Una cronica de: @Javirodespi – planetacb
Habrá tercer partido entre UCAM y Real Madrid y es que lo que ya había dejado claro el equipo murciano en el primer encuentro disputado en la capital, tomó forma ante su gente y se llevó el primer punto de su historia en un playoff, ante un equipo blanco que tuvo que luchar desde muy pronto con la baja por expulsión de uno de sus referentes como es Gustavo Ayón. Sea como fuere, el martes a las 21 horas es la cita en que uno se quedará en casa y otro seguirá hacia delante, pero, antes de ello, veamos qué ha pasado hoy en nuestro OjO Al Blanco, el de la rebelión del debutante.
Una previa de undécima y un sentido minuto
Con tanta historia de la undécima Copa de Europa conseguida por el Real Madrid de fútbol, era evidente que nos podía complicar un poco la retransmisión del partido por Teledeporte, sin embargo, solo nos dejó sin previa (lo habitual) y sin ningún contenido de baloncesto al descanso (lo habitual 2) y, por lo menos no nos perdimos el sentido minuto de silencio a la figura del periodista Javier Orive, un referente en la información murciana, DEP.
Ayón desencadenado y expulsado
En un ambiente completamente hostil, el Madrid se encontró con un hándicap que tuvo que arrastrar casi todo el partido, en los primeros minutos, un empujón voluntario de Facundo Campazzo a Ayón que estaba culminando una entrada, dio con el mexicano en el suelo, levantándose como un resorte buscando a su agresor y teniendo que ser sujetado por varios jugadores, la presencia de Sadiel Rojas por allí hizo que se llevara la peor parte llevándose un codazo del madridista que supuso su expulsión del partido, a partir de ahí el UCAM había puesto la primera piedra para llevarse la victoria y estamos seguros de que el bueno de Ayón estuvo lamentando su acción durante todo lo que restaba de encuentro ante lo que fue un gesto completamente innecesario.
Faltas, faltas y más faltas
A partir de aquí, el encuentro se convirtió en una guerra campal donde las faltas se sucedían a más no poder, principalmente por el cuadro local que en esos primeros diez minutos cometió la friolera de nada menos que 12 faltas, aderezada con técnica y antideportiva incluida, mientras que en los blancos, el sustituto de Ayón, sabedor de la importancia de su papel, cogía la responsabilidad máxima de que el partido no se fuera de las manos, inconmensurable Felipe Reyes en el juego de poste bajo y que tuvo la compañía de Sergio Llull soportando todas las tarascadas que se cocían en la zona murciana, entre ambos lanzaron la friolera de 15 tiros libres (8/9 y 6/6 respectivamente).
Un Faverani demoledor
Había interés en saber si Laso volvería a dar minutos a Willy ante la baja de Ayón y no hubo que esperar mucho, pronto salió a cancha y salió como un toro, con muchísimas ganas e intensidad en una defensa a Faverani que se convirtió en un hueso muy duro de roer, primero se merendó a Augusto Lima salvo algunas pinceladas del brasileño en lo que mejor se le da hacer, volar a los pases de Sergio Rodríguez, pero insuficiente para convencer a Laso de merecerse más minutos. El resultado al descanso nos dejaba todo abierto con 47-50 para los blancos y mucho por jugar.
El Willy que todos queremos
El Real Madrid encontró en Willy el complemento perfecto para el juego en la zona, sus acciones de bloqueo directo pinchaba a los defensores de Llull o Chacho permitiéndoles tiros cómodos, o continuaciones en que demostró su saber hacer bajo el aro y consiguiendo incluso sacarle la cuarta falta a un Scott Wood que estaba cogiendo la inspiración, sin embargo, hubo algo que era la enorme rémora del Madrid en el lanzamiento exterior y era algo que ya casi habíamos olvidado después de esas once jornadas consecutivas sin perder en ACB, su paupérrimo porcentaje de 3/19 en triple era demasiado lastre para un UCAM que iba cogiendo cada vez más confianza en sus acciones con un Facundo Campazzo que lleva camino de dejar de ser uno de los queridos por la afición madridista (si no lo ha dejado ya).
La responsabilidad de Cabezas
El UCAM mandó en tres cuartos del partido, todos menos el primero y no le tembló el pulso en los momentos finales, sobre todo de la mano de un Carlos Cabezas que podría estar jugando hasta los 50 años y sacándole solo en los minutos finales, el carrusel de los puntos y las faltas benefició al conjunto murciano que aprovechó más sus oportunidades ante un Madrid en que Jaycee Carroll asumió responsabilidad en sus fuera-dentro pero, encontrándose demasiado solo ante fallos de sus compañeros por el buen hacer de la defensa murciana.
A la batalla del tercer partido
Así las cosas, solo nos queda irnos a un tercer partido en que el Real Madrid tendrá que hacer valer su factor cancha si no quiere quedar eliminado por UCAM Murcia y convertirse en una de las mayores sorpresas de ACB de los últimos años, sin duda un merecido encuentro vistos los méritos de ambos equipos y que deberá resolverse en una “muerte súbita”.
Terminamos por hoy, volvemos el martes porque el caso es no tener descanso, la cita será a las 21 horas y preparen los desfibriladores por lo que pueda pasar, aunque, eso sí, nunca dejen de sonreír.