OPINIÓN | Había un jugador

Un articulo de: @MiedoEscenico2

En el Real Madrid, había un jugador que se acercaba a animar a Courtois después de cada gol, le decía «no pasa nada» y le empujaba a recuperarse cuanto antes.

También le abrazaba el primero cuando paraba un penalti o una ocasión rival, como si fuera a partirle en dos.

Había un jugador que merodeaba por la zona de Carvajal cuando el lateral subía, para que el rival no pudiera aprovechar ese espacio. Y que le echaba una mano en defensa, cerrando la posibilidad de que se le metieran hacia adentro si él tenía que cerrar la llegada a línea de fondo.

Había un jugador que, cuando subía Marcelo, se quedaba en una posición retrasada para que el central izquierdo pudiera ir a cerrar esa banda sabiendo que su posición estaba bien cubierta.

Y que, a veces, se animaba a cargar el área para aprovechar algún centro del brasileño.

Había un jugador que, cuando Varane tenía problemas para sacar los balones aéreos, se incrustaba entre él y el otro central para ayudar con su envergadura a reforzar ese aspecto.

Y que le ofrecía siempre un pase sencillo para sacar el balón hacia el medio, flotando por delante.

Había un jugador que, cuando Sergio Ramos subía en una de sus aventuras ofensivas, se colocaba en la posición de central para dejar esa zona cubierta, y esperaba a que volviera para recuperar su posición.

Y que evitaba que le llegaran por ese lado, bloqueando los remates rivales.

Había un jugador que, cuando Kroos bajaba a ayudar en la salida de balón, le ofrecía un punto de apoyo para superar la presión y salir en ventaja.

Y que le cubría las espaldas cuando el alemán saltaba a presionar hacia arriba para robar el balón, cerrando esa zona.

Había un jugador que también le guardaba las espaldas a Modrić, cuando el croata se adelantaba para triangular en banda derecha o llegar a línea de fondo, como en Cardiff.

Y que le ayudaba cerrando líneas de pase atrás, haciendo que el croata pudiera estar preparado para salir.

Había un jugador que lanzaba balones en largo al espacio, permitiendo que Vinicius pudiera correr a ese espacio, a la espalda del rival, para hacer el mayor daño posible.

Y que subía a asociarse con él para romper defensas tirando paredes y generando peligro en el área rival.

Había un jugador que se encontraba con facilidad con Benzema, cuando el francés bajaba a ayudar en la construcción desde atrás, poniéndole pases certeros y precisos.

Y que aprovechaba los espacios que abría el 9 en el área rival para aparecer por sorpresa y rematar a gol.

Había un jugador capaz de llegar hasta la posición de extremo derecho y poner centros al área para que Cristiano Ronaldo los rematara a gol.

Y que no se cortaba en pedirle al portugués que ayudara en defensa, si lo necesitaba el equipo

Había un jugador en el Real Madrid que continuamente estaba localizando dónde estaban sus 10 compañeros defendiendo, dónde aparecía un espacio vulnerable, y acudía con presteza a cubrirlo, acompañando la jugada y evitando que el rival pudiera aprovecharlo para hacerles daño.

Había un jugador que, cuando un rival se encaraba con cualquiera de sus compañeros, acudía como un rayo a defenderlos, enfrentándose con quien fuera, sin cortarse e imponiendo su presencia y su carácter.

El mismo que animaba a sus compañeros tras cada error o cada revés.

Había un jugador que sacrificaba continuamente sus necesidades para estar pendiente de las que pudiera tener el equipo. Si era bajar y apretar el culo en defensa, era el primero. Si había que cargar el área porque faltaba remate, también iba. O si había que caer a banda a ayudar.

Había un jugador que siempre daba la cara tras las derrotas, y analizaba cada partido con serenidad, sentido común, capacidad autocrítica y sensatez.

También era el primero que agradecía al final de los partidos al público el haber estado allí, aplaudiendo a quienes allí estaban.

Había un jugador que no dudaba en hablar de su club, el Real Madrid, y de sus compañeros, fueran los que fueran, defendiéndolos a muerte.

Y que cuidaba de los más jóvenes y respetaba a los veteranos, aprendiendo de lo que decían, hasta que se fue convirtiendo en uno de ellos.

Había un jugador que formó parte del mejor centro del campo de la historia del Real Madrid y, probablemente, de la historia del fútbol.

Y que siempre fue humilde, serio, incansable, sacrificado, profesional, centrado en el fútbol y respetuoso con las leyendas.

Todos esos jugadores se han ido, en la tarde de hoy, a otro equipo.

Será difícil no echar de menos a algunos de ellos, porque lo verdaderamente legendario de Casemiro es que fue todos ellos al mismo tiempo, y durante mucho tiempo.

Gracias, Casemiro.

 

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