Una crónica de: @kikeabrilruiz13
El Real Madrid volvió a pinchar en la Liga, esta vez en Lezama ante un organizado Athletic Club. 2-0 con un entrenador muy cuestionado y con una crisis deportiva desde el comienzo de la competición.
Levante, Atlético, Real Sociedad y Athletic endosarón respectivos correctivos a las blancas, que gracias al empate ante el Granadilla suman 1 de 15 puntos posibles en el arranque liguero. Cifras desoladoras para un equipo que a estas alturas del curso pasado cosechó mejores resultados.
Estamos viendo a un Madrid que quiere la pelota pero que no sabe qué hacer con ella. Da igual quien esté en el verde, los fallos de concentración inician desde la portera hasta la delantera. Un Madrid desordenado, fallón, simplón, sin garra, muy lejano al del Di Stéfano y la Ciudad Deportiva del Manchester City. El ADN parece que se ha agotado, las chicas están desorientadas y lo que funcionaba el año pasado ha dejado de funcionar en este.
El entrenador está sobrepasado. Su mensaje ya no llega, han perdido la fe en su trabajo, no transmite en el verde, su segunda grita más que él. La grada no comulga con sus ideas y se lo dejan ver en cada partido. El crédito está agotado para David Aznar. Y como la cosa no cambie, también peligra el crédito de Ana Rossell.
Imagen: @realmadridfem
El partido, fue un despropósito cada minuto que pasaba. La primera parte Athenea se vio sola, arrancaba por banda, regateaba, pero no encontraba a Nahikari. Lorena, correcta, pero más preocupada por recibir la pelota en el medio que de finalizar las jugadas. Si no es por Misa hoy, habrían sido más de dos goles.
La segunda parte fue totalmente del Athletic Club. Dominó, estuvo cómodo, tuvo ocasiones para enchufar alguna más, y Nekane habilitó de espuela a Peke para convertir el 1-0.
El partido, por increíble que parezca después de leer estas líneas previas, seguía dando opciones al Real Madrid de sacar algo en Lezama, pero Athenea no batió a Quiñones y rozando el 90’, Azkona remató el partido y sentenció al Real Madrid.
Otra mañana más para olvidar del un femenino que no carbura, que se quedó sin gasolina en Manchester y que no da síntomas ninguno de mejoría. Mucho que mejorar.