CRÓNICA | La leyenda de Marvin Hagler: Real Madrid 1 – 0 Getafe

Una crónica de: @MiedoEscenico2

En el duelo que suponía el paso del Ecuador para el equipo madridista en este rush final de once partidos, se presentaba en Valdebebas un duro y sólido Getafe, como ya había adelantado @pepo2204 en su previa. El empate del Barcelona en casa contra el Atlético de Madrid, además, ponía en bandeja el ampliar la ventaja sobre los culés, hundidos en una implosión imparable que comentábamos en el último podcast de esta casa. Mientras tanto, en su línea de jugar al despiste, Zidane alineaba esta vez un 4-4-2 con Courtois; Carvajal, Varane, Ramos, Mendy; Casemiro, Kroos, Modric, Isco; Benzema y Vinicius Jr.

A decir verdad, la primera media hora fue cansada de ver. No por aburrida, sino por el movimiento. Veinticinco grados centígrados en Valdebebas, y dos equipos lanzados a tumba abierta a impedir que el rival jugara, con el balón yendo de un lado a otro, a un ritmo infernal. Empezó todo tan deprisa que, antes de los 10 segundos de partido, el Getafe ya había hecho su primera falta y antes de los 15, el árbitro había sacado una amarilla a Timor. Pero tampoco vamos a engañar al lector. La vocación de equipo asfixiante, que rasca en cada contacto, que encima al rival continuamente, y que se mueve de un lado al otro del campo con la katana en la mano, era la marca de Bordalás. El Madrid movía el balón y cada jugada se convertía en una película de chinos, en que antes de que le llegara el balón a un jugador, le salían chinos vestidos de azul dando saltos y dispuestos a sacudirle, a veces el balón, a veces la pierna. En esa tesitura, la circulación del balón del Madrid era una eterna huida hacia adelante, donde cada pase iba siendo más forzado, hasta que se perdía o acababa lanzado hacia arriba en la esperanza de que alguien lo cazara.

En este contexto, en que el equipo blanco no dominaba el juego, Benzema bajaba a intentar desatascar y lo más que llegaba era a dársela a Courtois, Carvajal entraba en una especie de enajenación mental transitoria que le costó una tarjeta y pudo costar un disgusto, Varane caía a banda y volvía a su sitio, y Mendy alternaba jugadas en que daba una salida higiénica al balón con otras en las que parecía peleado con él. Cómo sería aquello, que el que más tranquilo y centrado parecía era Sergio Ramos, jugando el balón con paciencia y calma ante la incesante presión azulona. Casemiro, por otro lado, se iba encontrando poco a poco más a gusto en el campo; es inevitable asociarle a la vieja frase de La Cosa “¡Es la hora de los mamporros!”, porque cuando los partidos se ponen duros, él goza como un cochino en un charco, entrando al juego de contactar con otros. Pregunten a Djené, si quieren.

El problema es que Kroos vivía asfixiado en ese hábitat, Modric bajaba y subía pero como el botones en el ascensor, sin ir a ningún sitio, Isco naufragaba en un mar azulón, y Vinicius parecía más gris que negro. Lo único bueno de ese tramo fue que el Madrid demostró oficio, solidez y control del peligro rival. En un balón mal rematado, que rebotó en un atacante del Getafe, estuvo el mayor peligro, despejado con agilidad felina por un Courtois cada vez más seguro de sí mismo. Pero, para que no nos confiáramos demasiado, el belga devolvió un balón de Varane casi a córner, en una jugada rarísima que nos los puso de corbata. Ya, ya, sé que parece que el Madrid no hizo nada en ataque, y no es verdad. Mendy llegó forzado a un pase de Modric al lateral del área, y puso forzado un centro al punto de penalti que Vinicius, forzado, remató con la puntita, y el portero David Soria desvió, también forzado. Y poco más, algún remate aislado.

Aquello era un partido al límite, con Cucurella dinamitando la moral de Carvajal, y un enjambre de chinos azules ejecutando una presión agobiante, perfectamente realizada, y plena de velocidad, fuerza y, de vez en cuando, violencia. Del tema de las faltas y las tarjetas mejor que os cuente @cubelas13 en la crónica arbitral, porque alguna explicación tiene que haber a que se llegara al descanso con el Madrid habiendo visto 3 tarjetas en 6 faltas, mientras el Getafe solamente había visto aquella primera amarilla y realizado 8 faltas después, sin amonestación.

La pausa de hidratación de la primera parte permitió recuperar un poco el resuello a los dos contendientes, y a su vuelta, pareció que el Getafe no iba tan decidido a la presión alta, y eso permitía que jugadores como Modric o Isco aparecieran en contacto con el balón. Poco y rápido, pero al fin supimos que estaban allí. El caso es que, llegado el descanso, el Madrid había emulado a Marvin Hagler y, a pesar del tormento al que le había sometido el Getafe, seguía en pie. No diremos como si nada, porque, por el camino, Varane tuvo que ser sustituido, debido a un golpe, aparentemente del balón en su nariz, que esperemos que no le impida jugar en partidos próximos. Pero el equipo seguía en pie.

Los primeros quince minutos de la segunda parte vinieron a ser un poco más de lo mismo, el Getafe mordiendo aquí y allá, y el Madrid con verdaderos problemas para dar un pase acertado, con el joven Vinicius sin conseguir hacer nada especial, Isco vuelto a desaparecer, y frustrante al hacerlo, Modric por el estilo, y Kroos arrancando chinos vestidos de azul de sus espaldas en cada balón que jugaba. Pero era un Madrid siempre sólido, sin perder el equilibrio, echando el cierre a las posibles opciones de peligro getafense. Y entonces, llegó el momento en que, con Zidane ya se sabe, podía perderse el partido o ganarse en función de sus cambios. En el minuto 63, retiró a Isco, Modric y Vinicius, y dio entrada al Pajarito Valverde, al eléctrico Rodrygo, y al siempre sonriente Asensio. Y aquello cambió, la verdad.

No podemos descartar que el Getafe sufriera un bajón físico, pero la entrada de la chavalería madridista convirtió el césped en el juego del rescate en el patio de cualquier colegio (antes del COVID, eso sí). Hasta Kroos se sumó al juego, saltando como un poseso a la presión, y el equipo blanco empezó a soltar zarpazos, especialmente por banda derecha, donde Rodrygo entró con decisión y carácter, siempre apoyado por la sombra de un Valverde ubicuo. El Madrid, en modo Marvin Hagler, atisbó cierto cansancio en su rival y comenzó a sacudirle poco a poco, cada vez más, después de haber aguantado una hora sus picotazos. Tras un rato de alboroto de los chavales, el árbitro decretó la pausa para la hidratación y, de ahí, el Madrid regresó con la mirada inyectada en sangre y afilando el machete.

Y, en el minuto 78, Carvajal jugó con Rodrygo, encimado por su marcador, que envió raso a Benzema. El francés, desafortunado toda la noche, concentró todo su talento en un pase. Sin pensar, sin mirar, sin dudar. Y puso el balón justo en la trayectoria en que la cosechadora de Carvajal había arrancado hacia adelante. El de Leganés se internó en el área y, ante la llegada del defensa, hizo un recorte seco y valiente, con lo que al del Getafe solamente le quedó meterle la rodilla y provocar su caída. Martínez Munuera decretó penalti, Ramos lo tiró con tranquilidad, lo marcó, y el Madrid, como Marvin Hagler, consiguió mandar a la lona a ese rival incómodo que le había importunado durante la mayor parte del partido. En el cuarto de hora final, el Getafe apenas llevó peligro, aunque lo intentó, y el Madrid tuvo todavía un par de salidas peligrosas, pero siempre manteniendo el principio de nadar y guardar la ropa, con lo que se llegó al final con el resultado de 1-0. ¿Corto? Sí, pero suficiente.

Esta victoria a los puntos de hoy le da al Madrid para distanciarse más del Barcelona en la carrera por el título, y vuelve a dar una imagen de un equipo que maneja el ritmo del partido, esperando estoicamente al momento en que un detalle le permita meter el gol definitivo. No deberíamos olvidar que Zidane estuvo bajo las órdenes de Marcelo Lippi, y parece haber mucho del estilo del viejo zorro italiano en estos últimos partidos. O, quien sabe, quizá de adolescente a Zizou le gustaba el boxeo y vio construir su leyenda a Marvin Hagler…

 

RESULTADO FINAL: REAL MADRID, 1 – GETAFE, 0.

 

GOLES:

1-0: 79′ Sergio Ramos (penalti)

 

REAL MADRID: Courtois; Carvajal, Varane (Militao, m. 31), Ramos, Mendy; Casemiro, Kroos, Modric (Valverde, m. 63), Isco (Asensio, m. 63); Benzema (Mariano, min. 92) y Vinicius Jr (Rodrygo, m. 63).

 

ÁRBITRO: Martínez Munuera (Comité Valenciano). Tarjetas amarillas a Carvajal (min. 15), Ramos (min. 26), Modric (min. 45), Militao (min. 47) y Mariano (min. 94).


Imagenes: realmadrid.com