Un articulo de: @Charlie_Brabus
Aquella noche de Kiev donde conseguíamos reescribir la historia marcando un nuevo hito que difícilmente podremos ver ya no superado sino igualado tan si quiera, aquella noche este equipo escribía los primeros párrafos de su epitafio. Y no es solo que CR decidiese “amargarnos” la noche haciendo públicas sus intenciones que más tarde se hicieron realidad. No fue solo eso, no queramos tapar el sol con un dedo.
El equipo aquella temporada comenzó a dar síntomas de cierto agotamiento futbolístico (temporada en la que estaba CR por eso digo que ese no fue el único problema). Se seguía compitiendo bien, en Europa al menos, pero todo era mucho más ajustado y parecía por momentos dar la sensación de que el equipo iba con el gancho.
Se marchó Zidane, se marchó CR y se empezaba un nuevo ciclo sin apenas modificaciones en una plantilla que comenzaba a pedirlas a gritos. Lo que vino fue un espanto, una demolición televisada y pública. Una pesadilla de temporada que termina con tres entrenadores, perdidos en liga, humillados salvajemente en Europa y con ciertos jugadores retratados y difícilmente recuperables. Aquello fue dramático pero más dramático es que, actualmente, la situación no ha variado en exceso. Cierto es que con dos títulos por el camino que por supuesto ahí están, pero las sensaciones y el tufillo que suelta este equipo siguen siendo similares a lo que nos dejó aquella temporada que muchos llamaron “de transición” (por cierto sin que se les cayese la cara de vergüenza).
Imagen: elespañol.com
Los males del Madrid actual no difieren mucho de los que ya había allá por 2018. Una plantilla prácticamente idéntica con ciertos integrantes que están a eones de ser quienes eran y de tener el tono físico y futbolístico que tuvieron. Un entrenador que nos trajo la gloria, al que estaremos eternamente agradecidos, pero que cada partido que pasa da muestras de no ser el idóneo para lidiar con la situación actual debido a que, probablemente, la gratitud hacia esos jugadores le hace no ser capaz de mirarlos desde un punto de vista meramente deportivo. Los mira como un padre a sus hijos y esa mirada ni le ayuda a él, ni les ayuda a ellos y, de rebote, está lastrando al club.
A todo esto, podemos sumarles que las caras nuevas de la plantilla tampoco es que hayan aportado gran cosa (salvo Mendy que si ha aportado fortaleciendo defensivamente esa autopista de banda izquierda). Caras nuevas que en algunos casos no respondían a las necesidades que la plantilla tenía y tiene y que son palmarias: delantero centro y sustituto de Casemiro por ejemplo. Ahora se están viendo más necesidades si cabe como un central de garantías (lo de Militao ha estado bien como chiste pero hasta ahí) en previsión de que Ramos tiene una edad e incluso otro central más que haga que Varane despierte porque su rendimiento está dejando mucho que desear, u otro lateral izquierdo que compita y complemente a Mendy dada la “sorprendente” dimisión física y futbolística de Marcelo.
El fútbol en estos dos últimos años ha cambiado mucho (y no hablo exclusivamente de la pandemia que también lo ha variado por supuesto), ahora se impone una exuberancia física que haga que domines los partidos desde la presión y el ocupar inteligentemente todas y cada una de las zonas del campo. Además de una alta velocidad de juego proporcionada por ese físico inconmensurable (solo hay que ver al Liverpool, Bayern, etc.). Este equipo tiene un ritmo de juego totalmente incompatible con los tiempos que corren, todo son pases al pie, en estático, donde la horizontalidad se impone a cualquier atisbo de pase en profundidad o un desmarque de ruptura. Es un juego predecible, lento y tedioso que es fácilmente defendible por cualquier equipo que sepa ser organizado atrás. Ya está, el Madrid anulado. Con esto puede darte para una Liga tan devaluada y falta de calidad como la española (ya se vio que el año pasado dio y el juego era similar al actual) pero para pasearte por Europa es imposible que puedas llegar muy lejos con estos mimbres. De hecho, se está viendo en esta fase de grupos en la que vamos a sufrir lo indecible para pasarla. No me invento nada vaya.
Imagen: elmira.es
¿Por qué juega el Madrid tan lento?, pues quizás tenga que ver con que los encargados de hacer funcionar al Madrid cumplen años como todo ser humano que se precie. Porque Modric tiene 35 años y juega (deliciosamente bien eso sí) a lo que su físico le permite y en cuanto los partidos cambian a otro ritmo que se salga de su velocidad de crucero, nos hacen ver su cruda realidad. Porque Casemiro está sin recambio desde hace ni se sabe y como ser humano que es llega un momento que no puede más (su inicio de temporada está siendo bastante pobre y se le ve muy lejos de su mejor tono físico). Porque Kroos es un metrónomo en este equipo pero sus transiciones de balón nunca se han caracterizado por ser rápidas sino eficientes. Está por ver que pueda combinar esa eficiencia con rapidez ahora que se acerca a la treintena. Porque los laterales que fueron piezas clave otrora ahora sencillamente no están: en la derecha porque Carvajal es de cristal aparte de llevar dos años absolutamente ausente en cuanto a rendimiento y Odriozola pues… seré benevolente y diré simplemente que no da la talla, en la izquierda porque Mendy defensivamente es un frontón pero ofensivamente no llega (obviamente) a lo que aportaba el dimitido Marcelo (dimitido porque se ha consentido que dimita). Jugamos lento porque sencillamente nos falta físico y frescura. Valverde es el único que representa el fútbol de hoy en día, y con uno únicamente no nos da. En los años gloriosos el equipo se cimentaba en una bestia en área rival que en los momentos clave aparecía y martilleaba a quien tuviese en frente, además de una serie de futbolistas en el climax de sus carreras que “volaban” y ofrecían un rendimiento excelso. Ahora no tenemos ni una cosa, ni otra. Y a partir de ahí habría que haber trabajado y no se ha hecho así. Se ha pretendido seguir jugando igual sin tener las mismas herramientas ni en las mismas circunstancias. Insostenible.
Este Madrid actual ha de cambiar su pretensión de juego (sea la que sea porque desde mi corto entender yo no la se ni por asomo). Debe ser consciente que arriba ya no mete miedo a nadie, no puede jugar esa baza. Debe hacer de su seña de identidad la fortaleza defensiva (esa que se consiguió post confinamiento aunque con matices porque en muchos de esos partidos no se encajó pero el mejor fue el portero). Y desde atrás empezar a construirse con piezas que aporten verticalidad, rapidez y físico. Adaptarse a lo que fútbol contemporáneo pide.
Ahora bien, eso pasa por una reestructuración de plantilla (reestructuración que se atisbaba necesaria desde 2018, por tanto va tarde ya de por sí) que es muy fácil de reclamar pero que siendo realistas se antoja difícil de acometer sobre todo por las circunstancias económicas que ha causado el COVID pero también por la complicada salida que tienen ciertos integrantes de la plantilla por sus sueldos, edad, etc. No es una operación que se vaya a poder realizar en una ventana. Creo que es un proyecto que debía haber sido y debe ser a largo plazo lo que requiere una planificación detallada y una voluntad de realizar. Pero, ¿existe esa voluntad?…
Imagen: besoccer.com
Porque aquí entra ahora la figura de Zidane. Vaya por delante que a Zidane yo personalmente le voy a agradecer siempre lo conseguido y la felicidad que me ha aportado con los títulos obtenidos y las tardes y noches inolvidables. Llegó en un momento delicado y supo sacar jugo a lo que tenía entre manos con un libreto más centrado en lo anímico que en lo táctico pero que resultó ser exitoso. Dicho esto, con su vuelta en 2019 en un pod de esta casa dije que me generaba dudas si era el indicado para hacer la reestructuración que el equipo demandaba. Las dudas me las ha disipado por completo y, a su vez, ha respondido a la pregunta de porque se marchó en 2018. Porque no quería realizar esa “limpia” dado el apego emocional que le vinculaba a muchos de los integrantes de la plantilla. En ningún ámbito de la vida se debería mezclar lo sentimental o personal con lo profesional porque el hacerlo no suele acabar bien y porque te hace tener una visión sesgada de realidad que te abofetea inexorablemente.
Roza lo delirante la confianza o devoción en jugadores de esta plantilla que han mostrado con creces que no están ya para estos trotes (unos por dejadez y falta de disciplina con expediente abierto en el club incluso, otros por evidente falta de aptitudes y otros porque sencillamente ya no pueden ni con sus botas). Este empeño suyo está costando puntos y está sembrando desesperación a la par que indiferencia por la falta de transmisión de este equipo. A veces da la sensación de que no hay nadie al volante de esta nave pero me niego a pensar que Zidane tire piedras contra su tejado. Creo que simplemente lo que la plantilla demanda actualmente Zidane no se lo puede dar y eso sabemos la solución que tiene. Pero se ha de tener en cuenta que quien entre se encontrará con la misma situación económica (o peor) y con la misma situación contractual de ciertos jugadores que hace que sea quimérico poder darles salida sin palmar pasta de por medio.
¿Y el club?, la presidencia y la dirección deportiva también han de tener su papel en esta historia. Se ha apostado por “talento joven” dado que competir con los “clubes estado” es imposible. ¿Qué ha aportado ese talento joven?, ¿es la solución que demanda este equipo?. A mí la filosofía no me parece mal siempre y cuando no hagas de ella un enrocamiento contraproducente. Convendría combinar esa juventud con jugadores contrastados (que no veteranos) dado que ciertas posiciones son muy delicadas y requieren de un rendimiento a más corto plazo. Parto de la base que son críos de 18, 19 o 20 años y que su condición exige paciencia por supuesto y que son otros quienes deberían cargar con el peso de sacar esto adelante. Pero también es cierto aquello de que “el Madrid no espera a nadie”. Rodrygo tiene trazas de muy buen futbolista pero lleva ya dos temporadas y hay que empezar a exigirle que no vaya al pase fácil, que encare y se arriesgue. Vinicius es lo contrario, se atreve y encara pero a mi personalmente me desespera. Muestra una falta de formación básica a la hora de ejecutar un simple disparo a puerta por no mencionar que suele tomar una decisión correcta de cada 100 que se le presentan. Todo eso se aprende sí, pero el Madrid no paga 45 millones para formar a nadie (al menos no debería vaya) porque para formar ya tiene su cantera. Aun a riesgo de lloverme palos, dije y mantengo que es un jugador que pide una cesión a gritos.
Imagen: depor.com
Resumiendo, que hay varios problemas en este equipo. Problemas que vienen de atrás solo que ahora, al no haber tomado medida alguna en determinados aspectos/posiciones, se muestran mucho más flagrantes y acuciantes. El Madrid, y por extensión el madridismo, debemos aprender a decir adiós a jugadores que por mucho que hayan aportado ya no están en un momento de forma que les permita rendir en un club de la exigencia del Madrid. Sin hacer de eso un trauma o escuchar el tan manido “con lo que nos ha dado”. No se puede siempre esperar a que el jugador X se arrastre por el campo y el Bernabéu lo corra a silbidos y abucheos. Se ha de poner la venda antes de llegar a esa situación tan nociva.
En fin, que como decía Loquillo, “Cuando fuimos los mejores las camareras nos mostraban la mejor de sus sonrisas en copas llenas de arrogancia”. Ahora las camareras nos desprecian y nos dicen que están cerrando con rostro serio porque nos ven como a un borracho más que busca simplemente rememorar tiempos mejores con alcohol.