Una crónica de: @OlgaUnMundo

 

Probablemente hoy el Real Madrid ha perdido la liga. Digo probablemente porque soy de las que confía hasta el final. Nos la robaron en febrero, pero cuando las cosas no se hacen bien, alguna vez te tiene que salir cruz. Un equipo que, con las estrellas que tiene, no sea capaz de golear a otro que se ha pasado media temporada en el descenso y que aún no se ha salvado matemáticamente, no la merece.

Tenía la crónica prácticamente lista, pero me he tenido que ir y acabarla más tarde. Escribo estas líneas sabiendo que “aún” hay liga porque, sorprendentemente y contra todo pronóstico, el Barça ha empatado contra el Betis en su feudo. Podrían llevarnos 7 puntos de ventaja pero “sólo” nos sacan cuatro.

Tras el partido de hoy y no sólo por esta razón, sino por una sensación que llevamos arrastrando desde hace mucho tiempo, esos cuatro puntos nos parecen insalvables a día de hoy. No hay motivos para creer en una mejora, especialmente teniendo en cuenta los tres últimos partidos jugados. No me gustan las etiquetas, pero a veces se me tilda de oficialista. No soy precisamente lo que se llama una vinagre. Y sigo pensando que no está todo perdido, pero va a ser muy difícil que la dinámica cambie como para que podamos conseguir el liderato de nuevo. Además, esto pasa por ganar en Montjuïc obligatoriamente y en estos momentos es difícil pensar que lo hagamos.

Es cierto que esta liga adulterada es una ponzoña interminable llena de corrupción, con un equipo que campa a sus anchas cometiendo delitos, irregularidades y siendo salvado continuamente por el sistema, incluyendo al gobierno. Un equipo que, si nada lo remedia y el único que puede hacerlo es el Real Madrid, ganará esta liga asquerosa.

La gestión del equipo y del vestuario es indigna. Y el ridículo de hoy del equipo tiene que estar haciendo revolverse en sus tumbas a los mismísimos Bernabéu, Gento, Di Stefano y Amancio. Parafraseando al otro mejor presidente de la historia del equipo blanco, hoy la camiseta se ha manchado de vergüenza.

Mucha gente culpa a Mbappé de la deblacle de hoy. Ha fallado muchas ocasiones, pero considero que le ha puesto el alma, ha hecho todo lo que ha podido y no le ha salido. Igual que defiendo la resiliencia y no rendirse nunca de Vinicius, también apoyo el arrojo del francés hoy. Y Bellingham y Valverde que siempre dan la talla, aún estando reventados como están.

Imagen: realmadrid.com

La alineación era la esperada. Muchos de nosotros hubiéramos hecho rotaciones, pero debemos olvidar ya que no va a poner lo que nosotros queramos sino lo que el técnico Carlo Ancelotti considera. Hay que vivir con eso aunque nos pese. Es lo mejor para nuestros hígados.

Hubiera sido maravilloso dar descanso a Rüdiger, Bellingham y Valverde. Se lo ha dado a Asencio y seguramente no era tan necesario. Nos hubiera venido bien al menos durante una parte entera.

Lo más destacable era el debut en portería de Fran González. Con Lunin y Courtois lesionados (parece que el belga llega para jugar contra el Arsenal gracias a Dios), Carletto fue valiente al confiar en el chaval. No le quedaba otra, aunque habían rumores de que Lunin podía jugar infiltrado.

Ya en los primeros minutos se vio a un Valencia con ganas. El Real Madrid no tanto. El desgaste de otra prórroga innecesaria flotaba en el aire y ya teníamos claro que el plan era aguantar la primera parte y dar el apretón en la segunda para ganar. Lo que se dice ganar con el escudo. Y nos sale bien casi siempre, pero alguna vez tiene que fallar. Es lo que tiene la estadística.

El estudiante que se tira todo el año sin hacer nada pero saca dieces en mayo durante gran parte de su vida estudiantil, llega un momento en que le sale rana. Y eso es lo que le ha pasado hoy al Madrid. Es como cuando tropiezas, trastabillas y no llegas a caerte, pero cuando ya te tropiezas otra vez, acabas en el suelo inevitablemente.

Hemos perdido el partido en la primera parte. En la segunda, el juego ha mejorado considerablemente y hemos tenido muchas oportunidades pero no hemos conseguido sentenciar y con eso hemos cavado nuestra propia tumba.

Imagen: realmadrid.com

Podríamos haber empezado bien. Ganando. En el minuto 9 se pitó un penalti a Mbappé que yo considero que no lo era. También digo que todo lo que se equivoquen a nuestro favor lo voy a celebrar. Vinicius decidió que sería él el encargado de chutarlo.  Lo tiró muy mal el brasileño. Mamardashvilis acertó el lado y le fue fácil pararlo con la rodilla. Muchos seguimos preguntándonos por qué tiene que ser él, cuando hay otros jugadores mucho mejores para ello como Bellingham.

Y como si no fuera suficiente el castigo, tan sólo 5 minutos más tarde inauguró el Valencia el marcador proveniente de un córner. El Madrid tiene serios problemas tanto a balón parado como en el aéreo. Rüdiger no cubre, Tchouaméni salta pero no logra bloquear a Diakhaby, que cabecea batiendo al joven cancerbero. Y no es inexperiencia, no creo que Lunin o incluso Courtois hubieran podido hacer más.

Otra vez el Madrid por detrás en el marcador y muy pronto. Algo que se viene repitiendo demasiado y especialmente en los últimos dos partidos: Real Sociedad y Valencia.

Tuvimos un susto con Valverde en el 18 cuando hubo un balón dividido con Sadiq, que podría haber sido tarjeta amarilla por juego peligroso tranquilamente. Afortunadamente el halcón, que es indestructible, se recuperó pronto y pudo seguir jugando.

Un poco más tarde, nos llevamos una alegría momentánea cuando el mismo jugador mencionado en el párrafo anterior golpea de cabeza un balón muerto que queda en el área tras un muy buen centro de Fran García a Mbappé y que éste no llegó a controlar bien. Soto Grado y el VAR decidieron que era fuera de juego (muy justo y dudoso para mí, pero quién soy yo).

La acción no le gustó a Carlo Ancelotti, que protestó y recibió una tarjeta amarilla muy rigurosa desde mi humilde parecer. Carlos Corberán se ha pasado medio partido fuera del área del entrenador y no ha pasado nada.

Imagen: realmadrid.com

El Valencia llegaba con una facilidad pasmosa y el lateral derecho era una autobahn para ellos. En varias ocasiones Fran García tuvo que acudir a una banda derecha totalmente desierta. Como se nos viene demostrando por enésima vez esta temporada, Lucas Vázquez no es digno lateral derecho para el Real Madrid y sus carencias nos traen problemas continuos. Nuestros rivales conocen esa debilidad y la aprovechan. Lógico.

A partir del minuto 30, el Real Madrid despertó un poco y consiguió ejercer algo más de control. Dos zambombazos de Kylian Mbappé avisaron que el Madrid se estaba acercando al empate.

Tres minutos de añadido en los que el equipo local sigue creando ocasiones pero no las convierte. Final de la primera parte y pitidos en el Bernabéu con mucha razón.

Ofensivamente el Real Madrid está bien, pero el centro del campo no está anclado y eso hace que no tenga control del juego. La defensa tampoco está bien. El Barça le metió 7 goles a este equipo, al Valencia, que ha estado descendido gran parte de la temporada y que aún no está descartado que acabe en segunda. 7 goles. El Real Madrid debería haber metido un mínimo de 3 en los primeros 45 minutos.  Y no todo es robo o suerte, que también tienen y mucha, porque el portero con ellos es de goma y con nosotros es un muro de hormigón. Algo deben estar haciendo mejor que nosotros. Por mucho que nos joda.

Quizá hubo bronca en el vestuario en el descanso, no era para menos, pero los blancos salieron con otro ritmo al campo. Desde el principio controlaron el juego y las llegadas con peligro al área che eran cada vez más seguidas. Por fin en el minuto 49, Vinicius que hasta el momento había tenido un partido gris, remató al cielo de la portería de Mamardashvilis y consiguió igualar el marcador. Un córner que sacó Modric, peinó Bellingham y el brasileño la mandó hacia adentro. Ya era hora.

He aquí la respuesta a por qué Vincius, por mal que juegue, tiene que estar siempre. Es un jugador tan desequilibrante que en un momento te puede cambiar el partido.

Imagen: realmadrid.com

La segunda parte ha sido blanca claramente. Muchas ocasiones que no se han materializado y que han hecho que se nos vaya el partido. El penalti fallado de la primera nos ha penalizado una barbaridad. Y cuando se perdona mucho, ya se sabe lo que pasa.

Ancelotti vio que la cosa no iba bien y decidió hacer cambios pronto para sorpresa de todos. Minuto 56. Sale Rodrygo por Brahim. No tuvo un buen partido el malagueño.

El Madrid fue cogiendo ritmo. Ya tenía la posesión, pero seguía siendo muy impreciso. Tuvimos incontables ocasiones ante un Mamardashvilis imponente. El mismo que en el próximo partido, sea contra quien sea, tendrá manos de mantequilla.

20 minutos más tarde, en el 76, el técnico madridista decidió hacer otra ventana de cambios, esta vez triple. La decisión fue poner más fuerza en el ataque. Ir a por la victoria. Eso pasaba por quitarle fuerza a la defensa y dárselo al ataque. Sacó a Vinicius para meter a Endrick y cambió a Modric y Fran García por Camavinga y Alaba. Muy buen partido hoy del croata. De lo mejor del Madrid.

Se generaron más ocasiones, con un Valencia prácticamente encerrado en su área, pero desgraciadamente el gol de Real nunca llegó. Endrick tuvo una especialmente clara, pero se estrelló contra el pecho de Sadiq.

En el minuto 85 se produjo el último cambio para el equipo merengue, en el que Arda Güller salió al césped por Lucas Vázquez. El Real Madrid estaba arriba, totalmente volcado en conseguir la victoria. Sólo se necesitaba un gol. No podía ser tan difícil. El conjunto blanco estaba tan seguro de su victoria (y es normal porque lo ha conseguido innumerables veces) que se olvidó por completo de que los otros también juegan y de que su victoria era aún más necesaria.

Imagen: realmadrid.com

Los 6 minutos de descuento ayudaron a creer en el milagro. Rüdiger, que estaba en posición de delantero, le pidió a Carlo quedarse porque pensó que lograría ese ansiado gol. El italiano se lo concedió y ese fue el gran error. Tan volcado como estaba el Real Madrid en el área valencianista, el equipo che encontró un hueco en el que montó una contra brutal. El equipo blanco estaba totalmente vendido, la defensa debajo de la portería contraria y el pobre Fran González completamente solo.

Tchouaméni no pudo contener a Hugo Duro y Camavinga y Alaba no pudieron llegar a tiempo, por mucha velocidad que metieron para impedir el tanto que dio la victoria al Valencia. Otra vez Hugo Duro. El equipo levantino celebró un gol que bien puede valer una permanencia. El único título que celebrarán este año.  Un David Alaba que ha sido muy criticado, pero que para mí hoy ha hecho un gran trabajo de lateral.

El 1-2 cayó como un jarro de agua fría en el Santiago Bernabéu que enmudeció de estupor. Ya sólo quedaba un minuto para arreglar el desaguisado, y con mucha fortuna, rascar el menos un empate para sumar un mísero punto. Pero ni por ésas. Esta vez no se obró el milagro y el Madrid cayó en una derrota dolorosa, indignante y bochornosa.

Intolerable lo de este equipo que va completamente a la deriva y sin nadie al volante. Ya no sabemos qué falla aquí. Si es el entrenador, si son los jugadores, si es la directiva. No seré yo la que diga que el Madrid todo mal, no soy de ésas y detesto esa forma de pensamiento, pero es que actualmente esa es la realidad.

Parece un conjunto de todo, aunque el principal culpable de todo esto es el técnico italiano, que en toda la temporada no ha sabido cómo encontrar la solución al estancamiento del equipo. Hay jugadores que están a un mal nivel que son muy importantes, como Vinicius. También a veces da la sensación de que los jugadores ya no confían en Carlo. Ésa es la gran diferencia respecto al año pasado: se jugaba como un equipo. Este año cada uno va a la suya y llevamos toda la temporada salvándonos por individualidades. En algún momento sale mal.

Ahora, afrontamos el partido contra el Arsenal el martes con muchas dudas en el horizonte y con muy malas sensaciones. Hoy hay gente que se pregunta si en este mes perderemos 3 de los 4 títulos a los que aún optamos. El tiempo lo dirá.

 

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