Un articulo de: @danipuerto6
Quién nos hubiese dicho hace casi 10 años cuando llegó, que Sergio Llull (Menorca, España. 29 años) sería el jugador que hoy es. No era más que un niño de apenas 19 años cuando de la mano de Joan Plaza vino a Madrid. El coach ahora en Málaga, fue su principal valedor, atisbando en él cualidades que ni su entrenador de entonces en el Manresa de LEB Oro había visto. Se le ficha de un equipo en categoría inferior donde no tenía sitio para crecer como base/escolta a la sombra de Raul López, Kerem Tunceri o Louis Bullock entre otros, una apuesta arriesgada que el club asumió entonces y hoy festeja.
Llull es un todoterreno, un todoterreno con el motor de un fórmula 1, un jugador diferente dentro del baloncesto español porque entre tanto producto nacional con unas cualidades técnico-tácticas altas, ninguno tiene/tuvo tanta explosividad como si tiene Llull, no lo tuvo Corbalán, no lo tiene Calderón, por nombrar a los más parecidos en cuanto a despliegue físico junto al de Mahón.
Llull es base y aunque se pueda apostar por verle de escolta donde también rinde, es como base donde ha explotado más y mejor. Sergio para rendir necesita balón en las manos, necesita correr llevando el peso del juego y necesita esos segundos de más con la bola para crear, para generar opciones positivas para su equipo en ataque, esas premisas de juego te las da el Madrid desde la posición de base, no desde el escolta donde la situación se torna más específica.
Llull es alfa y omega en Madrid, Laso lo vio claro desde el principio y le dio el mando del equipo, recuperando para él la posición de base que Ettore Messina le había arrebatado. desde ese momento, la transformación de buen jugador a jugador histórico ha sido imparable.
Pero, ¿Quién es Sergio Llull?: Llull es un combo base/escolta de 1.90 metros y aproximadamente 94 kilos, extremadamente veloz y atlético para su altura y peso. Con una alta capacidad anotadora, Llull es capaz de hacer puntos en situaciones de catch & shoot saliendo de bloqueos indirectos o tras fintas de recepción, aunque su especialidad es la de generarse sus propios lanzamientos a partir del bote y el desborde en velocidad, pudiendo acabar en un tiro lejano tras un “step back” o de atacar el aro acabando por cualquiera de sus perfiles. Además, de ser el poseedor de un primer paso tras salida abierta como no se recuerda en Europa desde hace mucho, tiene un idilio desmesurado con el aro en los últimos segundos de cuartos o para cerrar partidos. Llull es posiblemente el clutch player más prolífico de Europa actualmente.
Tiene como virtud la de moverse mejor y sentirse más cómodo en cancha abierta que contra defensas organizadas, pues en transiciones defensa-ataque pasa por ser el mejor en su puesto, donde tiende a elegir bien, ya sea acabando él mismo o doblando sobre la llegada de algún compañero.
Posiblemente el lunar de Sergio en ataque sea el juego organizado. Anárquico por naturaleza, ese afán suyo por imprimir una velocidad endiablada a todo lo que hace le perjudica en situaciones de juego donde frenar y pensar se convierte en indispensable, aunque en los últimos años ha mejorado algo esa situación. Aun con todas las trabas para ese juego contra defensas bien plantadas, Llull es capaz de generar asistencias atacando la zona para doblar tras la ayuda o buscando jugar pick & roll desde la cabeza de la zona, de nuevo, velocidad y potencia para sacar ventajas.
Centrado en tareas defensivas, Llull es un excelso defensor, rápido en los desplazamientos laterales, fuerte para aguantar la carga del base o escolta rival, destaca sobremanera en defensas de persecución, donde atosiga a su defendido obligándole a elegir antes de los deseado, obligándole a errar. Será por esa fuerza arrolladora que presenta que no es buen defensor de líneas de pase, tampoco destaca en defensas por anticipación, donde correr no es primordial y sí lo es la colocación. Esta temporada, Sergio ha bajado su aportación atrás, obligado a suplir la anotación y la capacidad de asistir de Sergio “Chacho” Rodríguez, parece dosificarse en defensa y permite jugar más a sus pares.
Sergio Llull es historia viva del baloncesto, no sólo del Madrid, no sólo de España, Sergio es y será uno de los grandes en Europa. Su idilio con el juego preciosista hace del “increíble Llullk” un jugador único, de los que nacen una vez cada muchísimos años.