el encuentro que, seguramente, a Felipe Reyes le haría más ilusión conseguir el récord de sus rebotes en el Palacio más que en el abarrotado pabellón insular y lo cierto es que ya se presagió algo cuando no salió en el quinteto titular y su aparición en cancha se saldó con solo 7 minutos y un solo rebote, al capitán blanco habrá que esperarlo en la próxima jornada ante todo un FC. Barcelona en que deberá capturar «solo» tres rebotes para el récord histórico del que llevamos hablando semanas.
Efectividad dentro de la espectacularidad
El primer cuarto que pudimos presenciar nos puso los ojos como platos viendo, sobre todo, la actuación de los locales, cimentada en un increíble acierto anotador desde 6.75 hasta el punto de lograr 6/6 en triples y que, tal y como decía Pablo Laso en un tiempo muerto, venía como malas consecuencias en la defensa del 1×1 y que, con la excelente circulación mostrada por los locales, permitía tiros liberados, aparte de algunos otros que, aunque se punteara bien, también encontraban el camino de la red.
Buscando soluciones
Dentro de las posibles soluciones que Laso ideó para detener el aluvión de juego ofensivo del Iberostar, se planteó cosas como meter a Luka Doncic al poste bajo y allí generar juego como si fuera un Bourousis cualquiera y la solución parecía buena, pero claro, el problema seguía siendo malas defensas y no buenos ataques a pesar de tener tiros librados, a ello se sumaba un Iberostar que ya no solo metía de tres, sino que también se permitía el lujo de jugar buenos acciones ofensivas en poste bajo como lo fueron las jugadas de Niang o Abromaitis por poner dos significativos ejemplos de jugadores que hacían daño y mucho, en la pintura.
ACB Photo/Á. Pérez
Tampoco hubo efecto Llull
El esperado tercer cuarto de la resurrección madridista se quedó en nada, ni siquiera los cinco puntos seguidos de Llull fueron decisivos para un marcador que empezaba a igualarse y que, inclusive, tuvo Doncic un triple para ponerse por delante, en ese espacio de tiempo de la continuación, Vidorreta supo jugar bien sus cartas y apostó por un cambio en el ritmo del encuentro, moviendo con más calma el balón y jugando con la propia desesperación blanca que no supo encontrar, en ningún momento, el ritmo del partido.
El ¿pique sano? que nos llevó a la expulsión
Dentro de todo lo que tenía el partido, también hubo momento para la tensión deportiva del encuentro, todo ello tras el pique entre Grigonis y Doncic en que un manotazo del primero al segundo desembocó en una guerra de guerrillas y de una tensión arbitral donde el más perjudicado fue aquel que no supo controlar mejor sus nervios y ahí tenemos que poner el nombre de Anthony Randolph, dos técnicas consecutivas y un mal control mental le hicieron irse al banquillo dejando al equipo en una situación complicada y sin posibilidad de respuesta en un día que más falta hacía ante la ausencia de Trey Thompkins, padre de una niña, del Chapu Nocioni por lesión y de un Felipe Reyes que no estaba en su mejor momento, lo que originó que la posición de cuatro quedara muy coja en esos momentos.
Un final de película
Poco más tuvo el partido que contar, el Real Madrid ya se dejó llevar los últimos minutos sin posibilidad de remontada, el Santiago Martín gozaba de los suyos como lleva haciendo en esta temporada, la fiesta fue total con el bocinazo final y la algarabía se apoderó de la grada en esta época carnavalera con un saboreado primer puesto que afianza con esta victoria y que tendrá poco tiempo de disfrutarlo por cuanto ya tiene en vista el próximo reto ante Paok Salónica en que tendrá que remontar los tres puntos que lleva de diferencia.
Así terminamos por hoy, nuestra próxima cita nos lleva al viernes contra Estrella Roja para certificar (si toca) el pase a playoffs y el domingo ante un FC. Barcelona en choque ACB, por lo que ya sabe, Keep Calm y, sobre todo, no dejen de sonreír un rato largo.