CRÓNICA | Un brindis por los viejos tiempos: Celta de Vigo 1 – 3 Real Madrid

Una crónica de: @MiedoEscenico2

Llegaba el Real Madrid al campo de Balaídos para estrenarse en esta Liga con más dudas que certezas y muchas probabilidades de mostrar su peor cara después de lo visto en pretemporada. El entrenador francés decidió alinear para el partido un once muy clásico en su currículum madridista, si bien la disposición táctica fue relativamente novedosa, siendo el dibujo más un 4-1-4-1, con Casemiro en el ancla central y los dos jugadores que, lo lo general jugaban de extremos, más integrados en el centro del campo.

El inicio del partido mostró a un Madrid vigilante, que no trataba de apropiarse del balón, sino que sugería una cierta alternancia en la posesión, a cambio de salidas en profundidad que generasen problemas al rival, con espacios. 

Tras una jugada de peligro del Celta, llegó un pase en profundidad para Gareth Bale que tiraba la diagonal hacia la banda izquierda, recortaba y volvía a recortar, hasta poner un pase de la muerte que Benzema, que ya estaba con el gatillo preparado, remataba a gol, mientras Vinicius, tratando de rematar también, lo atropellaba. El 0-1, en el minuto 12, dió un cierta tranquilidad al equipo blanco, que siguió bastante sólido atrás.

Ese relativo control del partido hasta el minuto 20 fue perdiéndose, con el Madrid más centrado en cerrar bien espacios, y Bale especialmente ayudando en su banda. A la media hora de juego, en una jugada en que el flanco izquierdo de la defensa (¿dónde diablos estaban Marcelo y Ramos?) se vio asaltado por Brais, éste puso un centro casi mortal, que Varane desvió por poco a córner, evitando el gol vigués. Un remate de Modric, tras buena jugada de Vinicius, en el minuto 35, ayudó a recordar que también se podía atacar, pero el Celta fue ganando poco a poco el balón, la posesión y el dominio. Un latigazo de Bale en el minuto 44 estuvo a punto de ser el segundo gol, pero la parada de Rubén lo evitó; al momento, un Odriozola absolutamente errático en defensa perdió un balón inexplicable, que supuso un gol rival. El árbitro consultó el VAR, que decretó fuera de juego, aunque fue un aviso evidente.

Llegado el descanso, se había visto un Madrid poco activo en ataque, con imprecisiones frecuentes, especialmente por parte de un Marcelo desafortunado, y poco aprovechamiento del juego con espacios que beneficia tanto a Bale como a Vinicius. Pero también un equipo más sólido y estable que en otros partidos, especialmente gracias al trabajo del centro del campo y la presencia ubicua de Casemiro.

La segunda parte empezó con un Celta ofensivo, buscando con ganas la portería de Courtois, aunque la primera oportunidad fue para los blancos en un remate de Benzema que salió rozando el poste. Iago Aspas ponía a prueba a Courtois, que respondía con fiabilidad a su remate. Denis Suárez desangraba al Madrid por la banda de Odriozola, a pesar de la ayuda de Bale y Modrić. Fue una entrada del croata en el minuto 56 la que, para sorpresa de cualquier espectador, fue revisada por el VAR, después por el propio árbitro, y acabó con Modrić expulsado. Aunque se analiza más en profundidad en la crónica arbitral de Nilo Campo, mi opinión es que, si esa entrada es merecedora de roja directa, los partidos acabarían con ocho jugadores en cada equipo.

El caso es que los primeros minutos tras la expulsión, el Real Madrid se centró en cerrar atrás y dificultar la entrada del equipo vigués, sin apenas salir arriba.  Entonces, llegó el gol del partido. Corría el minuto 61, cuando Toni Kroos recibió de Marcelo, a unos 35 metros de la portería, y lanzó un misil tierra-aire absolutamente imparable, que impactó en el larguero y entró en la portería, haciendo inútil la estirada del portero Rubén. El 0-2, lejos de hacer que el Madrid se cerrará aun más, pareció revitalizar al equipo blanco, que volvió a lanzarse hacia adelante, con un Marcelo cada vez más inspirado, y Kroos más participativo. Zidane hizo un par de cambios que, sorprendentemente, dieron vigor en defensa y un punto de mayor peligro en ataque, con Lucas Vázquez e Isco entrando por Vinicius y Bale.

Y, en el minuto 80, una combinación entre Kroos, Marcelo, Isco, y de nuevo Marcelo, llevaba el balón a Benzema, de espaldas a la portería, cerca del punto de penalti. El impávido Karim pidió que pusieran por megafonía el Cascanueces de Tchaikowski, se puso el tutú y, a pesar de recibir una tarascada en el tobillo, hizo una roulette para dejarle el balón a Lucas Vázquez en el sitio justo, ni más cerca ni más lejos, en ese punto en que la pierna derecha de Lucas solo tenía que cruzar el balón a la portería entre dos defensas y el guardameta para hacer subir el tercer gol al marcador. Y así fue.

De ahí al final, entró Jovic por Benzema, el Celta volvió a intentarlo y, finalmente, consiguió marcar en el descuento tras un contraataque en un remate cruzado. La sensación final fue la de un equipo madridista serio, sólido, con un trabajo descomunal de Kroos y, muy especialmente, Casemiro, además de un frente de ataque con el Bale decisivo y el Benzema activo de sus mejores momentos.

Las conclusiones del partido en clave madridista son buenas, más allá del resultado: momentos de buen juego, control del partido y recuperación de cierta sensación de solidez atrás y de poder ofensivo que llevaban olvidados un tiempo… Como decía @pepo2204 en la previa, este partido es el primero que anima a recuperar la ilusión para muchos aficionados del mejor club del mundo. Esperamos que sólo sea el principio de unos cuántos…

 

RESULTADO FINAL: CELTA, 1 – REAL MADRID, 3 (0-1).

0-1: 12′ Benzema (asistencia: Bale)

0-2: 61′ Kroos (asistencia: Marcelo)

0-3: 79′ Lucas Vázquez (asistencia: Benzema)

1-3: 91′ Losada.

 

REAL MADRID: Courtois; Odriozola, Varane, Ramos, Marcelo; Casemiro; Bale (Isco. min. 75), Kroos, Modric, Vinicius (Lucas Vázquez, min. 69); y Benzema (Jovic, min. 81).

 

ÁRBITRO: Estrada Fernández (Comité Catalán).

Tarjetas amarillas a Vinicius (m.36), Odriozola (m.64) y roja a Modrić (m. 56).


Imagenes: realmadrid.com