Jonas Maciulis: La tanqueta lituana

Un articulo de: @danipuerto6

El baloncesto es un juego donde en la mayoría de ocasiones los grandes anotadores o los jugadores espectaculares acaparan todos los focos, se llevan portadas y son los más aclamados por prensa y afición. Muy pocos son los que van más allá y ven tras esos jugadores deslumbrantes a otro tipo de jugador, un tipo de jugador que se gana el sueldo a base de hacer el trabajo oscuro que los “cracks” no pueden o no saben hacer, jugadores que pagan con sudor, jugadores imprescindibles para el entrenador, pegamento en los sistemas de ataque y defensa.

La historia de Jonas Maciulis (Lituania, 32 años) es la historia de uno de esos jugadores honrados con su esfuerzo, bregador incansable e indispensable para los sistemas que Laso pone en práctica, un trotamundos que no lograba encontrar acomodo en ninguno de sus equipos hasta que llegó a Madrid. Sólo en su Kaunas (Lituania) natal y jugando para Zalgiris logró hilvanar más de dos temporadas seguidas, cosa que ni en Italia (Armani Milán y Montepaschi Siena), ni Grecia (Panathinaikos) logró conseguir. Integrado totalmente en la vida madrileña y en la dinámica de club, el lituano ha sabido ganarse el respeto de compañeros y cuerpo técnico gracias a su enorme ética de trabajo, un profesional de los pies a la cabeza, perfil de jugador que necesitas si quieres tener un equipo campeón, otro de esos “rústicos” como también se definiera así mismo Chapu nocioni, jugadores atípicos en un plantel como el del Madrid plagado de finos estilistas, donde la figura de un luchador como el lituano, el propio nocioni o Jeff Taylor se antoja fundamental para que las estrellas luzcan y puedan cumplir su cometido.

Maciulis es un alero de 2.00m y unos 105 kilos, fuerte para su estatura, lo que le permite enfrentarse a jugadores de mayor envergadura con total solvencia, pudiendo gracias a éstas virtudes ubicarse como “4” ocasional dotando al equipo de un falso pivot en ataque, un pivot abierto capaz de lanzar, correr las transiciones llegando el primero o buscar con bote el espacio desde el exterior para anotar. La diferencia de Maciulis a otros jugadores desplazados del alero al pivot bajo, es que Jonas es un excelente reboteador, del tipo de jugadores que no basan su capacidad reboteadora en “salto más que tú”, sino que cierra el rebote con tanta ansiedad que parece que en cada rebote le fuera la vida, un rasgo muy común en todo aquel alero-pivot formado en la escuela lituana.

En situaciones de alero, puede enfrentarse a cualquier par con un físico similar, porque Maciulis engaña, es mucho más rápido de lo que sus enormes espaldas indican, con un desplazamiento lateral más que correcto para la descompensación tamaño-peso que presenta.

Pese a destacar en tareas defensivas, el lituano es un jugador francamente útil en ataque. Sobresaliente tirador de media y larga distancia si lo hace a pies clavados, ha mejorado año a año desde que está en Madrid su tiro de tres hasta llegar a ese 52% que le adorna este curso en Euroliga, aún pese a la mecánica de tiro tan peculiar que utiliza, un tiro que saca casi desde detrás de la cabeza a modo de catapulta. Tampoco es un “tronco” a la hora de echar el balón al suelo y atacar desde el bote, eso sí, con Jonas no se puede esperar más botes de los necesarios, tampoco verle adornarse con cambios de manos vertiginosos ni rectificados espectaculares, cuando se decide a utilizar el recurso del bote, Maciulis hace gala de su eficacia, finta, balón al suelo y con dos o tres botes para acercarse al aro está anotando o doblando.

Inteligente en ataque, sabe en el momento justo en que debe moverse, leyendo a la perfección cada situación de juego y cada defensor al que se empareja, pues debido a esa duplicidad de posiciones en cancha, es capaz de postear como cualquier center puro, lo que le permite en muchas ocasiones que jugando de alero, intercambie posición con el “4”  que le acompaña si es capaz de abrirse, llámese Randolph, Thompkins o el Chapu, obligando al coach rival a modificar la defensa o cambiar a su par, porque la polivalencia de Maciulis les genera una enorme desventaja.

Con Maciulis el Madrid encuentra un alero que puede jugar dentro, reboteador, con capacidad para robar la bola al rival ya sea en bote o llegando en ayudas, que es capaz de defender a cualquier alero o pivot bajo de Europa y que cuando toca atacar se convierte en una amenaza constante, capaz de aprovecharse del juego colectivo del equipo o generar canastas para sí mismo o para el resto, un “all around player” a la europea que en el Madrid ha sabido aprovechar su rol y convertirse en casi indispensable para Pablo Laso.