CRÓNICA | 75 Minutos de fútbol y 15 de orgullo: Real Madrid Castilla 2 – 1 Sevilla Atlético

Una crónica de: @Datemus

Ya me disculparán la ausencia, pero para aquellos que trabajamos en el sector privado es difícil hacer algo distinto entresemana que trabajar. Tras la extraordinaria victoria ante el UCAM Murcia en casa, dónde si no, el equipo volvía a aprovechar los caprichos de los partidos aplazados y del calendario para jugar de nuevo en el Di Stefano, su bastión inexpugnable. Esta vez para ver un duelo de filiales: el Sevilla Atlético se presentaba para medir, en cierta manera, la calidad de las canteras de dos de los clubes más importantes del fútbol español.

Decidió Raúl sacar a Fuidías de portero, Marín y Gila de centrales, Pablo Ramón y Sergio Santos de laterales, Blanco, Dotor y Arribas en la medular, y en punta, Aranda, Peter y Latasa.

Con un fuerte viento a favor, el Sevilla ejecutó una presión muy adelantada que maniató a los nuestros a la hora de sacar la pelota desde atrás. Los andaluces no llegaban, pero a los locales les costaba un mundo llegar a tres cuartos, no sin tener que exponer la pelota en zonas muy comprometidas. Un verdadero duelo de filiales, mucho más atractivo para el espectador que los de jugadores jóvenes contra experimentadísimos futbolistas.

Si el Castilla llegó en un par de ocasiones en los primeros minutos, una en el 5’, en un balón en profundidad a Latasa en la que el ariete no llegó y pidió un penalti inexistente, y otra en el 10’, en una preciosa internada de Peter, del 10’ al 20’ el Sevilla se adueñó del partido, en especial de la mano de Zarzana por la derecha de su ataque, que forzó una amonestación de Pablo Ramón y alguna otra falta que le pudo costar la segunda amarilla. Blanco se multiplicaba en el área, entre los centrales, mientras el equipo se pasaba el partido iniciando desde la línea de fondo porque su rival acababa todas las jugadas, y soportando la asfixiante presión adelantadísima de sus contrincantes. Súmenle un árbitro que consintió que el Sevilla cortara con falta cada acción en la que la presión era rota, a veces con suficiente violencia como para mostrar una amonestación que fue siempre perdonada.

Pasados los primeros veinte minutos, el Castilla comenzó a superar la presión y a combinar en mediocampo por primera vez en el partido. En el 25’, el árbitro anuló un gol a Arribas por un fuera de juego que, si existió, fue por milímetros. Eso sí, el colegiado cobraba con falta el teatro descarado de Zarzana, un jugador artístico tanto en el desarrollo de su fútbol como en la interpretación teatral.

El Castilla se iba animando cada vez más, con un rival que empezó a notar la imposibilidad física de llegar tan rápido a asfixiar a su rival en cualquier parte del campo. Arribas y Aranda bajaban a recibir y se la jugaban de forma valiente en decididas conducciones contra varios rivales, con las que desbarataban el esfuerzo defensivo de sus contrincantes.

Imagen: realmadrid.com

En el 29’, Peter recibe por la derecha, levanta la cabeza y con esa máquina de precisión que es su pierna izquierda, pone un centro a la testa de Latasa digno de formar parte de un tratado de geometría polinómica de coeficientes indescifrables. Ahí, el ariete blanco hizo valer su superioridad física y colocó un remate precioso a la red, el clásico gol de delantero centro. 1-0.

El partido siguió por los mismos derroteros: los locales, tras un comienzo tortuoso, se convirtieron en los dueños de su feudo. Sin muchas ocasiones, el juego ya transcurría en el terreno visitante y las llegadas al área llevaban el hedor de la pólvora blanca. Sólo faltaba una chispa, y ésta saltó en el 39’ con una acción absolutamente portentosa con la que el Castilla hizo volar por los aires toda la santabárbara de su adversario: Peter roba en la medular y con la agilidad de un halcón, detecta a Arribas cerca de la frontal, y se la pone antes de que nadie tenga el más mínimo tiempo de reacción. Arribas recibió en ventaja con la defensa a contrapié y en uno contra uno con su par. Esto no era ya pólvora seca, eran la yesca y el rastrojo de un campo de Castilla recién segado bajo el sol abrasante de finales de julio, todo a punto de ser inflamado por la imaginación de un genio, el del pequeño 10 del filian merengue. Con un recorte al alcance sólo de las almas creativas de este juego, se zafó de su par y ya dentro del área, sacó a pasear el interior de su portentosa zurda para colocar un pase a la red inalcanzable para el portero, que con una estirada tan estética como ineficaz, adornó aún más la acción. Qué golazo. 2-0.

Así se llegó al descanso. Sólo el Castilla podía meter en el partido a su rival en uno de esos regalos en errores monumentales que tanto caracterizan a este equipo.

Intentó el Sevilla recuperar la intensidad en la presión adelantada y volver a atenazar la salida de balón de la escuadra madridista, pero fue en vano. El Castilla mostró su mejor cara en el Di Stefano y aprovechó los espacios que su contrincante dejaba al intentar robar tan adelante. En el 50’ y en el 51’, dos acciones de Aranda y de Arribas rondaron la ampliación de la ventaja. En el 53’, una contra magnífica lanzada por Blanco sobre Aranda terminó en un mano a mano con el portero Antonio, que ganó la acción y evitó el 3-0. Blanco se hizo notar en su vuelta tras el parón de las sub tanto en defensa como en ataque. Ha tenido momentos en la temporada más grises, pero ahora mismo está llamando a voces a Carletto que escuchar, de momento, ni con audífonos.

En el 60’, lo único que nos preguntábamos era cuándo llegaría el tercero y a quién premiaría Raúl con algunos minutos. Uno tenía ganas de ver a Álvaro y a Mario, igual que supongo que los habría deseosos de ver a Marvin, Theo o Guddy. Pero nos habíamos olvidado de los regalitos de los nuestros y de cómo son capaces de perder partidos prácticamente ganados. En el 63’, concedieron una contra parada en falta de Pablo Ramón, que ya había rozado la segunda amarilla en el primer cuarto de hora. El teatrero Zarzana exageró la caída y el árbitro expulsó al lateral izquierdo madridista, al que bien podría haber cambiado Raúl antes. El árbitro, mientras, seguía dejando atizar a los visitantes a su antojo y más sin pasar de falta en las sanciones.

Carrillo tuvo que entrar al terreno de juego para recomponer el equipo. Cinco minutos después, Aranda dejó su puesto a Theo y Dotor cedió su sitio a Mario.

Imagen: realmadrid.com

Los veinte últimos minutos se afrontaban con dos tantos de ventaja en el luminoso y un jugador menos en el campo. Sin excesivos apuros desde la expulsión, el interrogante de si los nuestros no se irían echando atrás para terminar por sufrir, en un encuentro donde merecían de nuevo, mucho más, estaba más que vivo.

La banda derecha comenzó a catapultar hacia arriba al filial sevillista, y de la mano de Zarzana, llegaron las primeras acciones de peligro sobre el área blanca. Con cada minuto que pasaba, los madridistas pasábamos una bola de ábaco con cierto alivio. El 75’, el 78’, el 80’, y dale que te pego. Lo que no paraba era la colección interminable de faltas que los jugadores del Castilla, capitaneados por Latasa, recibían de su rival sin suficiente castigo de un colegiado al que por instantes, se le estaba poniendo la cara de el del partido del Linares.

80’, Zarazana por la izquierda otra vez, centra con la zurda directamente fuera. Otra bolita de ábaco. Los chavales, ordenados y con mucho sacrificio, defendían con firmeza su desventaja numérica.

83’, córner en contra. Cada bola de ábaco pesa ya no menos de una arroba y el tiempo se ha vuelto tan viscoso como el chapapote, impidiendo a las manecillas del reloj desenvolverse con su impertérrita diligencia.

85’ ya. ¿Cuánto va a dar? Qué no nos metan uno que sabemos que se van a lanzar arriba como aviones. Los chicos, hasta ahora, aguantando como leones y sin verse desarbolados.

87’, Álvaro, la gran revelación de la temporada para este servidor, se tuerce el tobillo entre tremendos gestos de dolor. Parece que el chaval no va a poder seguir. Álvaro sale por la banda y nos quedamos con nueve. Esperemos que este muchacho de diecisiete añitos se recupere pronto y que la lesión sea menos grave de lo que parece.

Imagen: realmadrid.com

El ábaco se pone cuesta arriba. El colegiado da cinco de descuento. Estamos con dos menos. Las manos sudan y cuesta respirar por la presión en el pecho de un corazón al galope.

91’, cuatro bolitas por mover. Marca el Sevilla. 2-1. A rezar y a apelar a la heroica blanca. Ahora sí que vamos a sufrir de lo lindo. Este juego es tan injusto como la vida misma, quizás de ahí su éxito. Toca sufrir y mirarse la camiseta, creerse el escudo que se porta, hacerse digno del mismo, acordarse de Betancour, de Pirri, de Camacho y de tantos futbolistas que se hicieron superhombres al sumergirse en la leyenda y convertirse en parte de ella para hacerla aún más grande.

93’. Arribas la pierde pegado a la banda cuando estaba casi en uno contra uno. Qué lástima. Balón para ellos. A padecer más aún. La grada animando a estos imberbes con corazón de leones.

95’. Fuidías saca en largo. El árbitro pita. Final. Merecidísima victoria de estos chavales que jugaron un gran partido hasta que se quedaron con nueve, y se convirtieron en héroes de ahí al final. El Castilla en puestos de play-off.

¿Soñar con mantenerse? Todo pasa por ser competitivos fuera de casa, algo que no ha sucedido a lo largo de la campaña y por no hacer regalos como los de hoy. No siempre terminan en final feliz por más que se tenga el ánimo de un guerrero convencido de ser invencible. Y por tener unos colegiados que sean un poco justos, ni siquiera del todo. Ya ni con lo mínimo exigible nos conformamos.

El hecho es que estos chicos están ganándose un huequecito en nuestros corazones, y seguiremos sufriendo, padeciendo y disfrutando con ellos de aquí a final de temporada. Cualquiera que sea el puesto que consigan, lo importante siempre será que se hagan dignos del escudo que portan, como lo han hecho hoy con unos últimos minutos merecedores de un pequeño apartado de nuestra historia. Con actuaciones como las de esta tarde, nos tendrán ganados a todos.

 

FICHA TÉCNICA:

 

Real Madrid Castilla: Fuidias, Santos, Gila, Pablo Ramón, Blanco, Dotor (Mario, 69’), Latasa (Álvaro, 79’), Arribas, Peter (Carrillo, 65’), Rafa Marín y Aranda (Theo, 69’).

Sevilla Atlético: Alfonso P., Valentino, Kibamba, Juanmi G. (Santisteban, 85’), N. Quintana (Musa, 60’), Juanlu (Cristóbal, 46’), Luismi Cruz, Zarzana, Lulo (Carlos A., 60’), Juan María y Capi (Ismael, 79’).
 

Goles

1-0 (min. 30): Latasa.

2-0 (min. 40): Arribas.

2-1 (min. 92): Santisteban.