CRÓNICA | Pista americana: Getafe 0 – 3 Real Madrid

Una crónica de: @MiedoEscenico2

Con antecedentes bastante dudosos de otras temporadas, el Real Madrid afrontaba el primer partido del año frente a un Getafe que, como decía @pepo2204 en su previa, Bordalás ha construido de titanio y acero, potente a balón parado, que le tiene cerca de los puestos que dan acceso a Europa. Para enfrentar este trago, Zidane decidió que la alineación inicial sería la formada por Courtois bajo palos; Carvajal, Varane, Militao y Mendy integraban la línea defensiva, con un centro del campo compuesto por Casemiro, Kroos, Modric e Isco, y con Benzema y Bale arriba.

El inicio del partido fue lo esperado, conociendo al Getafe. El Real Madrid apenas conseguía salir de su campo en los primeros minutos (casi diríamos en la primera media hora), bien porque la presión alta de los jugadores azulones le obligaba a mover el balón rápido atrás, bien porque los que venían a recibir de cara perdían un balón tras otro. Es un poco relativo esto de perder balones porque, por el camino, perdían la ingenuidad, la integridad física y el ánimo. Cada jugada de estas era calcada: el balón llegaba a Benzema, o Bale, o Isco, y aparecía detrás de él una sombra vestida de azul que le agarraba, le empujaba o le pegaba en los tobillos y se llevaba el esférico. El eufemismo correspondiente sería decir que “el árbitro permitía los contactos”, pero lo cierto es que no había contactos, había impactos, aunque eso se lo dejamos a @cubelas13. Mientras tanto, pasaba la vida, y los minutos, y lo más que pudo hacer el Madrid fue lanzar dos o tres contras que murieron más por falta de fe que de posibilidades. En torno al minuto 23, sonaron las alarmas, y un balón suelto en la frontal del área fue empalmado con saña por Arambarri hacia la portería blanca, en la que Thibaut Courtois volvió a demostrar que ha recuperado la forma, el ánimo y la presencia, y lo despejó a pesar de su dureza. Cerca de la media hora, una volea cruzada de Cabrera salió cerca del palo del cancerbero belga y, a partir de ahí, el equipo madridista decidió que ya había tenido suficiente.

Los blancos comenzaron a estirarse con algo más de peligro, desmontando la presión alta del Getafe y con una circulación rápida de balón por el medio. Aun así, el campo del Getafe parecía estar sembrado de minas antipersona, plantas carnívoras y arenas movedizas, porque las transiciones sólo salían adelante si cada jugador recibía y soltaba el balón a toda velocidad. Y, aun así, se llevaban un buen recuerdo del azulón más cercano. Transitar por esas zonas del campo era una tortura para los interiores del Madrid, y tanto Kroos como Modric sufrían en cada encuentro. Sin embargo, nada llamativo, Casemiro era feliz, yendo aquí y allá con sus tijeras de podar en ristre, devolviendo el terror azulón en una ley del Talión inexorable. En una de ésas, Bale recibió junto al córner y trató de desbordar a Nyom, que se tiró, una vez más, con todo, barriendo el suelo y levantando la pierna buscando el escroto galés del bueno de Gareth, que no pudo salvar semejante obstáculo.

Corría el minuto 33, la falta la sacó Kroos, el despeje el Getafe fue a la otra banda, y allí Mendy decidió sorprendernos centrando con su pierna derecha al corazón del área. Entró Varane, salió el portero David Soria pensando en la vendimia, y el balón acabó, tras el cabezazo del francés, en las mallas. El 0-1 dio cierta tranquilidad al Madrid, que se vio en una extraña situación dado que, mereciéndolo menos que otros días, había conseguido ponerse por delante en un partido tremendamente incómodo.

Pero, salvo un remate raso de Benzema que detuvo el portero getafense, el Madrid apenas volvió a acercarse y, sin embargo, el Getafe subió las líneas, la intensidad y la mala leche, y retomó las hostilidades, con tres remates, dos en disparo desde lejos y un cabezazo, y Courtois se mostró ágil y seguro en los dos últimos salvando dos goles cantados. Así, el partido llegó al descanso con 0-1 y la sensación de que el Madrid había sobrevivido a la pista americana. Para los más despistados, la pista americana es un conjunto de pruebas que un soldado tiene que superar, repleta de dificultades y peligros. Algo así como una gymkhana, pero a lo bruto. Recomendamos a los lectores que vean la película “El sargento de hierro” para entenderlo (bueno, para entender eso y otras cosas de la vida). El caso es que jugar contra un equipo que no te permite hacer tu juego, te rasca los tobillos en cada cruce, y te mantiene al borde del infarto en cada balón que te llega, es lo más parecido.

El segundo tiempo no empezó en un tono muy diferente, y los del traje azul parecían conejitos de Duracell, con unas pilas inacabables, apretando aquí y allá. Así que los blancos decidieron darle matarile al asunto: una falta por fin pitada sobre Isco fue lanzada por Kroos, que sacó su calculadora y sus papeles para dibujar la parábola y el punto de destino, y allí apareció, de nuevo, la cabeza imperial de Varane para mandar el balón a la red, con David Soria clavado en la línea de gol. El 0-2 desactivó al Getafe al fin, y bajó el ritmo, mientras el Madrid comenzó a tocar el balón y lanzar salidas fulgurantes hacia la portería rival. En el minuto 65, una cabalgada de Bale fue malograda por el jugador galés intentando hacer una vaselina que se le quedó baja, pero la nueva configuración del partido pareció darle vida y comenzó a estar más participativo. El que tuvo un día funesto fue Benzema, obligado a bajar para desmontar la presión del centro del campo del Getafe, y poco afortunado en las combinaciones, mostrándose muy gris.

A falta de 20 minutos, Zidane introdujo oxígeno en el centro del campo, relevando a Kroos por Valverde, y, para aprovechar los espacios que se habían abierto, también introdujo a Vinicius Jr. por Isco. En esta fase, el Madrid comenzó a mover el balón con cada vez más pausa y acierto, y las llegadas del Getafe a zona de peligro fueron desapareciendo, cansados de perseguir un esférico que les era cada vez más escurridizo. Diez minutos después, el que entraba era Jovic para dar descanso a Benzema, pero el juego no sufrió cambios. En el minuto 89, Jovic envolvió su regalo de Reyes para Vinicius, y le dejó una ocasión clara, pero el brasileño volvió a complicarse más de lo necesario y acabó la ocasión en carbón, rematando al lateral de la red. Ya en el descuento, Bale se plantaba mano a mano con Soria, pero se escoró al recortar y el portero le sacó el balón en una parada a la desesperada. Y, en el último minuto añadido, un balón sacado por Mendy llegaba a Bale que, de primeras, prolongaba un pase en profundidad para la carrera de Valverde. El pajarito se plantó frente a Soria y dejó el balón a su derecha para que el pequeño príncipe croata, Luka Modric, lo empujara a la red, haciendo subir el 0-3 al marcador. Sin tiempo para más, el Madrid recogió su petate y su uniforme de gala, y se llevó los tres puntos del Coliseo Alfonso Pérez.

No ha sido, ni por asomo, el mejor partido que ha jugado el Madrid en lo que va de temporada, pero sí ha mostrado oficio y saber estar. Courtois le dio oxígeno cuando más lo necesitaba, y la sensación es la de que ha salido de una jungla muy peligrosa sin daños y con una victoria al final merecida. Por tercer partido consecutivo ha dejado la portería a cero, y afronta la semifinal de la Supercopa de España, el próximo miércoles, con la moral que da sobrevivir a una trampa mortal, y poder mirar al futuro con cierto optimismo, además de tener descansados a jugadores como Ramos, Rodrygo o Valverde, que hoy apenas jugó 25 minutos. Pero eso ya llegará el próximo miércoles…   

 

RESULTADO FINAL: Getafe, 0 – Real Madrid, 3.

GOLES:

0-1: 33’ Raphael Varane (asistencia: Mendy)

0-2: 52’ Raphael Varane (asistencia: Kroos)

0-3: 95’ Luka Modric (asistencia: Valverde)

REAL MADRID: Courtois; Carvajal, Varane, Militao, Mendy; Casemiro, Kroos (Valverde, min. 71), Modric, Isco (Vinicius Jr, min. 71); Benzema (Jovic, min. 81) y Bale.

ÁRBITRO: Munuera Montero (colegio andaluz). Mostró tarjetas amarillas a Jovic (min. 82) y Mendy (min. 95).


Imagenes: realmadrid.com