PREVIA | Real Madrid vs Kirolbet Baskonia | Liga Endesa | Jornada 20

Una previa de: @danipuerto6

Otro combate entre madridistas y baskonistas, aunque en esta ocasión, el foco estará sobre los ausentes y no sobre los que sí contarán tanto para Laso como para Perasovic.

Llull, Thompkins, Granger o Shengelia serán los que no se alinearán y es mucho decir, pues son cuatro de los mejores jugadores de entre todos los que pululan por la liga doméstica. Con las ausencias, el juego de unos y otros se resiente, pues pese a tener recambios, las garantías que otorgan los nombrados no se obtienen de sus sustitutos.

El caso más sangrante es el de Llull, que por segunda vez se cae de las convocatorias dejando al equipo de Laso huérfano en la posición de base. Sin Sergi, sólo queda Campazzo como único “organizador” disponible, pues Pantzar, canterano que contaba en un inicio como tercer base, ha desaparecido de la rotación y es que Laso ni le menciona al comentar las opciones sin el de Mahón, cerrando las alternativas a Causeur y Prepelic.

Baskonia parece capear mejor el temporal, pues tanto Voigtmann como el dúo Vildoza-Huertas están rindiendo bien a las órdenes de Perasovic. El alemán, que comenzó la temporada titubeante, alternando buenos partidos con otros desastrosos, ha logrado hilvanar una racha en la que sus números se han doblado, logrando hacer olvidar (si es que se puede) a Toko Shengelia.

La idea de ambos coachs será clara: Dominar el rebote, llevar el peso del juego y limitar dentro de lo posible el número de pérdidas.

Imagen: eurosport.es

El Madrid ha logrado sus triunfos ante los vitorianos precisamente haciendo efectivo ese dominio del rechace, donde Tavares y Ayón le tienen la medida tomada a los postes azulgranas, que no logran imponerse en la pintura ante el dúo de centers madridistas. Para Baskonia el Madrid se ha convertido en su bestia negra, porque los de Laso les han enfrentado en los dos últimos títulos en juego con el mismo resultado. Un Madrid campeón.

Perasovic, viejo zorro, buscará un juego de muchos contactos, de dureza extrema y de un baloncesto lento, donde el Madrid baja sustancialmente y sus estrellas, desesperadas, olvidan el juego combinado intentando hacer la guerra por su cuenta, un “divide y vencerás” tan clásico como efectivo ante los madridistas. Esa previsión por parte vitoriana de  endurecer su defensa y ralentizar al Madrid para luego recuperar y correr hacia el aro blanco como almas que lleva el diablo, tiene como motivo primordial hacer el partido largo, cargando así de más kilómetros las piernas de su rival, todo para lograr el objetivo de llegar a la recta final del encuentro o bien en ventaja o con el Madrid a tiro. Perasovic no da nunca puntada sin hilo y su estrategia tien una base bien fundamentada, pues mientras el Madrid viajó a Moscú para enfrentarse al todopoderoso CSKA en una batalla fratricida en busca del podio europeo, Baskonia esperaba desde la comodidad del Buesa Arena la visita del novato Bayern de Múnich y es que pese a jugar en casa, el Madrid es claramente el perjudicado por el calendario esta semana.

Laso tiene claro que su equipo no puede rendir al máximo nivel tras todos estos avatares. No puede por falta de efectivos, por la reubicación de jugadores, por un cambio tan radical de roles que se necesita tiempo y minutos para que sean efectivos y por la “negligencia” de quienes le niegan a Campazzo la opción de fichar otro base que le refresque ante la duda de Llull, que aparte de haberse perdido tantos partidos como los que ha jugado, tampoco ha sobresalido en los que sí estuvo. El Madrid deberá ser más efectivo que nunca desde la larga distancia, abriendo el campo para que sus ventajas (los interiores) puedan jugar sin ayudas constantes, dominando el rebote para mandar en el juego, para correr y anotar en ventaja y sobretodo, deberá esperar a que sus secundarios, llámese Causeur, llámese Taylor o Carroll, se unan desde el perímetro a Campazzo y Rudy, demostrando así que el tan cacareado fondo de armario madridista es cierto y no simple postureo.