Un articulo de: @JorgePlatero97
James Rodríguez, James Rodríguez, James Rodríguez. Da igual el día o la hora que encendieras la televisión o entrases en un medio deportivo digital que solo se hablaba del colombiano. Sin duda, James ha sido, y es, el culebrón del verano en el Real Madrid. La verdad es que desde que el 10 pisó tierras españolas siempre le ha acompañado la polémica, e incluso cuando alcanzó su mejor nivel futbolístico.
El 22 de julio del 2014 el Real Madrid anunciaba el fichaje de James Rodríguez, un jugador desconocido para la mayoría de los madridistas y aficionados al fútbol en general. Poco o nada habíamos oído hablar de este joven centrocampista procedente del Mónaco.
La llegada de un jugador al Real Madrid siempre abre debates entre periodistas y aficionados: ¿Es futbolista para jugar en el Real Madrid? Pero a este debate se le debe sumar el precio del traspaso del colombiano, unos 80 millones de euros. James acababa de pisar el Bernabéu y ya tenía una multitud de frentes abiertos: su precio, su edad, su calidad, su hueco en el once del Madrid, su estado de forma… He de reconocer que yo era uno de los que pensaba que el precio de James era desorbitado y que, apenas, había demostrado nada para que costase casi lo mismo que lo que costó Cristiano Ronaldo. Pero también he de admitir que desconocía la forma de jugar del cafetero y jamás pensaba que me enamoraría de su estilo, de su zurda, de su golpeo, de sus asistencias…
Además, James fue utilizado por alguna parte de la prensa para dar golpes a Florentino Pérez con titulares tendenciosos, amarillistas y fantasiosos.
En resumen, James partía con la mayor parte de la afición en contra suya, con la «no» predilección de la prensa por ser un fichaje de Florentino y no ser español, y con la presión innata de jugar en uno de los clubs más grandes de Europa como es el Real Madrid.
A pesar de las malas condiciones previas con las que partía el colombiano, James supo adaptarse al club blanco a base de trabajo, esfuerzo y exquisitez. No tardó nada en marcar su primer gol, nada más y nada menos, contra el Atlético de Madrid. Poco a poco el mediocentro del Madrid se iba haciendo un hueco en el equipo con sus asistencias y sus goles, y lográndose la confianza de Carlo Ancelotti. «Lo que distingue a James es que es un jugador de gran talento pero que tiene una resistencia física que no es habitual en los grandes talentos. Los talentos suelen tener poca resistencia pero él sí la tiene y además se ha acostumbrado a jugar en una posición más retrasada y eso me ha sorprendido», así hablaba el técnico italiano sobre James. James logró en una temporada conquistar no sólo a los aficionados del Real Madrid sino a media Europa. Ya nadie discutía si Florentino acertó, o no, al desembolsar 80 `kilos´ por él, ni nadie decía nada de carreteras y demás sandeces. James enamoró a su público a base de goles (17) y de asistencias (17). Gracias a todo ello formó parte del mejor XI de la UEFA y se convirtió en el mediocentro con más goles y asistencias de Europa. James pasó de ser un desconocido a deslumbrar con su calidad.
Pero el 5 de febrero de 2015 todo cambió. James sufrió una lesión en el quinto metatarsiano del pie que cambiaría su rol en el equipo y que haría que ya nada fuese igual. Con la marcha de Ancelotti, el jugador vio como uno de sus mayores valedores dentro del Real Madrid se alejaba de él y no podía evitar pensar que su papel en el equipo seguiría descendiendo en importancia. Por si no fuera poco, la elección de Rafa Benítez como nuevo entrenador del Madrid no convenció al líder de la selección colombiana que entraba en un bucle negativo para él mismo del que le costaría un buen tiempo salir. James claramente se equivocaba. Se equivocaba en no querer entenderse con Benítez y en no acatar sus órdenes. Se equivocaba en su `forma de vida´, con las fiestas desmadradas y los numeritos como el de la persecución policial. A James no le hacía bien su entorno que le intoxicaba en exceso y le provocaba al jugador mantener una actitud altiva de la que no podía obtener cosas provechosas.
Por tanto, debido a la lesión y una mala actitud del jugador, James volvió a estar inundado en la polémica y sentado en el banquillo de suplentes tanto como con Ancelotti al final de temporada como con Benítez en el inicio de la siguiente. Y es que es un error decir que Rafa Benítez fue quien se `cargó´ a James. Simplemente era un argumento falaz utilizado por muchos cuya única pretensión era decir adiós al entrenador vigente en el Real Madrid en ese momento porque no les gustaba el estilo del mismo, tanto futbolístico como de la vida en general.
La situación era complicada para el jugador colombiano: su presencia en el banquillo era constante, no tenía confianza en sí mismo y su actitud no era la correcta. Con este panorama llegó Zidane al banquillo del Madrid, y muchos de los «palmeros» de Florentino y ahora de Zizou vendieron que el técnico francés llevaría a cabo un plan mágico para recuperar a James. O el plan no existía o era una bazofia, porque la realidad es que nunca se volvió a ver al mejor James la temporada pasada.
Tras la conquista de la Undécima por parte del Real Madrid, se inició el mercado de fichajes con la constante duda de la continuidad de James Rodríguez en el conjunto blanco. Durante todo el verano se especularía sobre esa posibilidad mientras que el `10´ del Madrid se ponía en forma para intentar volver lo mejor posible y recuperar la titularidad en su club. Y así lo hizo. Es innegable que James ha vuelto más en forma que nunca. Goza de un nivel físico admirable, y tiene una actitud y confianza completamente renovadas. A pesar de los esfuerzos del colombiano, James no ha logrado convencer a Zidane. Y esto lo digo en base a las alineaciones titulares del francés y al orden de cambios de Zizou. Además, la prensa continuamente lanzaban rumores y encuestas sobre la continuidad o no de James en el Madrid. Resulta sorprendente que no hagan lo mismo con Isco o jugadores de un perfil similar al de James ya que su principal argumento contra el colombiano es que no tiene hueco en la plantilla.
Tras los minutos que disfrutó James el pasado sábado frente al Celta, parece que el colombiano continuará en el Madrid. O al menos eso declaró Zidane en rueda de prensa tras el partido. Zidane ha actuado con un despotismo tremendo en este tema demostrando que no ha estado a la altura. Es de sobra conocido, por su manera de hablar del jugador y por hechos, que James no es el ojito derecho de Zizou y que salvo por pura necesidad o por aclamación popular, James no será titular en el Madrid y gozará de pocos minutos. No entiendo por qué Zidane no ha sido claro con el jugador. No entiendo por qué no le ha dicho que no cuenta con él. Le ha faltado la simpatía y la amabilidad que le sobra en ocasiones de cara al público. Además, si Zidane no es capaz de ver que James Rodríguez es el único mediocentro que ofrece una alternativa diferente tiene un problema. James se diferencia entre otras muchas cosas con Isco en que el primero es un jugador que encuentra fácilmente el gol. James será un jugador necesario en el Real Madrid en una temporada larga y difícil, y no ya solo en esta sino en la siguiente en la que el Madrid no podrá reforzarse, con un 95% de seguridad, por motivo de la sanción de la FIFA.
En definitiva, James se ha visto siempre rodeado por la polémica, en alguna ocasión por su culpa. Pero lo que es incuestionable es que es un jugador especial con un potencial increíble. Potencial que debe pulirse para que llegue a ser uno de los mejores jugadores del mundo. Encargado de ello debe ser el entrenador, y de momento, ni Zidane ni Benítez lo han conseguido.