Un articulo de: @Skaragaroc_
28 de mayo pasado, casi 12 de la noche, apoyado en una columna del aeropuerto de Barajas a la espera de la apertura de mi puerta de embarque para emprender el viaje de regreso a Francia, el corazón lleno de sentimientos antagónicos: triste por dar por finiquitada mi estancia en Madrid, pero excitado por haber vivido otra experiencia inolvidable.
Tras la durísima clasificación contra el Bayern reserve mi vuelo con la firme intención de volar hacia Madrid para disfrutar de los amigos de -El Diario de Mou-, hacer un poco de turismo y sobre todo vivir la final de Champions en nuestra sede oficial “La Cazuelita” para regresar con la ansiada decimotercera en la maleta.
En esa Terminal 1 cuya actividad poquito a poco se va ralentizando, se me vienen todos los recuerdos del fin de semana a la cabeza. Una verdadera avalancha de emociones invade mi cuerpo y mi mente empieza a vagabundear sobre esa autopista de sensaciones en una profunda reflexión sobre los valores reales de la vida …
¿Quién no ha bajado al bar del barrio para tomarse una cañita y charlar de fútbol? Seguro que alguna vez en dicha situación os habréis encontrado con el típico listillo de turno quejándose de esos 22 mamones, analfabetos y chulos corriendo detrás de una pelota que ganan indecentes cantidades de dinero. Ya sabéis, “el fútbol “ese deporte sobrevalorado utilizado hoy día como aquellos juegos del circo de la Roma antigua, en los cuales unos gladiadores luchaban hasta la muerte para entretener al pueblo y para al final dominar a las masas de borregos incultos.
Muy lejos de compartir semejantes argumentos, me gusta a nivel personal, sacar la parte positiva de las cosas porque siempre encontraras aquel filosofo de barra de bar para amargarte la vida. Según un dicho francés muy popular: «El sabio te enseña la luna y el bobo solo se fija en la punta del dedo»…. así que en el ambiente de ese bar me pregunto ¿Será solo fútbol?.
El futbol en si es un deporte, una forma de entretener el cuerpo para cuidar la salud y aliviar la mente que se ve sometida al estrés de la vida cotidiana. Visto de esta forma tan peculiar e individualista, cuesta entender que el balompié sea algo más que un divertimiento. Por lo tanto, más allá de la disciplina deportiva existe un verdadero factor de sociabilidad a través de “la Institución” para lo que nos interesa aquí: el Real Madrid.
Para impulsar un movimiento hacen falta líderes, precursores, visionarios, etc. llamémosle como bien nos interese. Santiago Bernabéu, genio en su época, utilizo entre otros factores, la construcción de un estadio innovador y majestuoso para sacar del letargo a un club modesto con la firme intención de crear uno de los mayores imperios deportivos del mundo. Por una parte, sin el futbol visto como deporte nada de esto hubiera sido posible. Pero por otra parte la intervención de Don Santiago fue determinante para empezar a escribir la historia tan laureada de nuestro club.
Sin querer comparar lo incomparable y parecer un exagerado a los ojos del lector, todas esas webs madridistas que van apareciendo en la red estos últimos cinco años son para mi nuestros “estadios” particulares, construyendo algo mucho más grande.
A veces al salir a la calle uno pasa al lado del vecino, le saluda y este no se toma la simple molestia de devolver la palabra, aunque solamente sea para cumplir. La naturaleza humana combinada con la individualidad de nuestras sociedades hiper-desarrolladas favorece una frialdad social con la que cada uno cada uno piensa en sí mismo para sobrevivir e imponerse sobre los demás.
Por lo contrario, a veces ciertas personas son capaces de sobrepasar ese individualismo natural para compartir una pasión o un sentimiento. Un chico de Valencia, madridista de corazón, decide un día montar una web para compartir su afición por su club. Lo más natural y los más fácil sería disfrutar de sus sentimientos, de su afinidad por el Real Madrid de forma individual , porque le gusta, le divierte y le ayuda a aliviar la dureza de la vida. El simple hecho de dedicarle tiempo a desarrollar la web y difundirla es el primer paso adelante para promover un fenómeno de masas.
En efecto, jamás en esta vida hubiera pensado disfrutar de un momento tan personal y tan especial como una final de Champions con gente que nunca hubiera tenido el gusto de conocer si no es por consultar la web de El Diario de Mou. Más allá del partido de futbol que al final se convierte en una mera anécdota, lo determinante es lo que puedo sentir por esta gente. Hace año y medio no nos conocíamos y hoy día tengo la suerte de tener una familia a la que quiero con locura, repartida no solo por distintos puntos de España, sino incluso en distintos continentes.
Lo vivido el día de la final y en general los sentimientos que se desprenden de esa comunidad que ha conseguido crear Toni, roza lo inexplicable. El simple hecho de juntarme con estos amigos me produce un estado de felicidad difícilmente descriptible …. como una especie de endorfina en mi mente.
Cada persona es un sentimiento, una forma de ser y de vivir que nutre al grupo. Pero sin ese cemento que nos une a todos nada de todo esto hubiera sido posible.
No, definitivamente no es solo fútbol ….. Por eso mismo cuando bajo al garito y preguntan que como soy tan necio para comprarme una camiseta tan cara y de esta forma alimentar el business vergonzoso de la pelotita redonda, recuerdo aquel sabio enseñando la luna y esbozo una sonrisa pensando en la próxima quedada.