De la excelencia a la vulgaridad

Un articulo de: @resurreccion_93

Una de las imágenes que más detesto es la del típico matón de barrio, ese bravucón que llegó tarde al reparto de cerebros, que ante la imposibilidad de mantener una conversación coherente durante 5 segundos, se prodiga enseñando sus bíceps enfundado en una camiseta de tirantes con un escorpión en la espalda ( si es muy cani en la pechera) humillando a la pandilla de lameculos que le rodean en un interminable duelo de pulsos, que siempre gana él y tras el cual todos le aplauden y jalean ante la visión de la versión 2.0 de Hércules. Dicen los maestros orientales, que la verdadera fuerza está en aprovechar la efusividad desmedida del enemigo desbocado y utilizarla en tu propio provecho. Sin premeditarlo, algo así le pasó ayer al Sevilla en el Sánchez Pizjuan. Ramos en su versión más Canelita, salió al barrio a demostrar que de entre toda la chusma que había allí reunida, él era el que más cojones tenía y nadie allí iba a ser más macarra que el Churu. Mientras en esa novedosa e inteligente disposición de 3 centrales actuó como libre por delante de Nacho-Varane, todas sus baladronadas fueron inocuas, para nosotros y para el Sevilla, no produjeron peligro en ninguna de las 2 áreas; cogía el balón y se lanzaba hacia el fondo donde pace la gentuza de los biris con la cabeza alta “pa” que vieran lo macho que es y lo poco que le asustan sus insultos, en una de esas arrancadas le faltó romperse la camisa y quedar a pecho descubierto “pa” que vieran los yonkis del fondo norte que a “pechotabla” no gana nadie al camero ¡¡Doj cohones Serhio”. Pero perdía el balón cerca del área sevillista y como atrás quedaban Casemiro (la omnipresencia humana existe), Nacho y Varane, no corríamos demasiado peligro.

El verdadero peligro llegó cuando Zidane quiso amarrar el 0-1, que a mi entender no hacía justicia con lo que había pasado en el partido, era demasiado premio para nuestro futbol, quitó a un tibio Kroos y metió a Kovacic para que diera músculo e intensidad al centro del campo, pasando Canelita a ser cierre por detrás de los centrales que hasta entonces lo estaban haciendo muy aseadamente. Fue entonces cuando el cacique se apoderó del cortijo y se vino el desastre. En la enésima cagada defensiva de Marcelo, en la enésima falta por su costado, suya o del currito al que le toque bascular para cubrir su coladero, es donde Canelita vuelve a demostrar que la única neurona que campa por su cráneo le juega malas pasadas muy a menudo (huelga enumerar el record de expulsiones que ostenta el sevillano, que no solo de goles en el noventayramos vive Sergio); en esta ocasión su ímpetu desmedido le llevó a marcar un nuevo golazo de cabeza, solo que esta vez en p.p. Es un accidente, está claro, como el de Danilo el Jueves en el partido de Copa, pero los accidentes  cuando circulas a 180 con cuatro copas de más y sobre una carretera helada son más probables que en circunstancias normales. Por mucho que se nos hable de su personalidad y saber estar en circunstancias difíciles, Ramos es un hombre demasiado impulsivo, visceral de más, sin mucho control de sí mismo y después de unos días tan agitados en comentarios, no estuvo frío para aguantar su adrenalina disparada y remató donde no debía. No sé si hubiese sido más prudente atemperar los ánimos tanto de Sergio como de la grada dejándolo en el banquillo, nunca lo sabremos. Quizás hubiese sido humillar demasiado el ego del cacique, no lo sé. Lo que sí sé es que el equipo que no había jugado espléndidamente pero sí había estado concentrado y metido en el partido, tras esta jugada se descompuso y otra cadena de errores iniciada por Karim y culminada por un Keylor que no es el del año pasado, dio al traste con un partido que se antojaba vital para dar un golpe casi definitivo en la mesa de la Liga. No es una tragedia, ni se acaba el mundo, la situación sigue siendo envidiable, pero ahora ya sí que hay que ganar en Valencia y en Mestalla con el odio que históricamente se nos profesa  es de esperar que salgan con el cuchillo entre los dientes, es una ocasión única para los jugadores de reconciliarse con su afición; una afición que en esta ocasión hará piña con su equipo en pos de conseguir su título más preciado, joderle la Liga al Madrid, llevan 2 de 2 en las últimas temporadas, recordémoslo.

Me duele comparar este partido con el que se jugó en el Bernabéu diez días antes ¿Dónde quedó aquella intensidad? ¿Aquella presión alta? ¿Aquella ambición por ganar el partido? Con la ambición de aquel día bastaron 45 minutos para finiquitar una eliminatoria. Es cierto que una eliminatoria requiere un estilo que difiere de la liga, que aquí hay partidos para recuperar, toda una segunda vuelta partiendo como líderes, pero hemos dado oxígeno a dos rivales directos, a veces un partido son más que tres puntos y este era uno de esos.

Y dejo para el final al factor que a mí me parece más determinante en este partido. El Balón de Oro, The Best, Of course… y lo que queramos añadir, pero yo no me apeo de mi burro, seré tozudo, pero cada vez los acontecimientos me están dando más la razón. Con CR (omito lo de Narciso para no herir sensibilidades y para evitar mi estigmatización de “hater”) en el campo no puede haber presión en la salida de balón del contrario a no ser que esté Bale y el galés tenga que multiplicarse para cubrir las deficiencias defensivas del luso. Pero no estaba Bale y probablemente Lucas Vazquez no está al 100% físicamente para dicha exigencia, así que hay que rediseñar el equipo para encajar a un Cristiano que hoy por hoy es un 9, sin capacidad de desborde, que no descoloca a los centrales, que no presiona la salida del balón, que ya no dispara desde fuera con o que no abre espacios para la subida de los laterales; es un 9 puro y duro y no desequilibrante. Sigue siendo un buen jugador y marcará muchos goles, dudo que llegue a los 50 esta temporada pero superará los 30, seguro, pero eso ya no basta. Ayer se jugó con 3 centrales inteligentemente como he dicho al principio porque la falta de presión arriba daba mucha chance a un centro del campo dinámico con N´zonzi que estaba a todas y que obligaba a Casemiro a hacer un esfuerzo titánico, Modric y Kroos también tuvieron que trabajar de lo lindo en defensa para no permitir las combinaciones rápidas de los sevillistas en el centro del campo.

Esta es la principal diferencia con el partido de Copa en cuanto a planteamiento táctico. En aquel partido Asensio, James y Morata molestaban muchísimo la salida de balón de los centrales con lo cual Casemiro y Modric robaban muy arriba y no dejaban a los centrocampistas hispalenses crear. Al meter otro central para protegerte de sus andanadas permites una salida de balón más clara en defensa y mayor posesión real, de la que hace daño. Esto sólo con la entarda de CR en detrimento de cualquier otro que hubiese mordido sin piedad a los Mariano, Pareja, Ramí, Escudero; Cristiano no, el balón llegaba franco a N´zonzi y desde ahí a Iborra, Vitolo, o Vazquez. La primera línea de peligro desaparece sólo con la inclusión de Cristiano. A eso me refiero. Las defensas ya no le temen, no fija a los centrales esperando su genialidad, es así, se ha convertido en un jugador NO DETERMINANTE. Y en partidos donde el rival sale descarado, sin miedo a disputarle la victoria al Madrid, resta más que aporta. No es animadversión personal, es una descripción objetiva de los hechos; yo quisiera al Ronaldo de hace tres años que encaraba, que intimidaba, que se iba en velocidad, que lanzaba obuses desde 30 metros en carrera, que descolocaba a las defensas basculando por todo el frente de ataque complicando su marca, pero se fue, y no volverá. Cuanto antes lo asumamos afición, directiva y cuerpo técnico antes podremos empezar a vivir sin el mito. No podemos de nuevo agarrarnos a una idea que se ha esfumado, como se esfuma todo en el futbol. Los jugadores tienen sus tiempos pero el Madrid es eterno.

Esto ha pasado para bien si sabemos sacar conclusiones. Estamos líderes con un partido menos tras la primera vuelta, en ¼ de Copa y en 1/8 de UCL. Juguemos nuestras cartas con inteligencia. Se ha demostrado que podemos llegar a la excelencia sin Cristiano y caer en la vulgaridad con él ¿Qué preferimos?

¡HALA MADRID… Y NADA MAS!