Una crónica de: @luismanper
Todos esperábamos un partido muy tenso ayer en Mestalla, con los antecedentes del partido del pasado mes de mayo todavía muy recientes en el que los insultos racistas de una parte de la grada a Vinicius pararon el partido y desembocaron en una campaña mundial contra el racismo en el fútbol, pero el tamaño del atraco perpetrado ayer por Gil Manzano fue de tal magnitud que hasta Vinicius ha pasado a estar en segundo plano y eso que marcó los dos goles que empataron al partido tras una primera parte nefasta del Real Madrid.
Pero el empate de ayer en Mestalla no va a dar la vuelta al mundo por esos grotescos fallos que en la primera parte nos costó un 2-0 en contra ni por el doblete del brasileño, sino por el prevaricador descuento de Gil Manzano en el que primero se inventó un penalti de Fran García a Hugo Duro y luego no solo no descontó los 2 minutos y medio que se perdieron en la revisión del VAR para anular el penalti inventado, sino que pitó el final cuando Brahim centraba el rechace de un córner, asistencia que fue rematada por Bellingham a la red para hacer el 2-3 y que el árbitro no validó por haber finalizado el partido en el momento que el inglés remataba de cabeza, para acabar expulsando al propio Bellingham debido a sus lógicas protestas, a pesar de que el propio acta reconoce que en ellas no hubo ningún insulto. Esta es la Liga que tenemos y que muchos nos intentan convencer que quedaría herida de muerte si algún día llega la Superliga. ¡Mucho está tardando!.
Imagen: realmadrid.com
El partido empezó con sorpresa en el once, ya que Ancelotti sentó a Nacho formando un centro de la defensa de muchos centímetros con Tchoaumeni y Rudiger acompañados por Carvajal y Mendy como laterales, con Lunin en portería, Camavinga en el eje del equipo flanqueado por Kroos y Valverde, con Bellingham como mediapunta y Vinicius y Rodrygo en la delantera.
El Valencia empezó muy intenso, por no decir violento, desde el primer minuto de partido pues apenas se llevaban 3 minutos cuando Yarenchuk entró con los tacos por delante a Tchoaumeni en una acción que pudo ser algo más que amarilla, acción que contestó poco después Rodrygo en un choque con Gayá que acabó con el internacional español siendo atendido durante varios minutos por problemas cervicales, en un tiempo perdido que luego sería decisivo al final de la primera mitad, cuando Vinicius recortó distancias en el área pequeña rematando un centro de Carvajal, enmendando ambos los errores que habían costado al equipo el 2-0 en contra que campeaba en ese momento en el marcador, primero fue Vinicius quien volvió a hacer la del partido copero contra el Atleti y después de recuperar un balón defendiendo en área propia, se trabó las piernas para acabar dejando la pelota franca a Foulquier para que pusiera el centro a la olla que Fran Pérez golpeó en semifallo con tanta suerte que cayó en la cabeza de Hugo Duro para que éste con un giro de cuello de delantero centro nato la mandara a guardar, y luego fue Carvajal quien quiso meter un pase para atrás peligrosísimo a Lunin, que salió muy caro al equipo ya que Yarenchuk llegó antes que su compatriota y le regateó para marcar a placer el 2-0.
Imagen: realmadrid.com
Pero el 2-1 marcado en los últimos minutos del primer tiempo espoleó al Real Madrid que a la vuelta de los vestuarios encerró en su área al Valencia, hasta el punto que Bellingham estuvo a punto de empatar cuando se quedó solo en el área y su disparo raso lo repelió Mamardashvili con el pie, los cambios de Baraja convirtieron el partido en un correcalles y Lunin también tuvo que lucirse despejando con la rodilla un remate a bocajarro de Hugo Duro que ya se cantaba en Mestalla como el 3-1, por lo que Carletto también tuvo que mover el avispero sustituyendo a Kroos y Rodrygo para dar entrada a Modric y Brahim, que devolvieron al Real Madrid el control total del partido hasta el punto que un centro del malagueño fue cabeceado a gol por Vinicius para empatar el partido, en una jugada largamente revisada por el VAR para buscar cualquier acción punible que pudiera deshacer el empate, pero no la encontraron y Ancelotti quemó sus naves para buscar el arreón final del equipo sustituyendo a Mendy, Camavinga y Valverde por Fran García, Joselu y Nacho, si bien el central madrileño entró con mal pie porque en su primera jugada se formó un barullo en el área con tan mala suerte que Tchoaumeni acabó cayendo accidentalmente sobre la rodilla de Diakhaby, lesionando de gravedad al valencianista en una imagen escalofriante que dejó a varios jugadores al borde de las lágrimas.
Pero para ese momento ya había decidido Gil Manzano, que no iba a permitir otra remontada más del Real Madrid en esta Liga y a pesar de la larga atención médica que requirió el jugador africano y de los cambios solo descontó 7 minutos, perdiéndose casi 3 en el penalti que se inventó a Hugo Duro y que el VAR le hizo rectificar pues Fran García tocó el balón claramente, lo que pocos nos imaginábamos es que el mayor robo aún estaba por llegar, pues a pesar de una revisión de VAR tan larga solo descontó un minuto más en esa última jugada de partido que ayer entró a la historia negra de nuestra Liga, en la que el árbitro decidió pitar el final en el momento que Bellingham cabeceaba el balón que remontaba el partido, remontada que Gil Manzano tenía premeditadísimo que no solo no iba a conceder sino que le iba a salir bien cara al Real Madrid perdiendo a Bellingham por dos partidos como mínimo por las protestas posteriores al silbatazo final que nos robó una remontada y dos puntos, que más vale que no sean decisivos al final de esta Liga cada vez más corrupta y desprestigiada.