Un articulo de: @susanaurue
Os voy a contar la historia de lo que pudo ser este artículo y no fue. Habían pasado ya unos días desde el partido del Vicente Calderón, mi sensación de cabreo no aminoraba y decidí plasmar en unas líneas mis pensamientos.
Como muchos otros madridistas mi enfado fue en aumento al escuchar las presuntas declaraciones de nuestro capitán.
Benítez, un día antes, había concedido una entrevista al bizconde de Brunete, no muy acertada a mi modo de entender y caldo de cultivo para lo que sucedería a posteriori.
Mi pregunta era clara, ¿Por qué se permite este tipo de declaraciones en una institución como el Real Madrid? Incluso me llevé este tema a mi vida cotidiana, y yo no me imaginaba cuestionando en público el trabajo de mis jefes. Todo esto se me pasaba por la cabeza hasta que ayer se descubrió la manipulación que se había hecho de las declaraciones de Ramos.
Alguien desde el club debería decirles a jugadores y entrenador que los trapos sucios se lavan en casa, tal vez así, evitaríamos que se vuelvan a repetir este tipo de situaciones. Es tan simple como pedirles que no sigan alimentando a la bestia, esa bestia que es la prensa, nuestro enemigo público.
En parte supongo que es culpa nuestra; vemos sus programas, escuchamos sus radios o leemos sus panfletos.
Nuestro club se está convirtiendo en un «becerro de oro». Adoramos a jugadores por encima del equipo. Ya no somos madridistas; somos ramistas, arbeloístas, cristianistas… ¿Pararemos algún día de luchar entre nosotros? esa es la pregunta del millón.
Como bien decía mi compañero @Puce_El en su artículo de esta semana, nos estamos convirtiendo en un equipo de «istas».
Seguimos sin darnos cuenta de que tal vez nos separen muchas cosas, pero también tenemos una que nos une. Nuestro enemigo es la prensa, y es contra él contra quien tenemos que luchar.
Os soy sincera, tengo muchas esperanzas puestas en este proyecto, por fin tenemos un entrenador que hace trabajar al equipo. Falta por ver si Benítez es capaz de hacerse con el control de este vestuario de egos endiosados.
Dejémosle trabajar, sigamos apoyándole en esta campaña que se ha montado contra él, no dejemos que la historia vuelva a repetirse.
Últimamente mi manera de descargar mi frustración por lo que leo y escucho es de este modo, escribiendo. Con el deseo de que sigais leyéndome me despido, no sin antes decir solos contra todos… ¡HALA MADRID!