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Una previa de: @danipuerto6
La jornada 21 de la liga Endesa deja al Madrid de visita en Andorra para enfrentarse al Morabanc.
Llega el equipo blanco sumido en una crisis de juego, con jugadores en un mal momento de forma y con la obligación de ganar para no perder comba con el Barcelona, que comanda la tabla clasificatoria con dos victorias más que los de Laso.
El Poliesportiu de Andorra recibirá a uno de sus rivales favoritos, el Real Madrid. Los de Ibon Navarro fueron los primeros en vencer a los de Laso en esta temporada, aquel 105-107 que les sirvió para arrancar un triunfo del WiZink Center madrileño y de paso enderezar un rumbo que los andorranos habían equivocado, dando así a su entrenador el espaldarazo que necesitaba tras sustituir a una figura muy querida como era Joan Peñarroya.
El Madrid llegará tras otra derrota ante su eterno rival, el Barcelona, esta vez en Euroliga. Los blancos, sumidos en un mar de dudas, se enfrentarán a un equipo, el de Andorra, que posee todas aquellas virtudes que peor le vienen a los defectos madridistas. Ésto es físico, atleticidad, velocidad y desparpajo, aparte de no tener nada que perder y por el contrario, mucho que ganar. Los de Navarro llevan dos semanas de descanso preparando un partido que ya es algo más, pues la historia reciente entre ambas entidades así lo dice. Si hay un equipo en la liga que se le atraganta al Madrid, ese es el andorrano, que suele subir sus prestaciones cuando los chicos de Laso se alinean enfrente.
Imagen: elespañol.com
El Madrid deberá olvidar sus derrotas recientes y rearmarse, buscar de nuevo una línea de juego clara así como la asignación de nuevos roles ante la pérdida de liderazgo de jugadores como Llull o Felipe, otrora capitanes en la cacha y hoy a un nivel muy inferior al mostrado hace tan sólo unos meses. Con ese trabajo deberá lidiar Pablo Laso, al que le urge revisar sus sistemas y formas de juego ante el decaimiento del equipo, al que se le ve roto a niveles tanto físicos como anímicos. Los blancos han perdido la alegría en su juego, la verticalidad en cada acción ofensiva y la voracidad defensiva de antaño, un equipo que ya acusa los años en varios de sus puntales.
Andorra se presenta como el verdugo perfecto ante el mal momento de los madridistas, un equipo dirigido por Dylan Ennis, un anotador compulsivo que vive de su capacidad para generar puntos desde la nada gracias a su habilidad para romper defensores desde el 1×1. Alrededor del eléctrico combo-guard americano, se mueven una serie de jugadores que ante el Madrid suelen crecer en su aportación como el francés Albicy, el trotamundos John Shurna, ese “cuatro” con mecánica de tiro inverosímil o un clásico de la ACB como el checo David Jelínek. Otro que ha subido su nivel este año es el alero David Walker, que ya asentado en el equipo, se muestra como un jugador interesante y altamente peligroso por lo que puede aportar en ambos aros. Junto a ellos, el músculo, los centímetros y el rebote lo aportan Moussa Diagné y el veterano Jerome Jordan.
El Madrid no tendrá un partido fácil en Andorra, rotar jugadores se hace indispensable para Laso tal y como se encuentra a día de hoy el equipo, cansado y falto de ideas, de ahí que la entrada de jugadores como Yusta, de calle el jugador con más ganas de agradar al entrenador vitoriano por su condición de meritorio, puede generar ondas positivas que permitan a los blancos un mayor nivel competitivo. Sudar por cada balón y competir por cada centímetro de la cancha, será la estrategia de un Andorra que huele la debilidad en su rival y que ve más cerca que nunca una victoria ante el actual campeón de Europa, aunque con el Madrid no es buena idea aquello de vender la piel del oso antes de cazarlo, porque como dijo el mítico entrenador de los Houston Rockets, Rudy Tomjanovich: “Nunca subestimes el corazón de un campeón”.
