Un articulo de: @resurreccion_93
Veía con mirada atónita en las noticias, como cientos de jóvenes adolescentes (algunas ya no tan adolescentes) hacían cola en las puertas del Barclay Center de Madrid donde llevaban haciendo noche desde hace ya un mes esperando para ser las primeras en entrar al recinto madrileño y así poder ver desde más cerca la actuación de Justin Bieber el próximo Miércoles. No puedo dejar de sorprenderme cada vez que veo estos ridículos espectáculos preconcierto con jovencitas al borde de la lágrima que contestan a la pregunta de si merece la pena esa espera en la calle con frío y durmiendo en el suelo, con videos de Youtube rememorando conciertos pasados del divo canadiense. No podía parar de negar con la cabeza incrédulo ante tal sarta de insensateces cuando mi hija de catorce años me recriminaba mi “haterismo” ante ese fenómeno que según ella canta muy bien baila mejor y además es guapísimo y me espetó con rabia que si pudiese y yo la dejase ella también estaría en esa cola. Esbocé una sonrisa y pensé que esa pasión adolescente dura “lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks”. Y que conste que me encanta la música pop e incluso tarareo y sigo el compás con golpecitos en el volante de mi coche cuando Justin entona el “What do you mean?” por la radio.
Pero esto del fenómeno fan no es exclusivo de las chicas, no vayáis ya a tacharme de sexista, que hoy por menos de nada te pintan una cruz en la cara y de por vida cargas con tu carnet de machista, xenófobo o antimadridista por obra y gracia de los dictadores de conciencia de las redes sociales.
El sábado por la noche mi hijo de doce años se dio un homenaje a mi costa; según él, sufrí una dura humillación. Enfundado en su camiseta con el 7 sobre el cual luce el nombre de Ronaldo, cada vez que Narciso marcaba (o le signaban un gol aunque no hubiese sido suyo) se ponía delante de mí marcando con sus pulgares el nombre de su ídolo infantil. No conforme con eso me mandaba “whatsapps” en los que decía: “¡Madre mía el bicho, ¿Qué te parece Manolo?” parafraseando a ese gran “madridista” de las ondas también conocido por asaltar a los mendigos y de apellido Lama. Mi pobre hijo llevaba tres meses esperando este momento de gloria, defendiéndose únicamente con videos de youtube en los que me enseñaba todo lo que CR nos había dado. En su inocencia (inconsciencia) preadolescente se vengaba por mis “ataques” al hedonista de Madeira durante este tiempo. Acabado el partido me preguntó con recochineo: “¿Qué vas a escribir el lunes? ¿Ahora qué?” Para terminar con una frase contundente: “Menudo zasca te ha dado el bicho”.
En su inmadurez pubertaria incluso está convencido de que yo no me alegraba por los goles, estaba convencido que yo estaba jodido porque Ronaldo marcase goles que sirviesen para que el Madrid venciese en el Calderón, como por otra parte es lo más habitual que ocurra y así ha sido mayoritariamente en los 65 derbis allí disputados, creo que alguno de ellos sin Ronaldo en nuestras filas, corregidme si me equivoco.
Así son los jóvenes, se dejan llevar por la inmediatez del momento, por el resplandor de los focos y por la presión mediática que arrastra a las masas como un tsunami ¿Cómo le hago yo a mi hijo ponerse a reflexionar sobre la trayectoria egoísta de este jugador que siempre mira para su propio interés y lucimiento más que por el club al que representa? (Sí, ofreció a Bale lanzar el penalti, quizás porque su índice de fallos está en aumento últimamente, quizás por generosidad con su compañero. El galés un caballero del futbol, sabe cuál es su rol y lo acepta con disciplina y humildad y declinó el ofrecimiento) Hacer entender eso hoy a mi hijo de doce años es tan difícil como hacerle comprender que las matemáticas, esa asignatura tan complicada y desesperante, le ayudarán en un futuro a saber si el banco le está aplicando correctamente el interés en la hipoteca que tendrá que pagar todos los meses dentro de 15 años ¡Cuán largo me lo fiais!.
Lo mejor de la adolescencia me decía un director espiritual es que se pasa, afirmación muy cierta, mi hijo mayor, de 20 años que ya empieza a tener criterio propio cuando se compró la camiseta de este año no se dejó impresionar por el boato mediático y grabó en la espalda el número 14 y el nombre de Casemiro: Intensidad, esfuerzo, compromiso, humildad, generosidad…
Más triste fue asomarme a ese patio de Monipodio que es twitter, donde veía como muchos tuiteros daban rienda suelta a su inconsciencia adolescente para saldar cuitas pendientes con los “haters” de CR y que se lanzaron ávidamente a la caza del “hater”; más que celebrar la victoria del Madrid buscaban con saña atizarnos, así como si estuviesen convencidos de que los que no comulgamos con el luso, estaríamos tristes y alicaídos por la victoria de nuestro equipo por culpa del autor de los goles. Ahí no cabe aplicar el atenuante de la inmadurez juvenil sino más bien el agravante de la estulticia ignorante. Me alegré muchísimo por supuesto y celebré los goles con efusividad y me mofé de todos los antimadridistas a los que se les hacían los dedos huéspedes esperando que esta jornada la Farsa alacanzara el liderato con su victoria más nuestra derrota. La realidad es que ellos no ganaron a pesar del enésimo robo al contrario (ya no se esconde ni disimula el estamento federativo: dos expulsiones y ocho minutos de prolongación y para el clásico… Clos Gómez) y nosotros vencimos, cosa de lo más habitual como ya he dicho en nuestras visitas al Calderón certificando el cierre y demolición de un estadio perdedor.
Reitero que celebré los goles con algarabía de la misma manera que celebré con júbilo los dos penaltis parados por Casillas en la semifinal del mundialito de 2014 en el momento más intenso de los merecidos ataques al Topo de Móstoles, que para memoria de muchos madridistas amén de Topo ha sido hasta el momento el mejor portero de la historia del Real Madrid; pero eso no hizo injustos ninguno de los ataques que le proferimos en twitter por no aceptar su declive profesional y su falta de amor al club al no renunciar a ese contrato vitalicio que había firmado en una desafortunadísima renovación contractual. Lo más curioso es que gran parte de las interacciones “beliebers” en favor de CR, sus más furibundos fans al borde del éxtasis y que hoy me llaman “hater” son los mismos que hace 2 años machacaban a Casillas con insultos y descalificaciones de tamaño bastante más grueso del que yo uso para describir el declive de Narciso.
Es bastante pretencioso por mi parte por mi parte esperar que leáis todos mis artículos, aunque deberíais hacerlo porque son muy buenos (mi vena narcisista aflora), pero si lo hicierais tendríais más rigor a la hora de criticarme pues ya vaticiné en mi entrada del 24 de Octubre «El retrato de Dorian Gray» que Narciso volvería a marcar, volvería a coger una buena racha, porque es un gran jugador (en declive) y está rodeado de un elenco extraordinario de generosos y comprometidos compañeros a los que no les importa que el siga engordando su ego. Así que no gocéis con mi sufrimiento “hater” cada vez que CR marque porque no existe tal, soy inmensamente feliz cuando golea con la camiseta del Madrid (no con la de Portugal, si acaso un poco por lo que escuece a los culerdos) porque a mí lo que realmente me hace feliz es que gane el Madrid aunque marque el utillero. El sábado no fue la victoria de un jugador, fue la victoria de un equipo en el que todos cumplieron su misión como se espera de ellos, Ronaldo se limitó a hacer muy bien su parte del trabajo, culminar como ariete lo que el resto de sus compañeros elaboraban con actitud y compromiso desde la defensa hasta la punta de ataque. Eso es lo que yo deseo por encima de estúpidos personalismos. Decía D. Alfredo que ningún jugador es mejor que todos juntos. Amén.
¡HALA MADRID… Y NADA MAS!
P.D: Y como aquí no se nos caen los anillos por rectificar y envainárnosla, mi más sincera enhorabuena a D. Francisco Alarcón “Isco”, no por su maravilloso partido del sábado, que también, sino por su evidente cambio de actitud, por su compromiso por dejarse todo lo que tiene en pos de demostrar que merece la renovación de su contrato con el Madrid. Ese es el camino, ahí siempre encontrarán mi apoyo los jugadores del Madrid. Que dure mucho su estado de gracia.
P.D: Acaba de terminar el partido en Lisboa y podría ponerme a devolver zascas inmesericordemente, pero no lo haré porque me preocupa bien poco que el partido de Narciso haya sido nefasto por desaparición, lo que a mí me importa es que el Madrid ha ganado y me da igual quien haya marcado.