Una cronica de: @Javirodespi – planetacb
No hubo ni un atisbo de sorpresa en el Barclaycard para el tercer choque que jugaron Real Madrid y UCAM Murcia, los locales fueron un absoluto rodillo en todas sus líneas desde el minuto 1 al 40 y dejaron sin ninguna respuesta ofensiva y defensiva a unos visitantes que ya habían cumplido llevando la eliminatoria hasta este punto. Así que vayamos con nuestro OjO Al Blanco de hoy en que nos dicen claramente qué un conjunto se puso el traje de guerra con un claro protagonista que mostró una “Furia de Titán, es”.
Ánimos caldeados
Los partidos de ganar o irse a casa es lo que tienen, todo el mundo anda preparado para la batalla y cualquier mínima cosa se aprovecha para intentar minar la moral del rival. Los aficionados desplazados en gran número desde Murcia se dejaron sentir en el Palacio y tuvieron cumplida respuesta por los seguidores blancos, en total fueron 8.684 almas que se dejaron la garganta por apoyar a los suyos en un ambiente algo tenso en algunos momentos con especial mención a la pitada a Sadiel Rojas, convertido por obra y gracia de un playoff en uno de los enemigos número uno de la grada madridista.
Inyectados en sangre y en defensa
Desde el principio se notaba que el Madrid no iba a permitir ni una “broma” en el partido, su 14-0 de inicio ya dejaba claro que había que solventar la eliminatoria por la vía rápida y para ello se dejó llevar por ese ancestral mecanismo llamado defensa, ahogando todas y cada una de las vías de producción murcianas, ya fuera en poste bajo o en defensa de exteriores, incluso en cambios por mor de los bloqueos directos, ante un UCAM completamente errático en el juego colectivo y que tenía que lanzar en los últimos segundos de la posesión tras haber abandonado a su suerte una de sus claves de los dos partidos anteriores: la circulación de balón.
De Facundo a Rojas
Laso sorprendió en el inicio con Taylor de titular y que tenía la misión de parar a Campazzo, cosa en la que no tuvo mucho éxito ya que el argentino fue la única piedra angular que impidió que UCAM se fuera 40 abajo al descanso y ante un Madrid que anotaba a un ritmo de dos o tres velocidades por encima de un rival que intentó parar el juego blanco con algunas faltas demasiado contundentes como así hizo Lishchuk sobre Ayón (la imagen no deja lugar a dudas) o una innecesaria de Sadiel Rojas sobre Luka Doncic que alteró al esloveno de tal manera, que todo el ánimo del Barclaycard se encendió hasta límites insospechados, inclusive los banquillos que se llevaron una técnica cada uno, pero, a pesar de lo dicho, el Madrid no se dejó descentrar cómo en anteriores partidos y se iba al descanso mandando por 21 puntos de diferencia.
Trey Thompkins no cogió su fusil
¿Cuántas veces hemos criticado a Thompkins en nuestro OjO? Tantas que hemos perdido la cuenta, pues hoy no lo vamos a hacer y, es más, vamos a alabar lo que otras muchas veces lo hemos dado como una causa perdida, su defensa de hoy fue más que correcta aunque en ataque solo anotó 6 puntos, pero su colocación para el rebote, su referencia interior en momentos puntuales e, inclusive, su capacidad para ser el más “gorreador” del partido con tres chapas como tres soles, hace que tengamos que aplaudirle por su actuación de hoy y que esperamos que tenga continuidad para lo que se viene ahora contra Valencia Basket.
Pacto de no agresión
El final del tercer cuarto, con un Madrid mandando por 23 puntos de diferencia, dejó que ambos equipos dejaran sus rencillas y se dedicaran a jugar a esto cómo mejor saben, con un Madrid mucho más cómodo en la cancha, haciendo reparto de minutos y preparándose para el duelo con el equipo taronja al que se enfrentará en menos de 48 horas. Por su parte, el UCAM, invitado de piedra a este partido, se llevó la honrilla de llevarse la victoria en este cuarto por 25-27, señal que todo estaba acabado desde mucho antes.
Y el winner es…
Gustavo Ayón sin ninguna duda, un partido absolutamente excelso del mexicano, centrado, sin dejarse llevar a pesar de las duras faltas recibidas, con concentración absoluta en la línea de tiros libres, ayudando en rebote, anotando con facilidad, culminando contraataques como si fuera un alero, en resumidas cuentas, alguien que aprendió que lo mejor que puede hacer en una cancha es sacar su excelso baloncesto y que, cuando eso pasa, nadie le puede parar.
Así terminamos por hoy, que en nada estamos de vuelta, Valencia Basket nos espera para el jueves y el sábado a las 21 horas en el Barclaycard, allí estaremos para darles la bienvenida y contar todo lo que pase, hasta entonces, por favor, háganme caso y sonrían.