CRÓNICA | ✍ VINICIUS SE LUCE EN EL PRIMER TÍTULO DE LA TEMPORADA: REAL MADRID 4 – 1 FC BARCELONA

Una crónica de: @luismanper

Todo el que siga mínimamente el fútbol sabía que el Real Madrid llegaba a esta final de la Supercopa de Arabia en mucho mejor momento de forma que el Barça, que si bien hace tiempo que no juega ese estilo tan cacareado del tiki-taka hasta que se lesionó Gavi en el parón de selecciones de noviembre solucionaba los partidos con algo más de suficiencia que en las últimas semanas, en las que su juego de cada partido es peor que el anterior, pero lo que pocos esperábamos es que el Real Madrid fuera ganando 2-0 a los diez minutos y acabando con una goleada por 4-1, que si nos deja algún reproche es no haber hecho mucha más sangre que dejara la goleada del Bayern en mantillas.

Ancelotti solo sorprendió en el once con el relevo en la portería, deshaciendo el entuerto de la semifinal contra el Atleti en la que Kepa dejó errores de bulto y apostando esta vez por Lunin, acompañado en defensa de Carvajal y Mendy en los laterales y por Rudiger y Nacho como centrales, con Tchoaumeni en el eje del equipo flanqueado por Kroos y Valverde, quedando Bellingham en la otra punta del rombo y Vinicius y Rodrygo en la delantera.

Imagen: realmadrid.com 

Pocos imaginábamos un inicio de partido tan favorable pues cuando nos dimos cuenta una pérdida de balón del Barça en el mediocampo, lo aprovechó Bellingham para poner un pase al hueco magnífico a Vinicius que aprovechó el brasileño para regatear a Iñaki Peña y adelantar al Real Madrid en el marcador, que pudo ampliar poco después Rodrygo con un trallazo desde el fuera del área que repelió el portero vasco, pero no iba a poder hacer nada el sustituto de Ter Stegen cuando el propio Rodrygo se desmarcó en otro contraataque en el que el brasileño partió desde su campo para plantarse en el área y poner a Vinicius el pase de la muerte que solo tuvo que lanzarse en plancha para empujarla a gol y convertir el 2-0 a los 10 minutos de partido.

En ese momento se presagiaba goleada por el Barça estaba totalmente noqueado, pero el equipo culé se hizo con el control del balón y el Real Madrid les esperó atrás para seguir pillando la espalda a la defensa en jugadas al espacio con mucho peligro, pero el Barça reaccionó y empezó a rondar el área de Lunin hasta el punto que el ucraniano tuvo que sacar el pie para despejar un potente disparo raso de Ferrán Torres y solo Lewandowski evitó el gol culé cuando quiso rematar un balón que llegaba franco a Sergi Roberto un balón que solo tenía que empujarla, pero minutos más tarde el propio Lewandowski se dejó de avisos y empalmó un mal despeje de Ferland Mendy a la frontal del área para batir a Lunin con un trallazo descomunal, que el ucraniano vio demasiado tarde.

Imagen: realmadrid.com 

Cuando el partido parecía que se apretaba, otro balón al espacio intentó cabecearlo Vinicius pero Araujo se interpuso en su camino rodeándolo con el brazo para desequilibrarlo y evitar su remate, esta vez el árbitro no lo dudó y amonestó al central uruguayo en una acción, en la que muchos nos preguntamos si no era una ocasión clara de gol merecedora de roja directa, el caso es que el penalti fue inapelable y esta vez no pecheamos en la definición, siendo el propio Vinicius quien batió a Iñaki Peña con un disparo raso y esquinado que culminó un hak-trick histórico en 38 minutos. Parecía que el 3-1 al descanso era definitivo, pero a punto estuvo Pedri de recortarlo con un disparo en el último minuto del descuento que salió rozando la escuadra y muchos vimos dentro.

A la vuelta de los vestuarios, el Barça lo siguió intentando con más corazón que cabeza pero le faltaba claridad que Xavi intentó enmendar sustituyendo a Pedri, Sergi Roberto y Ferran por Lamine Yamal, Fermín y Joao Félix, y solo el portugués creó algo de peligro en un potente disparo que repelió Lunin dejando el balón muerto en el área, pero entre el propio Lunin y Rudiger consiguieron alejar el peligro y poco después Rodrygo iba a sentenciar definitivamente el partido cuando aprovechó un mal despeje de Koundé para meter el interior y colocar cómodamente el 4-1.

Imagen: realmadrid.com 

A partir de ese momento, el Real Madrid bajó el ritmo y aun así estuvo a punto de marcar el quinto en una jugada en la que otra pérdida de balón del Barça en el mediocampo, estuvo a punto de convertirla Bellingham en el quinto gol si no la hubiera sacado Koundé en la línea de gol, dejando un balón en la frontal del área que empalmó Valverde enviando su disparo muy desviado y poco después el propio jugador inglés pudo batir a Iñaki Peña en un pase al hueco que remató con muy poco ángulo al cuerpo del portero, y cuando Vinicius provocó la expulsión de Araujo llegando antes que el defensa a un balón dividido en el que el uruguayo remató la pierna del brasileño, el partido se terminó hasta el punto que Ancelotti empezó el carrusel de cambios cambiando a Rodrygo, Vinicius, Kroos, Valverde y Bellingham para dar entrada a Brahim, Camavinga, Modric, Ceballos y Joselu en un once que acabó con tantos cambios que poco más peligro se vio en el cuarto de hora restante, ya que el árbitro no añadió nada no vaya a ser que cayera algún gol más.

En definitiva, el Real Madrid se lleva este primer título de la temporada dejando muy buenas sensaciones para la lucha por el resto de títulos verdaderamente importantes que marcan el éxito o el fracaso de una temporada, en la que de momento la emoción de un jugador que lleva en el Real Madrid desde los 12 años como Nacho Fernández recogiendo el trofeo de la Supercopa de España ya ha merecido la pena.