CRÓNICA | Falta de acierto y empate injusto: Real Madrid Castilla 2 – 2 Atlético Baleares

Una crónica de: @Datemus

Llueve de lo lindo esta mañana en Madrid. El tiempo otoñal parece dibujar el paisaje melancólico del Castilla en lo que va de campaña. Un equipo cambiante, voluble, como la climatología propia de esta estación del año. El día que te dejas el paraguas en casa, te diluvia encima. Así luce sus meteoros en casa. En cambio, cuando sale fuera, te sacas el plumífero y te mata con un sol abrasador. Esos son sus partidos fuera, donde no ha conseguido rascar un solo punto.

Para tratar de fastidiar aún más este patrón, se presenta el Atlético Baleares, segundo en la tabla, con una de las mejores plantillas del grupo encabezada por el malagueño Dioni. El campo está rapidísimo por la lluvia. Los mallorquines, arrancan con esa presión adelantada asfixiante que tanto daño hace al Castilla, en especial durante los primeros minutos.

Alinea Raúl a Rafa Marín, Marvel y Carrillo como centrales (los dos primeros debutantes), Peter y Marvin como carrileros, Blanco y Dotor en el doble pivote, Arribas y Aranda de interiores y Gudjohnsen de ariete. Completa, bajo palos, Toni Fuidias. La táctica del técnico madridista resultó de lo más curioso: 4-3-3 cuando el equipo no la tenía y 3-1-3-1-1 cuando tocaba atacar.

Imagen: realmadrid.com

En el 9’, Aranda recibe una clara falta en la frontal tras una bonita combinación del Castilla aprovechando los espacios a la espalda de la defensa rival. El saque del propio Aranda rebota en la barrera y se va muerta al cielo de Madrid. Su bajada la espera Gudjohnsen, más listo que los ratones si es que existen en Islandia. Ve perfectamente como el meta René sale de forma alocada a despejarla de puños, lo que aprovecha para darse la vuelta, saltar y sentirse arrollado por el arquero balear, sumido en la captura de un racimo de uvas que en realidad no existía. El árbitro, perplejo, pareció por un momento no saber si seguir el ejemplo de sus colegas y sobreseer la descarada falta. Finalmente, en un reflejo de dignidad levantó su brazo, apuntó al punto de penalti y sancionó la pena máxima. El disparo de Arribas estuvo a punto de ser detenido por René, que le adivinó el sentido del chut y se estiró como una bala a despejar la pelota. El lanzamiento del media punta madrileño iba tan ajustado que se coló por el único resquicio existente entre la manopla del arquero y el palo, lo que nos permitió celebrar entre suspiros el 1-0 en el minuto 10’.

Poco nos duró la alegría. El partido era una ruleta rusa en la que el cuadro visitante apretaba el gatillo de su adelantadísima presión confiando en que la pelota no le llegara a Arribas con todo el campo por delante. El Castilla, tiraba del percutor rezando por no perderla mientras combinaba, muy cerca del área, en un campo de minas perfectamente sembrado por su rival. El partido estaba precioso. Los jugadores se llevaban el revolver a su sien y giraban dramáticamente el tambor en una sucesión emocionantísima de ocasiones de peligro en ambas porterías.

Una pérdida del Castilla muy cerca de la frontal obligó a Blanco a cometer falta y recibir amonestación. El saque directo lo ejecutó Hugo en el 14’, de manera perfecta, por encima de una barrera que probablemente debió de saltar más, poniéndola donde Fuidías no podía llegar. 1-1. El jugador visitante se lesionó en la acción y salió sustituido por Canario, que fue un auténtico martirio para Marvin y el resto de sus compañeros. Se desenvolvió con muchísimo peligro por la izquierda del ataque mallorquín en el primer tiempo, y por todo el campo en el segundo.

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No se amilanó el Castilla que encontró, una vez más, a Arribas como piedra clave con la que resolver el enlace entre defensores y atacantes. Cada vez que los blancos superaban la presión rival, la sensación de peligro era evidente, sobre todo por la inteligencia a la hora de venir a recibir,  controlar y crear del menudito diez del cuadro local. En el 18’, el madrileño condujo y abrió a su derecha a Marvin. El mallorquín centró y la pelota salió a córner.  El saque de Peter fue genial, como para que Carletto tomara nota y renunciara al gilicorner. Se la puso perfecta a Gudjohnsen, prácticamente en el vértice del área pequeña. El londinense no acabó de engancharla bien de cabeza, pero estaba tan cerca de la meta rival que remató abajo entre los palos. René hizo un paradón, pero no pudo evitar que el cuero quedara muerto para que el propio Gudjohnsen completara la jugada y pusiera el 2-1 en el marcador.

De ahí al final del primer tiempo, hubo una sucesión de jugadas de peligro evidente en ambas porterías que no se tradujo en disparos entre los palos.

En el 34’, Canario recibe en el área y forcejea con el debutante Rafa Marín. Cae y reclama penalti con toda clase de aspavientos hasta plantarse en las narices del árbitro y golpearlo. La acción mereció la expulsión, pero el trencilla, ya algo amilanado por las protestas continuas de los visitantes, resolvió la acción con amonestación.  El cuarto árbitro reclamó la atención del principal en la misma jugada y el entrenador de porteros del Atlético Baleares resultó expulsado. Una protesta en la que Arribas dijo “no hombre, no” a mucha distancia del árbitro y sin gestos corporales, se saldó con el mismo castigo que el del capitán del cuadro rival. Más de lo mismo. Lo de Canario ha sido un espectáculo tanto de acciones deportivas como de antideportivas. Tiraba de pillería hasta para protestar al árbitro en el túnel de vestuario poco antes del inicio de la segunda mitad.

Imagen: realmadrid.com

El segundo tiempo empezó vertiginoso. El primero en generar fue el Castilla. En el 49’, Arribas realiza otra gran jugada tras un robo de Marvel, monumental en su debut. Arribas combinó primero con Marvin y luego con Aranda. El granadino se internó en el área, caracoleó y soltó un centro chut peligrosísimo al que no pudo llegar Gudjohnsen.

No acababa de imponer su dominio en el mediocampo ningún equipo. Las acciones inmediatamente posteriores fueron de peligro del cuadro visitante.

Transcurrían los minutos con la pelota merodeando ambas porterías continuamente. El Castilla iba a más de la mano de un gran Sergio Arribas. Pero los insulares, sin apenas necesidad de combinar, buscaban los espacios a la espalda de los centrales blancos y de ahí, los centros al segundo palo fiados en la falta de experiencia y capacidad expeditiva de su rival en este tipo de balones.

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En el 64’, un envío lateral más del Atlético Baleares fue rechazado por la defensa blanca allá donde los cánones dicen que nunca se debe despejar: a la frontal del área. El balón fue recogido por Luca, que la envió hacia puerta de un soberbio empalme de empeine. Por si fuera poca la desgracia, la pelota encontró en su camino a Marvel. El rechace en el central blanco despistó por completo a Fuidías y terminó en la red. 2-2.

Continuó el Castilla jugando bien ante un gran rival. En el 70’, Arribas realiza una fantástica conducción que no pudieron parar ni los agarrones rivales. Cuando se interna en el área, todos le sueltan, todos le miran y todos esperamos una eternidad hasta ver si la perdía o no, perplejos ante la inacción del jugador local. Arribas, con esa pausa eterna propia de los 10, encontró a Aranda, cuyo quiebro y chut se marchó rechazado a córner por unos escasos centímetros, con René ya completamente batido.

En el 74’, el Atlético decidió dejar a uno de sus zagueros en uno para uno con Peter. Nadie acudió a la ayuda a pesar del tiempo consumido en varios amagos. Tantas facilidades resultaron en un caño del jugador local, que se internó en el área con todo el peligro del mundo y más sólo que la una. Lástima que Peter Federico resolviera muy mal con un centro chut intrascendente. Su propia jugada anterior merecía mucho mejor desenlace.

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En el 78’, el Atlético dio la réplica con una contra rapidísima con la que desarboló con dos toques de pelota a su rival. Tras un centro pasado desde la derecha balear, sólo el impresionante esfuerzo defensivo de Marvin impidió un remate a placer que a buen seguro habría acabado en la red.

En el 80’, Raúl movió el banquillo por primera vez en el partido. Carrillo, con gestos de tener molestias musculares, dejó su puesto a Sergio Santos, mientras que Gudjohnsen se marchó por Theo.

En el 84’, el Atlético demostraba lo poco que le costaba llegar a la portería blanca a pesar de la superioridad en el juego del Castilla a estas alturas de encuentro: un balón lateral a la altura de la divisoria fue rematado de cabeza por Vinicius Tanque, obligando a Toni Fuidías a detenerla.

Imagen: realmadrid.com

En el 87’, con los visitantes sintiendo el esfuerzo realizado durante todo el partido, Antonio Blanco sale con una espectacular conducción desde campo propio. En la frontal del área contraria se la cede a Arribas, que de nuevo la devuelve a Blanco, que se la cede de tacón a Arribas, que se la pone a Dotor, en una jugada maravillosa, espectacular, llena de fulgurantes combinaciones de primeros toques y desmarques. El bueno de Dotor tenía ante sí prácticamente un lanzamiento de penalti. Solo, a bocajarro, su golpeo de interior salió demasiado centrado y René desvió una pelota que, de haber terminado en la red, habría puesto justicia en la jugada y en el marcador, en especial por lo que se vio durante el segundo periodo.

El entrenador visitante, muy avispado y acertado, ante el manifiesto agotamiento de su escuadra, dio entrada a varios jugadores de refresco para afrontar el descuento. La jugada le salió bien, ayudado en un árbitro que dejaba dar por un lado y que ni siquiera esperó, en una acción de manifiesto peligro local, a la finalización del descuento otorgado para pitar el final del partido. Ya sabemos cómo se escala en la RFEF. Con todo, justo es reconocerle al colegiado que, por una vez, no se acobardó en las áreas y no resultó especialmente determinante en el marcador.

Empate en casa. Primeros dos puntos que vuelan como local. Eso sí, ante un gran conjunto que, de manera sorprendente, no consigue el ascenso a pesar de llevar ya años reuniendo un gran elenco de jugadores. El juego del Castilla en el segundo tiempo fue vistoso e incluso brillante. La presencia de Arribas en el filial compensa la plaga de bajas y lesiones de la escuadra de Raúl. Su presencia es garantía de buen juego ofensivo. Los de Raúl se esforzaron mucho también en defensa y estuvieron bien ordenados y comprometidos con sus compañeros. Si algo hay que reprocharle a este equipo es cierta ausencia de capacidad expeditiva en los uno contra uno con los delanteros rivales, algunas pérdidas muy peligrosas ante la presión adelantada rival y la falta de puntería. Este último ha sido hoy el factor más determinante. Ojo porque este equipo ha perdido a Marc Gual hace dos campañas, a Hugo Duro hace una y se presenta en la actual con Latasa lesionado, y con un Gudjohnsen y un Theo que han de dar necesariamente un paso adelante con el que reclamar que son dignos arietes del segundo equipo del Real Madrid. Esperemos que así sea.

Por último, enviar desde El Diario de Mou un abrazo a todos los jugadores del Castilla lesionados y en especial a nuestro centrocampista Morante, al que deseamos una rápida y completa recuperación de su lesión en el menisco.

 

FICHA TÉCNICA

Real Madrid Castilla: Toni Fuidias, Blanco, Marvin, Dotor, Arribas, Peter, Carrillo (Santos, 82’), Rafa Marín, Gudjohnsen (Theo, 82’), Aranda (David, 87’) y Marvel.

Atlético Baleares: René, Iñaki, Delgado, Armando (Pedro, 90’), José Fran, Vinicius Tanque, Luca, Hugo (Canario, 20’), Dioni (Orfila, 90’), Ignasi y Damián.
 
Goles:

1-0 (min. 11): Arribas, de penalti.
1-1
 (min. 14): Hugo.
2-1
 (min. 18): Gudjohnsen.
2-2
(min. 64): Luca.