Seres superiores, indulgencias plenarias y el reino de los cielos

Un articulo de: @DanielHeredero

Ya han pasado los años desde que un siempre empanado Emilio Butragueño calificó a Florentino Pérez de “ser superior”, muy seguramente el Buitre no quiso aludir a supuestos poderes sobrehumanos, ni supuestos poderes metafísicos, ni a cualidades de deidad vikinga, pero lo cierto es que la frase cayó en gracia entre la prensa y ha sido ampliamente utilizada por el resto de los detractores de Pérez.

Tan profundamente ha calado entre sus detractores que algunos evalúan al presidente del Real Madrid no en función de sus resultados más o menos afortunados, si no en comparación con los que hubiera obtenido un verdadero superhombre, lo que les conduce a menudo a emitir comentarios tan absurdos e hilarantes como la desafortunada frase pronunciaba por Emilio Butragueño.

A esta situación ha contribuido la prensa de manera significativa, la prensa culé atribuyéndole toda clase de maldades satánicas en contra del angelical y beatifico F.C. Barcelona, a su modo de ver Florentino está detrás de todas sus desgracias, desde las escasísimas ocasiones en que un árbitro (claramente despistado) les perjudica en alguna (también rarísima) ocasión, hasta de las sanciones de la FIFA por sus flagrantes incumplimientos de las normas, pasando por las reiteradas multas a sus jugadores por impagos a Hacienda, e incluso, y para la perplejidad de todo el Orbe, de estar detrás de que un socio culé denuncie a su propio club por el fichaje de Neymar Junior.

Por su parte la prensa radicada en Madrid (que no madrileña ni mucho menos madridista como algunos piensan), en su afán de buscarle el flanco débil a Florentino, le han imbuido de poderes extraordinarios, así podemos leer sin sonrojo de quien lo escribe, que Florentino es capaz de ganar concursos públicos multimillonarios en un país tan poco dudoso de corrupción generalizada como Australia, por el hecho probado de que el Real Madrid jugó un trofeo allí contra equipos de talla mundial como Manchester City, Milan o Inter, a cambio de alrededor de 23 millones de euros, algo de lo que efectivamente sólo un ser superior sería capaz, engañar a un país entero para sacarle contratos multimillonarios para ACS y sacar además 23 kilazos por tres partidos para el Real Madrid y todo por el simple hecho de coger un avión y plantarse en las antípodas sin invitación previa…

También sucede con los fichajes, todos ellos realizados, según estas teorías, bajo los designios del capo blanco con el único objetivo de vender obra pública para ACS y en el mejor de los casos para vender camisetas, así James Rodríguez, por poner un ejemplo, vino primero para que ACS construyese unas autopistas en Colombia, luego para vender camisetas blancas en el maravilloso país sudamericano, y todo ello, claro, hasta que la evidencia de la calidad de la criaturita demostró en el campo, que por lo que realmente vino era para hacer es un fútbol maravilloso.

Podría relatar con detalle estos y otros muchos ejemplos, pero lo considero innecesario dado que resultan conocidos de todos mis inteligentes lectores. Historias ficticias argumentadas sobre conjeturas patéticas que el tiempo acaba por desmentir con tozuda reincidencia.

El objetivo de la prensa radicada en Madrid y de pequeños grupos de madridistas bien conocidos es derrocar a Florentino a cualquier precio, si para ello hay que recurrir a la difamación o a las mentiras más delirantes no importa, difama que algo queda…

Y repitiendo estas y otras cosas algún poso se pretende dejar, como dijo Goebbels, una mentira mil veces repetida acaba convirtiéndose en verdad, al menos para los que quieren creérsela o utilizarla con fines bastardos.

Así muchos terminan creyendo o intentando hacernos creer que realmente el poder de Florentino es omnímodo, y que con sólo una mirada puede hacer fichajes de dimensiones bíblicas o autopistas en 6 días, porque como podéis deducir, Florentino, al séptimo descansó…, y debió ser precisamente en ese séptimo día cuando no se pudo concretar lo de David de Gea, Gea que en Griego significa Tierra, por lo que cabe concluir que nuestro particular Dios blanco pudo haber creado los cielos, pero no llegó a tiempo el fax para concluir la tierra…

Pero no, obviamente Florentino Pérez no es Dios, ni siquiera tiene poderes cómo Spiderman o Superman, seguramente le gustaría ser infalible como la palabra de un Sumo Pontífice, omnipresente e inmortal como Yavé y famoso como la Coca-Cola, pero no queridos lectores, el señor Pérez es ingeniero de caminos, no el creador de los cielos y la tierra.

Y claro, como no podía ser de otra manera, como ser humano, tiene errores y aciertos, fortalezas y debilidades, las mismas de un simple mortal, las mismas que usted y yo sufrimos y celebramos cada día, con la diferencia, esos sí, de que a usted y a mí no nos escrutan cientos de sanguijuelas periodísticas ni decenas de millones de ojos, hasta el punto de convertir cada gesto, cada ademán en una nueva teoría, nosotros por fortuna no sufrimos un estudio exhaustivo hasta de nuestras flatulencias, algo que si se hace con el presidente merengue, lo que yo he decidido llamar Florentinología.

En una vuelta de tuerca, algunos de los que más cruelmente critican su gestión, en realidad lo que han hecho es dejar de creer en los poderes taumatúrgicos de Pérez, para abrazar otras creencias religiosas, así hay muchos que creen en otro “Ser Superior” se trata de José Mourinho, el Ángel Caído de Setúbal, que era el favorito de Dios Pérez, su ángel más hermoso y su más fiel discípulo, hasta que caído en desgracia a ojos del Todopoderoso, fue arrojado a los infiernos londinenses…

Cómo ateo que soy, me cuesta entender todas estas cosas del más allá, así que asisto atónito a estas guerras de religión, que convierten a unos y otros en ángeles o demonios en virtud de la fe profesada, para mí son sólo dos hombres, tan frágiles y erráticos en su devenir como lo soy yo mismo…

La luchas de titanes que algunos han fabricado en sus febriles mentes está tan alejadas de mis precarios y mundanos conocimientos, que sólo alcanzo a suplicar a estos y los demás bandos (que los hay) que me concedan Indulgencia Plenaria, que así se rediman mis pecados por no creer en esta o aquella deidad y que me sigan permitiendo alabar lo que considero positivo de cada cual y criticar lo que no lo es, sin sentirme obligación a declarar ninguna fe, estoy dispuesto, a cambio, a hacer el sacrificio de dejar que cuando mi cuerpo se convierta en polvo, mi alma no entre en ninguno de sus fabulosos y antagónicos Reinos de los Cielos, de los que soló manan Champions y Ligas ó listas de Forbes y contratos de patrocinio multimillonarios dependiendo del bando elegido.

 

Así, de rodillas, os rezo mi plegaria:

Hágase mi voluntad así en el bar cómo en el Bernabéu,

el tostón vuestro de cada día no me lo deis hoy,

dejadme caer en la tentación,

mas libradme del Marca y del AS,

Amén.