Una crónica de: Manuel Pérez Abascal
Pocos después de lo acaecido sólo unos meses tras la consecución de liga y Copa de Europa que el Madrid en la jornada diez estaría a ocho puntos del líder y en una situación crítica en la competición doméstica. Pero cuando uno se para y analiza fríamente todo lo que está sucediendo en esta temporada más allá de la plaga de lesiones y las decisiones arbitrales, llega a conclusiones duras y críticas.
El Madrid sigue sin dominar el juego en las áreas. Ni ataca con claridad, ni defiende con contundencia.
Pierde el control del partido con demasiada asiduidad. De hecho, se ha convertido en un mal hábito. No es capaz de cerrar partidos como el de hoy aunque se ponga por delante en el marcador.
Los medios y atacantes no ofrecen soluciones a la línea defensiva para sacar el balón de manera aseada, por lo que facilitan la presión adelantada del rival. Hoy el Girona como tantos otros rivales, la ha empleado como medida sabiendo la falta de soluciones que prepone el Madrid. Con balones largos y buscando segundas jugadas al Madrid se le hace mucha pupa, todo ello porque sus medios salvo Casemiro no vuelven o les cuesta horrores y eso facilita el juego rival, que se ve con el balón controlado de frente a portería y contra los centrales y Casemiro.
Desajustes defensivos cuando los laterales suben al ataque al mismo tiempo. Tras perdida, no regresan y esto supone un uno contra uno ante los centrales y con mucho campo descubierto. El equipo se hace muy largo y así, recuperar el balón se hace casi, misión imposible.
Dudoso estado de forma de piezas fundamentales en el juego ofensivo. Marcelo “no está”. Ya no es que no cumpla defensivamente (nunca fue su principal habilidad), pero es que no desestabiliza en ataque… y el Madrid lo acusa muchísimo. Ramos tiene problemas en la salida del balón y la baja de Carvajal se nota más allá del esfuerzo de Achraf.
En la zona de creación, sólo Isco muestra regularidad y jerarquía. El fútbol de Kroos y Modric por el momento es intermitente y el equipo sufre por ello. Se les espera y volverán, pero quizás sea demasiado tarde.
Los delanteros quedan desconectados del juego. Difícil obtener el máximo rendimiento de la clase de Benzema o Cristiano, si la principal baza es jugar con balones largos desde la zona defensiva. Su aportación queda minimizada o desaparece. Dicho esto, ellos tampoco favorecen a dar soluciones porque se evaden del juego con facilidad.
No hay demasiadas variantes ofensivas. En mi opinión y ante una racha negativa de buen fútbol, el Madrid debería aplicarse defensivamente y a partir de ahí, asegurar resultados. Más allá del juego o de los goles en últimos minutos. El Madrid del año pasado respecto a este mostró mayor solidez defensiva. Hoy, el ímpetu, el juego directo y energía del Girona le ha bastado para generar 2 goles y 2 tiros al palo. Demasiado poco para desarbolar a todo un real Madrid.
Le tienen tomada la medida al Madrid. Defensa de cinco, cerrados los espacios por dentro, se dejan pasillos por fuera. Pero todo queda resumido en centros laterales sin mordiente porque entre otras cosas, por acumulación, es más fácil defensivamente atacar esos centros. La 2a línea (los medios) debería jugar un papel importante en ese tipo de jugadas, pero los centros casi siempre buscan a los delanteros que no se escalonan o están bien cubiertos.
La famosa segunda unidad que tanto dio al equipo el curso pasado, es una sombra de lo que fue. Las bajas de James, Morata y Mariano se acusan. Hay un déficit de juego y goles al respecto muy importante. Lucas ha bajado su rendimiento y Asensio ha perdido peso en el equipo. Mayoral no está y francamente, no sé si alguien le espera.
Emocionalmente el equipo está como desgastado. Quizás influya venir de una de los mejores años de nuestra historia, pero no se le ve con la energía de antaño.
Con la famosa pegada ya no le vale, entre otras cosas ha desaparecido… por el momento. Ni jugamos, ni mordemos.
Con este panorama e insistiendo en el dato de que quedan veintiocho jornadas, o lo que es lo mismo: ochenta y cuatro puntos por disputar. Mal harían muchos en tirar la toalla y dar por muerto a un equipo que históricamente nunca ha dejado de creer en sus posibilidades. Pero por el momento, el Madrid se ha independizado de esta liga.