Una crónica de: @MiedoEscenico2
Un partido con nada en juego para el mundo merengue, excepción hecha de un improbable Trofeo Pichichi para Karim Benzema, era lo que ofrecía el enfrentamiento en Butarque entre Leganés y Real Madrid, como ya adelantaba @pepo2204 en su peculiar Previa. Aun así, tanto la convocatoria como la alineación de Zinedine Zidane no fue precisamente una concesión para la galería, y al campo de juego saltó un equipo teóricamente competitivo, con el cedido Areola jugando su último partido con el escudo madridista bajo palos. Una defensa peculiar, con Lucas Vázquez en el lateral derecho, Mendy en el izquierdo, y la zona central ocupada por Militao y Sergio Ramos. Un centro del campo inusual, en aparente doble pivote con Casemiro y Valverde, con Isco jugando en la posición de centrocampista ofensivo. Y un tridente ofensivo formado por Marco Asensio por la derecha, Vinicius Jr por la izquierda, y Karim Benzema en punta de ataque. Un experimento con gaseosa.
El equipo hoy de verde comenzó el partido burbujeante, con ganas de llegar a la portería de Cuéllar, y en el minuto 6, un zambombazo del Pajarito Valverde desde fuera del área fue desviado con apuros por el portero pepinero. En el minuto 9, una falta lateral era lanzada con pericia y precisión por Isco al punto de penalti, y allí se izaba Ramos, como auténtico estandarte del equipo madridista, para rematar picado de cabeza y mandar el esférico al fondo de las mallas del Leganés. El 0-1, poco a poco, fue suponiendo que el Real Madrid perdiera gas, y que el Leganés comenzara a llegar con peligro.
Imagen: realmadrid.com
Venimos acostumbrándonos, en estos últimos partidos, a que los equipos rivales, ante la intimidatoria presencia de Ferland Mendy, vuelquen el juego hacia el lado izquierdo de su ataque. Allí se volvieron a juntar –exactamente igual que el día del Alavés- Lucas Vázquez jugando de lateral, que no es su puesto, un Asensio contemplativo en las tareas defensivas, y un Militao menos acertado que en algunos partidos anteriores. Valverde o incluso Casemiro trataban de caer a esa banda para frenar la vía de agua que generaba Bryan Gil, con la ayuda de un liberado Jonathan Silva, y el cuadro verde sufría, tanto para evitar las ocasiones del equipo del sur de Madrid, como para sacar el balón jugado por ese lado. En ataque, tampoco Asensio aparecía apenas, al igual que Vinicius en la banda contraria, porque el Leganés había plantado allí una línea Maginot difícilmente franqueable. Por el medio, el conjunto madridista se iba ahogando, con circulaciones horizontales que no llevaban a ningún sitio, más que a la otra banda.
A cambio de una oportunidad de Benzema, que aprovechó un despiste tras un saque de banda para mandar el balón a las nubes, Bryan Gil hizo trabajar a Areola, al igual que Recio unos minutos después. Salvo el del gol de Ramos, absolutamente todos los centros de los jugadores madridistas iban a parar directamente a las manos de Cuéllar, ya fueran de Isco, Mendy, Lucas o Asensio. El mallorquín mandó también por encima del larguero un pase de Mendy cerca del descanso, mientras el Leganés iba llegando cada vez más y más cerca de la portería del campeón de Liga. Sería ya en el descuento de la primera parte cuando el cántaro, que llevaba veinte minutos yendo a la fuente, se rompiera. El cuadro pepinero hizo una apertura a Jonathan Silva en banda que, ante la llegada de Lucas, puso el balón dentro del área. Allí apareció de nuevo Bryan Gil, con un control que se le fue un poco largo y hacia línea de fondo. Asensio andaba cerca pero mirando, Militao llegó tarde al corte, y el chaval sólo tuvo que cruzar el balón a portería, casi sin ángulo, batiendo por bajo a Areola.
Imagen: realmadrid.com
El 1-1 mandó al descanso a los dos equipos sin conseguir lo que querían. Al Leganés no le bastaba un empate para salvarse, mientras que el Madrid no alcanzaba su decimoprimera victoria consecutiva, ni Benzema marcaba. La vuelta tras el descanso ofreció a un Leganés algo más comedido, y un Madrid decidido a tener el balón, destacando que entró Nacho en el lugar del capitán Sergio Ramos, que cedió el brazalete a Benzema. En el minuto 51, Isco recuperó un balón en mitad de la salida pepinera, y envió un pase letal a la espalda de la defensa, donde entraba Asensio en diagonal. Con ese estilo tan natural que se gasta, el hasta ese momento ausente Marco Asensio envió la pelota al fondo de la red y volvió a poner por delante al equipo madridista. Como en un deja-vú de la primera parte, el Madrid perdió gas y cedió el balón y la iniciativa al Leganés. A la hora de partido, Zidane hizo un triple cambio, sacando del campo a Casemiro, que tenía un golpe en la rodilla, Asensio y Benzema. En su lugar entraron Kroos, Brahim y Jovic. La renovación vino acompañada de una especie de resurrección del equipo madridista, que duró apenas diez minutos, burbujas que no llegaron a nada: Brahim muy activo pero liviano, Kroos algo pluriempleado, y Jovic otra vez con su traje de camuflaje, aunque tampoco puede decirse que Benzema se hubiera hecho notar antes que él.
A los pocos minutos, lo que sí se notó que la desaparición de Carlos Henrique Casemiro del centro del campo había hecho que se fuera todo el gas de la gaseosa del experimento, y el Leganés siguió intentándolo con denuedo pero poco acierto. Óscar, Assalé, iban rematando a la portería de Areola, pero el guardameta francés estaba respondiendo con acierto. El Madrid apenas salía de su campo, y aunque la pausa de hidratación le podría haber dado algo de cuartel, lo cierto es que a la vuelta de la misma encajó el gol del empate. Otra jugada por la izquierda, centro al área y Assalé remataba duro y cruzado para establecer el 2-2. Y, a partir de ahí, hasta el final del partido, un equipo lanzado a la desesperada en pos de la victoria, el Leganés, y otro que salía con más torpeza y desacierto que otra cosa al contraataque, sin apenas tirar a puerta. Al final del partido, el Leganés, incapaz de marcar, se fue a Segunda División, y el Madrid estuvo a punto de perder su cuarto partido de la temporada, en una actuación bastante liviana y disoluta, de la que la mejor noticia fue el regreso de Nacho al terreno de juego.
Imagen: realmadrid.com
Antes de finalizar, recordar algunos datos que dan idea de los merecimientos del Madrid a lo largo de esta Liga: el Real Madrid ha sido el mejor equipo fuera de casa, habiendo conseguido 10 victorias y recibiendo solamente 14 goles lejos del Bernabéu. En su feudo (Santiago Bernabéu o Valdebebas), no ha perdido ningún partido. Destacan especialmente dos rachas, que dicen mucho de lo que ha llevado a cabo el equipo blanco este año: en primer lugar, se mantuvo sin conocer la derrota durante 15 jornadas, entre el 19 de octubre del año pasado y el 22 de febrero de éste. En segundo lugar, evidentemente, el tramo final de la Liga, con las 10 victorias consecutivas que le han dado el título. Que el equipo ha basado su éxito en la disciplina y el sacrificio defensivo, lo demuestra el hecho de que ha mantenido su portería a cero en 19 partidos, la mitad del total.
Y, con esto, llegamos al final. Ha sido un placer para este humilde cronista relatar las aventuras y desventuras –pocas- durante esta Liga que ha acabado en las vitrinas del Real Madrid, junto con las 33 anteriores. Nos reencontraremos el 7 de agosto, ahora el partido más importante -siempre el próximo- en Manchester frente al City, para intentar contar esa remontada que todos deseamos. Si el boss quiere, y nada más lo impide, claro… Fue un placer.
RESULTADO FINAL: C.D. LEGANÉS, 2 – REAL MADRID, 2.
GOLES:
0-1: 9′ Sergio Ramos (asistencia: Isco)
1-1: 45’ Bryan Gil
1-2: 52’ Marco Asensio (asistencia: Isco)
2-2: 78’ Assalé
REAL MADRID: Areola; Lucas, Militao, Ramos (Nacho, min. 45), Mendy; Casemiro (Kroos, min. 61), Valverde, Isco; Asensio (Brahim, min. 61), Benzema (Jovic, min. 61) y Vinicius Jr.
ÁRBITRO: Cuadra Fernández (Comité Balear). Mostró tarjeta amarilla a Brahim (min. 66).