Un articulo de: @LindeVelasco
Es un jugador de 16 años que juega actualmente en el Flamengo. Es un delantero centro versátil, que le gusta caer a banda izquierda. Suele aparecer por el centro, no es un delantero nato, aunque tiene mucha movilidad, y en la selección brasileña tanto en el Sudamericano sub15 y del sub17 fue elegido el mejor jugador y máximo goleador con siete goles disputado el pasado mes de febrero y marzo en Chile.
Mucho regate, puro nervio, veloz, incisivo, ágil y audaz. Zancada larga y capacidad para acelerar en campo abierto. Utiliza los regates cortos y su explosión física para superar a los adversarios. Vinicius encara al defensor sin temor alguno. No le importa los defensas que tenga delante, siempre sale vivo. Arranca con velocidad en diagonal hacia el área rival. Resulta difícil de frenar. Es ambidiestro y finaliza con técnica y potencia tanto de cerca como desde la frontal del área y sabe alternar las finalizaciones con las asistencias a los compañeros con frecuencia. Es desequilibrante como dije antes, es un falso extremo, escorado a la banda izquierda a pierna cambiada. Realiza un fútbol vistoso, que se hace agradable a primera vista. A algunos le recuerda a Neymar o Gabriel Jesús, por citar a las últimas estrellas en salir de Brasil. Por su determinación, por ser tan superior pese a actuar en esa temprana edad.
“No me extraña ver a Vinicius Junior destacando con el Sub-20 teniendo tan sólo 16 años, porque con siete años él ya competía con niños de nueve y diez años y su técnica era muy por encima de todos los rivales”, comentó Cacau Beraldini, primer entrenador de Vinicius.
Flamengo vivirá un año muy exigente con la disputa del campeonato estadual, el Brasileirao, la Copa Libertadores y la Copa do Brasil, por lo que no sería de extrañar que Vinicius Junior tuviese sus primeros minutos como profesional en los próximos meses.
Aunque los procesos no se pueden acelerar si el jugador no demuestra de primeras que la nueva categoría se le ha quedado pequeña. Hay que mantener una adaptación para dar el salto cualitativo y quemar etapas, es decir, ser constante. Forzar la madurez para los jóvenes es inadecuado. El impacto de poner un techo de rendimiento es un atentado.
Muchos comparan a este jugador con la otra gran sensación en Europa: Kylian Mbappé. A diferencia de Vinicius, el francés poco a poco empieza a ser una realidad, y pese (también) a su corta edad, podría ser decisivo si llegará al equipo de Zidane. Ha demostrado en octavos y cuartos quién es en mayúsculas. Jugar en la alta competición, lo ha hecho en el segundo tramo de la temporada y ha demostrado la madera que tiene. Es un proyecto a corto-medio plazo.
La joven perla brasileña es la sensación del futuro del fútbol mundial. El Real Madrid parece que ha llamado a su puerta y ha insistido. El precio del traspaso sería una cantidad aproximada a los 40 millones y de concretarse el fichaje por el club blanco, no recalaria en la capital de España hasta cumplir la mayoria de edad. Pagar esa cantidad por un juvenil de primer año suena un tanto arriesgado. Es un proyecto a largo plazo, no es un jugador que vaya a venir mañana y sea decisivo, estamos hablando que necesitara al menos dos o tres años en Europa para explotar. El Flamengo tiene claro que será imposible mantenerle. Para él, no hay desafíos. El club tiene una política muy definida que consiste en traer jóvenes cracks de 17, 18 o 19 años y luego cederlos para seguir su evolución, exploten como los cracks que son y entonces regresen al club. Este método está dando sus frutos ya desde hace años, hay que recordar que muchos de los jugadores que hay en la actual plantilla llegaron muy jóvenes al club empezando por Sergio Ramos, Marcelo, pasando por Varane, el propio Casemiro, Marco Asensio o Vallejo.