Un articulo de: @resurreccion_93
Erase una vez un niño delgadito, enjuto, muy mono y delicado en sus formas que vino a ver la luz en un precioso pueblo del interior de Narnia. El “noi de Sampedor” creció en aquel próspero y culto pueblo y de todas las múltiples y nobles habilidades intelectuales y filosóficas que en aquella cuna de sabiduría se potenciaban, ninguna le llenaba tanto como dedicarse al erudito mundo del fútbol, que fuera de Narnia es una disciplina para zafios e incultos pero en la noble “Catalunlla” es una bella disciplina muy por encima de los groseros atletas de Olimpia o del Bernabéu. Creció instruido en los “valors” de esa insigne academia para púberes elegidos, esa casa de formación que es “La Masía” donde un lema profundo reza a la entrada “Seny, pit y collons” (¡Cuanta sabiduría!) y una máxima filantrópica es repetida a diario a estos sabios en ciernes, escogidos para realizar obras de arte con el balón: “Odiarás al Madrit, fuente de todo mal, con toda tu alma y a Espanya y Franco sobre todas las cosas”.
Su progresión en el independentismo y su manejo del balón en esa posición donde nadie antes en la historia del fútbol había jugado le llevó rápido al primer equipo, medio centro ¡Qué descubrimiento! ¡El mediocentro y los batidos mágicos! ¡Cuánto debe el fútbol mundial a “La Masía”! Allí se labró una carrera exitosa teniendo como punto álgido, las 2 ligas expoliadas al demonio futbolístico, al satánico Madrit con la ayuda de aquel “tierno” trencilla llamado Garcia de Loza, y como colofón la copa de Europa ganada en la prórroga a la todo poderosa Sampdoria, primera que esta sacrosanta institución lograba en sus 94 años de historia anterior, Franco lo había impedido como bien es sabido.
Abandonó la institución en la soledad de la noche, no supieron los aficionados rendirle el tributo merecido, el patriotismo y entrega de años, pero que se puede esperar de una grada poblada en su mayoría por paletos charnegos, sangres sucias engendrados por “muggles” infectos venidos de Andalucía y Extremadura. Decidió ir a repartir su talento a la cuna de la civilización romana pero aquellas bestias no supieron apreciar su finura y delicadeza y lo acusaron de doping ¡Qué injusto y mentiroso es el mundo Extra-Narnia!.
Tras un corto periplo por las Américas y Qatar, donde derramó las últimas gotas de su esencia, se retiró como jugador para comenzar su carrera como entrenador. Su casa de “Catalunlla” lo volvió a acoger y empezó su carrera en el filial donde consiguió llamar la atención de los máximos dirigentes del Barsa, Villar y Arminio, que vieron en él la figura perfecta: Odio profundo al “Madrit” y a “Espanya”, encubierto en un estudiado formato de buenas maneras, compostura mediática, falsa humildat y magnífica fragancia de orín con colonia. La Federación era feliz, el barcelonismo era feliz, Narnia era feliz, Pep era feliz. Pep flotaba en una nube sostenida por Undiano Mallenco, Obrevo, Bussaka… ¡Cuanta felicidad!.
Hasta que llegó el malvado ogro portugués, ese demonio nazi que vino a destruir la perfecta armonía. Al bueno de Pep se le calleron los cabellos y los pocos que le quedaron se le tornaron blancos ¡Oh maldición! Aquel ser tan malvado, con esas formas tan agrestes, con ese lenguaje tan bárbaro hicieron entrar en ansiedad insoportable al filósofo de Narnia, al eterno “noi de Sampedor”. De nuevo emigrar a donde supiesen apreciar sus bondades. Pero lejos de los ungüentos mágicos que hacían invencible al enanito hormonado y lejos de las armaduras de Villar y Arminio, sin la inestimable ayuda de Qatar, todo se tornó difícil y áspero; los rudos teutones no supieron entender su sabia filosofía, a los dirigentes alemanes les gustaban más los rudos atletas blancos corriendo como posesos a la contra, antes que deleitarse con su dulcísimo tiki-taka y no se conformaban con que siguiera ganando bundesligas como habían hecho todos sus predecesores ¡Querían también la Champions! ¿Acaso le disteis el favor de Platini? ¿Acaso os dejasteis comprar por UNICEF Y Qatar? ¿Acaso le disteis un druida que hiciera brebajes para que Robben no se lesionara? ¡Cuánta injusticia en Baviera!.
Era hora de levantar el vuelo de nuevo, quizás en la vieja Albion todo aquello que no le dieron los germanos sería concedido, había muchas similitudes con el Barça, un jeque árabe financiando al club, un enanito argentino jugando en la delantera, el Txiqui Beguiristain de director deportivo, todo sería como en casa. Pero… no le trajeron al druida y la Premier no aceptó ser dirigida por Villar y Arminio. Así era imposible, sin la ecuación completa el pobre Pep no pudo aquí tampoco demostrar todo lo que su maravillosa mente privilegiada de genio tenía. Las musas fuera de Narnia le habían abandonado. Ya nada sería igual… Y Pep se retiró a Sampedor a vivir sus últimos días dedicándose a contarle a los lugareños aquellas épicas historias sobre Indapandansia, las pócimas mágicas, los amigos federativos y los enanos hormonados… Y colorín colorado el gurú ya se ha acabado.