CRÓNICA | El día de la madre: Real Madrid 3 – 2 Villarreal

Una crónica de: @MiedoEscenico2

Volvía el Madrid al Santiago Bernabéu tras el infructuoso tour por la Comunidad de Madrid en que apenas había conseguido un punto y ningún gol en dos partidos frente a Getafe y Rayo. Se juntaron los tétricos recuerdos de este último partido con un puente de cinco días en la comunidad autónoma madrileña, y el estadio apareció con menos de 50.000 personas para ver el partido contra el Villarreal.

En su tónica de seguir probando alineaciones, esta vez Zinedine Zidane apostó por Courtois; Carvajal, Varane, Vallejo, Marcelo; Casemiro, Valverde, Kroos; Lucas Vázquez, Mariano y Brahim.  El partido empezó eléctrico por parte blanca, tanto que, a los dos minutos, un robo de balón en la frontal del área castellonense de Brahim a Cazorla, que celebraba el Día de la Madre, le llegó a Mariano y éste, con un toque suave, hizo subir al marcador el 1-0.  Siguió el equipo madridista en la misma tónica, jugando de manera rápida y directa, y creando oportunidades.

Pero Casemiro también quiso acompañar a Cazorla en su celebración, y se dejó robar otro balón, quedando dos jugadores del Villarreal con espacio libre para el disparo frontal. Fornals se la dejó a Gerard Moreno, que envió el balón al fondo de la portería de Courtois, cerca del poste. Con el 1-1, se mantuvo la tónica anterior durante un cuarto de hora, el Madrid saliendo a toda máquina desde un centro del campo muy centrado en recuperar balones y abrir a bandas, mientras el Villarreal capeaba el temporal como podía. Una espectacular volea de Carvajal al poste de Andrés Fernández, tras un centro medido de Marcelo, reinició las hostilidades. Un remate de Brahim, y varios de Kroos, Valverde y Marcelo, no encontraron portería o encontraron al portero. El Madrid llegaba con facilidad al área del Villarreal, con un juego rápido y fluido, de lado a lado, buscando la entrada por banda para centrar, o la división del equipo amarillo para pegarle desde la frontal.

Sobre la media hora de partido, el Madrid bajó un poco ese ritmo infernal que había imprimido en la fase anterior, y el Villarreal comenzó a estirarse con cierto peligro, llegando esporádicamente al área madridista, con un par de remates de Fornals y Chukwueze que no consiguieron batir la meta blanca, destacando una buena parada de Courtois en el segundo. En el otro lado, Mariano intentaba un cabezazo saltando por encima de Álvaro pero no lograba impactar el balón. Cuando se acercaba el final de la primera mitad, Kroos sacó un córner para Marcelo, que esperaba en la esquina del área; el brasileño remontó la línea y largó un remate con la derecha que tropezó en las piernas de un defensor, llegando mansamente al lugar en que estaba Jesús Vallejo. Con una tranquilidad pasmosa, el central se acomodó el balón y lo envió al fondo de las mallas de Andrés Fernández, estableciendo así el 2-1 en el minuto 39. Sin muchas más ocasiones, se llegó al descanso del partido.

Lo cierto es que el Madrid había jugado una primera parte bastante buena, llevando peligro por las bandas, con Lucas bastante desafortunado en el regate, Brahim algo individualista, y Marcelo operando desde la banda izquierda con esa libertad en ataque que tanto se echaba de menos en él. Sus subidas eran cubiertas por un Vallejo tranquilo, fiable y muy dado a anticipar al delantero, cortando balones y jugando con buen criterio de una manera muy vertical. Kroos parecía haber recuperado la catapulta que había perdido en Vallecas, y Casemiro se había recuperado del error que había supuesto el empate del Villarreal. Para completar el centro del campo, Valverde estaba desplegando, añadida a su facilidad para el corte en defensa y su habitual despliegue territorial, una llegada a la zona de peligro más que interesante.

Y empezó la segunda parte como la primera, con un Madrid buscando la portería rival, y un Villarreal algo más asentado y pendiente de las salidas a la contra. Un remate fuera de Kroos antecedió a la jugada del tercer gol. Valverde recibió en la frontal del área contraria, y espero a que se generara un espacio a la espalda de Quintillá; puso ahí el balón con una suavidad que sorprende en un jugador de su potencia, y allí entró Carvajal como una locomotora para dar un pase de la muerte que Mariano, bien colocado, empujó a la red. El 3-1  hacía justicia a los méritos de unos y otros, pero el equipo blanco no quiso conformarse: poco después, Brahim realizaba una jugada de las suyas, con un recorte seco sobre Álvaro, que acababa con un remate ajustado al palo contrario, despejado con apuros por Andrés Fernández con el pie.

A veces, lo que hace un jugador se nota más cuando no está, y lo cierto es que los cambios que realizó Zidane en el minuto 62 certificaron claramente este axioma. Retirar a Valverde fue quitarle la mitad del oxígeno al centro del campo madridista, y retirar a Lucas –que, aun estando desafortunado en ataque, ayudó en banda a Carvajal como siempre- fue abrir la puerta para las llegadas amarillas por su banda izquierda. Fueron sustituidos por un Isco absolutamente lento, más centrado en regatear que en dar continuidad a la fluidez del juego hasta ese momento, y por un Asensio que hoy salió en el modo Mister Hyde: no mejoró a Lucas en la faceta ofensiva, y descuidó la defensiva bastante más que el gallego.

Añadido a eso, Calleja había introducido en el campo a Trigueros y poco después a Bacca, con lo que el partido se convirtió en un ida y vuelta en que tanto el local como el visitante buscaban continuamente atacar por su banda izquierda, sabiendo que ahí generaban más peligro. Oportunidades de Chukwueze, con un disparo de lejos, y Marcelo, que intentó rematar tras una serie de bicicletas y un quiebro, saliendo el balón muy cerca de la cepa del poste, dieron paso a un último intento del pequeño Brahim muy peligroso, antes de ser sustituido por Vinicius Jr, que fue recibido con una atronadora ovación, a pesar de la media entrada. Varias llegadas del Villarreal, anuladas por la defensa o detenidas por Courtois, se sucedían con contraataques y entradas de Vinicius por una banda y Carvajal, ayudado por Asensio, desde la otra.

Y así fue transcurriendo el final de partido, con el Madrid habiendo perdido el control del juego, y en una ida y vuelta salpicada por pérdidas de balón continuas de algunos jugadores, hasta que en el minuto 93, Gerard Moreno se fue sin ser frenado por Casemiro, encaró a Vallejo, y dejó un balón en la frontal del área que Jaume Costa envió cerca del poste derecho de la portería de Courtois, que no hizo nada por pararlo. El 3-2 final hizo más justicia a la última media hora, en que el partido se equilibró relativamente, aunque tampoco el Villarreal hizo méritos para conseguir mucho más que maquillar el resultado.

Quedan sólo dos partidos y, más allá de que con Zidane se haya recuperado la fiabilidad blanca en el Bernabéu (se han ganado los cinco partidos disputados en él), algunos jugadores están, partido tras partido, cargando de razones al entrenador francés para no contar con ellos de cara a la próxima temporada. Y Zidane no parece estar por la labor de celebrar, en ese aspecto, el día de la Madre…


Imagenes: realmadrid.com