Una cronica de: @Javirodespi – planetacb
No hubo que esperar mucho para que el Real Madrid se reencontrara con la victoria, concretamente en una cancha que tampoco es que le traiga buenos recuerdos por aquella F4 perdida en 2014, pero que hoy ha sido testigo (con un lleno absoluto) de un triunfo que aleja tanto a los fantasmas colectivos por dudas sobre el juego, como a los individuales con un jugador como Llull que mandó al infierno su racha de triples fallados. Así se lo contamos en nuestro OjO Al Blanco.
Los señalados
Dos titulares del quinteto ante Baskonia se quedaron sin disputar ni un solo minuto, tanto el sueco Taylor (fuera de convocatoria junto con Álex Suárez) y Trey Thompkins, fueron los convidados de piedra al partido tras su desastrosa actuación del pasado martes, no sabemos si es un mensaje de Laso de forma directa o simplemente una cuestión de rotaciones, sea como fuere, el Real Madrid no los echó de menos a ninguno de los dos.
Eliminando malas influencias
Si algo pudimos ver nada más comenzar el encuentro, fue que los jugadores de Laso tenían la lección bien aprendida de su partido ante Baskonia, mucho más concentrados y aunque con alguna que otra laguna defensiva (que también tenía EA7), empezaba a imponer su ritmo en un partido donde el intercambio de canastas y alternativas en el marcador se iban produciendo. Como anécdota, decir que, para desgracia de todos aquellos que no dejaban de contar los triples fallados de Llull, tuvieron que empezar su cuenta desde cero porque anotó su primera canasta de 6.75 en los primeros compases del encuentro tras los últimos tres partidos en que no consiguió ninguno.
Dos americanos en blanco y negro
¿Se acuerdan de esa etapa de Carroll hace un par de temporadas en que no salía de una lesión y entraba en otra? Algunos indecentes como quién esto suscribe, se atrevió a decir que parecía que había perdido velocidad en sus acciones. Pues miren, va ser que no y la realidad es que se está convirtiendo en el jugador más fiable y regular de los blancos, suyas fueron las mejores acciones ofensivas del equipo blanco en la primera mitad y con un acompañamiento de lujo en el poste bajo, Othello Hunter volvía a ser el coloso de la zona y, aunque con problemas en el cierre de su rebote defensivo, en ataque no había forma humana de pararle, ya fuera reboteando para acabar en mate o inclusive un 2+1 en que no hubo manera de impedir esa máxima del entrenador que dice «canasta o tiro libre pero nunca las dos cosas», y es que el tío es duro como una piedra.
La técnica explosiva y un susto
Los once puntos que el Madrid se llevó al descanso (41-52) y, sobre todo, la sensación de solidez demostrada, tenían visos de continuar en la reanudación del partido, sin embargo, un mal movimiento de Llull con riesgo de lesión, originó su recambio inmediato por un Draper que sigue sin encontrar la tecla para dirigir al Madrid y se le vio poco metido en el juego, sin casi hacer circular el balón y sin mandar excesivamente en la cancha hizo que Milán, poco a poco, fuera viendo posibilidades de remontar. Menos mal que a Randolph le pitaron una técnica que hizo el efecto contrario al esperado en el jugador americano, estuvo tan picado que parecía que había dos Anthony en pista.
Felipe, que nos la lías
Más bien que mal, el Madrid aguantó el último período con nueve puntos de ventaja merced a dos triples de Sanders y que podía haber sido peor si la falta de triple que Rudy cometió sobre Kalnietis no hubiera sido fuera de tiempo, pero la continuación fue peor aún, dos errores consecutivos de Felipe Reyes cometiendo un 2+1 y una antideportiva señalada, originó que el Milán se acercara peligrosamente en el marcador y Laso tiró inmediatamente de Llull (se apagaron las alarmas) y un Randolph que, si ya en ataque nos deleitaba con su lección habitual de clase, en defensa era un saltarín que cogía todos los rebotes que pasaban por sus manos, no en vano acabó el partido con 14 capturas y algunos de ellos absolutamente decisivos.
Un final tranquilo
No tuvo excesivos problemas para acabar el partido de forma tranquila el Madrid, con un Llull que se notaba que volvía a recuperar su confianza en el tiro, jugando a mover el balón con Luka Doncic que estuvo prácticamente inédito (hoy no le tocaba papel protagonista) y con la continuación de la descomunal actuación de Anthony Randolph, fueron suficientes para llevarse un valiosísimo triunfo de la ciudad italiana.
Así terminamos hoy, en un día que nos hemos quedado con ganas de ver a Alessandro Gentile, porque el que había hoy no se parecía en nada al de otras ocasiones (Repesa, ¿qué has hecho?) y donde el Real Madrid volvió a afianzarse entre los cuatro primeros puestos a falta de terminar la jornada de mañana, nosotros volvemos el domingo, ya con ACB y con la vista puesta en el choque ante Tecnyconta Zaragoza, mientras tanto, ya saben, no dejen de sonreír.