por Una cronica de: @Javirodespi – planetacb.com
El Real Madrid empezó su gira de partidos con una victoria contundente ante un Dominion Bilbao Basket pero que, más allá de todo lo que podamos hablar, esta crónica debe llevar el nombre de Raül López, alguien a los que las 9.658 privilegiadas almas que pudieron despedirlo en vivo, es probable que no lo olviden en mucho tiempo, así que vayamos con este triste OjO Al Blanco y que nos lleva de Raül al cielo de Estambul.
¿Enemigos o amigos?
Al pobre de Raül López casi no le dejan hoy hacer el calentamiento previo en condiciones, la gente no paraba de pedirle autógrafos, llamarle, poner pancartas por todo el Barclaycard y ya no digamos cuando fue la presentación o su primera salida a pista a jugar o cuando se sentó por última vez y saludó al público, ahí la ovación fue atronadora y larga. Pero seríamos injustos si no dijéramos que al comienzo también se llevaron aplausos gente como Hervelle, Mumbrú o Begic que llevaron la camiseta blanca, aunque también hay que reconocer que cuando en el último cuarto hubo una tangana entre Alex Mumbrú y Jeffery Taylor con técnica y antideportiva respectivamente, el respetable se olvidó de todo y le dedicó una pitada de las gordas.
Ostras Carroll, ¿Qué has merendado?
Que Jaycee Carroll está en el mejor momento de la temporada, creemos que hay pocas dudas, pero que nos dé una exhibición como la mostrada hoy, en todos los minutos que estuvo en pista, es de mucho mérito, suyo fue todo el protagonismo inicial hasta el punto de que llegó a anotar más puntos que todo el Bilbao Basket con 10 puntos del americano por 6 de sus rivales y sin altibajos en su juego mostrándose igual de letal tanto desde el triple, como con esa bombita que cada vez perfecciona más tanto en la primera parte como en la reanudación. Suyo fue el título de máximo anotador (empatado con Bertans) tras anotar 20 tantos, sin duda una alegría para Laso.
Las rotaciones de la importancia
Una de las preocupaciones de Laso es que los quince jugadores se sientan importantes y hoy era la ocasión perfecta para mostrarlo, las actuaciones de jugadores que no habían tenido ni un minuto contra Khimki (o poco tiempo) dejaron a las claras que el grupo está unido y sin fisuras, así hay que destacar un Luka Doncic que llevó con mano firme el equipo en la dirección, asistiendo con acierto, lanzando cuando había que hacerlo y, lo mejor de todo, dando una muestra de crecimiento cada día más sobrio con acciones en las que se ve que ya no piensa como junior sino como senior (látigo Bodiroga inclusive). Igual podemos decir de Augusto Lima que aportó buena lucha en tableros en un día que Ayón le tocaba descansar y no nos olvidemos ni de Jeffery Taylor, cumplidor en la defensa o de Willy Hernangómez que como suele ser habitual, estuvo más que correcto en el juego de cinco puro.
Ritmo contra no ritmo
Sito Alonso tenía una consigna clara y era la llevar el partido a un ritmo lento y para ello, el entrenador se desgañitaba desde la banda y con sus movimientos de brazos indicaba a sus jugadores que pararan, que miraran, que buscaran y que, en resumidas cuentas, buscaran buenas situaciones antes de lanzar, sin embargo, eso le trajo algún problema ante una buena defensa blanca que le obligaba a agotar posesiones y eso que el Bilbao tuvo buena compañía con Dairis Bertans, que no quiso ser menos que su hermano Davis de Baskonia y también quiso amargar a los blancos anotando veinte puntos y siendo el mejor de su equipo, sin embargo, fue insuficiente para parar la tremenda rotación de los de Laso.
Y el MVP fue…
Pues Raül López, quién si no, difícil encontrar tanta muestras de cariño en un jugador rival, pero si hablamos a efectos de números, ahí encontramos al capitán del Real Madrid, Felipe Reyes que, en solo 17 minutos de juego anotó 14 puntos, cogió 8 rebotes, dio un asistencia y logró 21 de valoración, difícil encontrar tanto rendimiento en tan poco tiempo.
Así terminamos pero volvemos en nada, que el martes tenemos el primer partido del playoffs de cuartos entre Fenerbahçe – Real Madrid en busca del asalto a la Final Four, no será nada fácil pero, ¿Quién dijo miedo?
