Un articulo de:@_MisterHyde_
Un aspecto fundamental que logra la (para muchos) inexplicable universalidad del deporte rey es lo elásticamente opinable que llega a ser el hablar del mismo, en definitiva todos sabemos de fútbol, conocemos sus qué, cómo, cuándo y por qué.
A mí me parece bien que cualquier compi del trabajo te de un charla argumentada en el último programa de Los Manolos o el cuñado te repita lo escuchado en Radio Marca mientras aún lo tiene fresco, es decir, como máximo dos horas después de haberlo escuchado en el coche mientras conducía camino a casa, ¿Qué les puedes pedir? Ellos no son unos obsesionados del Real Madrid como muchos de nosotros que nos enteramos hasta de la noticia más nimia relacionada con el club, que nos leemos un montón de artículos de diferentes webs y blogs madridistas, que escuchamos varios podcasts a la semana y que tenemos twitter permanentemente on line para ver qué se cuece.
¿Yo puedo pedir al cuñado tipo que posea ese grado de información sobre el equipo y lo que le rodea? No, imposible. En cambio a los madridistas al extremo (como yo) sí, no ya información que seguro que la poseen y con seguridad mejor que la mía, sino el uso de la misma y el discurso que se crea con su interpretación.
Aquí el cuñao con el As
A lo que voy que me pierdo, desde aquí pido humildemente a los creadores de opinión en este mundo del madridismo amateur donde según Manuel Matamoros @chamartin4ever parece que somos así en general unos toscos, manipuladores, sectarios y mal reputados (jejeje), no estando de acuerdo con Manuel en su elitismo sí os pediría amics cierta perspectiva en algunos asuntos de nuestro Madrit. Al reclamaros algo más de perspectiva me refiero a que el pensamiento táctico no os deje ver el peso que tiene también el estratégico en el devenir diario del Club.
Por ejemplo, muchas veces leo o escucho opiniones me temo llevadas por la inmediatez y el corto plazo y echo de menos un poco de pausa a la hora de responsabilizar. En ocasiones no se puede hacer lo que creemos obvio por el simple hecho de serlo. No se pueden disponer de activos del Club como si de mercancía se tratase, echar a un jugador no son las 20.000 pesetas que te podía dar Bernabéu a modo de finiquito y vete a buscar equipo, no, hoy en día la broma te puede costar decenas de millones de euros. Si muchos en vuestros trabajos veis que hay compañeros que no pegan un palo al agua y los superiores van tragando con las bajas reiteradas y en ocasiones es mejor tenerlo/a en plantilla que liarte con líos de despidos e indemnizaciones, trasladad eso ahora en trabajadores que son activos de hasta 100 millones de euros, a mí se me antoja complicado.
Otro factor incontrovertible es la responsabilidad de presidir el mayor y más universalizado Club de fútbol del mundo, este tema no es baladí. No puede Florentino actuar como a muchos nos gustaría por la sencilla razón de que es del todo imposible, el presidente del Real Madrid debe mantener un difícil equilibrio entre opinión pública y opinión publicada. Tengo la impresión de que caemos en un error mayúsculo los amateurs matamoriles, nos guste o no somos la minoría. Sé que jode, lo sé, pero no por ello deja de ser menos cierto. Nos movemos a diario en un círculo muy cerrado de compañeros de blog, de twitter, de podcasts, pero como decían en X Files: “La verdad está ahí fuera”. Y ahí fuera compran el As, el Marca, oyen la Cope, Onda Cero y la Ser, además de ver a Los Manolos o el Chiringuito. ¡Qué! ¿Cómo se os queda el cuerpo?
Mirémonos al espejo pues
Y con los que tiene que lidiar el presidente es con ellos, con la mayoría madridista silenciosa (o no tanto), con jugadores egoístas, con sus voraces representantes, con los medios voceros y con toda una serie de intereses que en ocasiones son causa, en otras son consecuencia y a veces se retroalimentan uno del otro. Un puto lío que Flóper debe equilibrar día a día.
Lo que muchos vemos como inacción puede ser que no lo sea tanto, puede que el Club se mueva a pasos estratégicos, lentos y firmes, mientras nosotros pidamos a gritos sordos pasos tácticos, rápidos y resueltos; algo que en un transatlántico futbolístico como el Real Madrid es del todo imposible porque cualquier posición brusca y tajante sería mirada con la lupa distorsionada a conveniencia por la canallesca haciendo perder todo el prestigio posible al Club.Por estas circunstancias me temo que los tiempos de respuesta entre entidad y lo que desearíamos los aficionados son distintos en medida, fondo y forma. Hay que asumirlo, es y será así nos guste más o nos guste menos.
Otro aspecto donde creo que deberíamos ser más pausados a la hora de pronunciarnos categóricamente en lo que no deja de ser la chicha del fútbol, sí, todos somos entrenadores y todos sabemos cómo arreglar los problemas del equipo. Pues no, lo repito, no. Un entrenador y su cuerpo técnico tiene muchísima más información del día adía de su plantilla que cualquiera de nosotros, con esto no es mi intención decíos que no critiquéis las actuaciones del Madrid, no, pero sí os pediría un poquito de por favor a la hora de llevar esas críticas al todo o nada. Un técnico toma una serie de decisiones conforme a cómo ve a sus jugadores y al rival con que se enfrenta y previamente ha estudiado. Tiene informes médicos, de los fisios, ha comandado los entrenos de la semana viendo el quehacer de sus jugadores y la intensidad de los mismos. ¿En serio creéis tener más y mejor poder de decisión que él? Yo no lo veo, otra cosa es que se equivoque y su trabajo no fructifique que es lo que se debería criticar pero ya os apunto que un buen técnico en cuanto el árbitro pita el final del encuentro sabe perfectamente qué ha fallado y por qué.
Quisiera centrarme ahora en nuestras diatribas a los jugadores. Por poner un ejemplo, en ocasiones ponemos a caer de un burro a un jugador por subir demasiado y descuidar su espalda cuando puede que eso es lo que precisamente le ha pedido el entrenador. Es decir presuponemos intencionalidad negativa en actuaciones que bien podían haber sido ordenadas por el técnico o bien podían haber sido un mal día sobre el campo. También somos especialistas en cargarnos a jugadores porque no valen para el Madrid y su escudo les pesa una tonelada, nos suele engatusar la estética y no la efectividad, Lo individual sobre lo colectivo, lo estadístico sobre lo no tangible. Lo comprendo y en parte lo comparto pero creo que hacemos demasiados juicios sumarísimos sin apenas defensa por parte del acusado. Todo es así porque es así y yastá.
Ahí sentaos todos arreglábamos los problemas del Madrit
Lo mismo nos cargamos a uno e imploramos el fichaje de otro, que cuando viene ese otro ya no nos vale y nos acordamos del anterior o del próximo al que fichar. Por no incidir en que muchos sabemos cómo llevar la carga de trabajo mejor que el preparador físico y ponemos a una sociedad médica como Sanitas a parir a porque todos somos médicos titulados en medicina deportiva y tal, expresándonos con la rotundidad de un periodista deportivo tipo que tanto detestamos. Pues no.
Para terminar y no hacer demasiado extenso un artículo autocrítico dejo para lo último lo que quizás más me preocupe, las redes sociales, las webs madridistas y los podcasts. Es muy triste ver cómo se tiran los trastos a la cabeza distintos twitteros o diferentes webs por discordancias varias, desde jugadores/entrenador/presidente hasta la política de Club. Si ya somos pocos y encima mal avenidos sospecho que el grado de influencia a otros aficionados o, por qué no decirlo, a la misma entidad tenderá a ser nulo. La crítica constructiva siempre es buena no así la radicalización en posturas e ideas, creo que deberíamos de ejercer un cierto grado de responsabilidad en lo que escribimos o decimos cuando ello puede ser difundido. No es lo mismo discutir en el bar tomando el café con el compañero de trabajo que hablar en un podcast que puedan escuchar 1000 ó 2000 personas por ejemplo. No estoy pidiendo que se coarte la libertad de expresión de cada uno ni mucho menos, sólo pido que pensemos con calma lo que escribimos y hablamos, a poder ser argumentándolo dentro de lo posible en la realidad del fútbol de élite.
Calma, tranquilidad y perspectiva amics.
¡Vamos a morir todos!