Desesperanza blanca

Un articulo de: @resurreccion_93

Escuchaba a mi compañero @Charlie_Brabus en el último pod de @eldiariodemou una reflexión que definía 100% cual es mi estado de ánimo  con respecto al club de mis amores. Hablaba de sentarte a las 4 de la tarde de un Domingo a ver jugar a nuestro Real Madrid y sentirte invadido por un profundo sentimiento de desesperanza, en vez de tener la maravillosa sensación de la ilusión  por ver competir a nuestro equipo, siento una terrible desgana, un terrible convencimiento de que lo que voy a ver no me va a agradar, sino todo lo contario, preferir que no se celebrara el partido, que no juegue el Madrid. A ese punto de desilusión y tristeza hemos llegado muchos, ver que según se acerca la hora del partido, va invadiéndote una sensación de cabreo, de angustia, de ojalá surja algo que me impida tener que sentarme a sufrir viendo un nuevo espectáculo insulso y descorazonador de los individuos que portan nuestro amado escudo.

El próximo sábado a las 4 de la tarde, no podré ver el derbi y lo que hace unos años hubiese sido un cabreo sideral, hoy es un autentico alivio. Tengo una excusa de peso para abdicar de sentarme a sufrir. En otro tiempo estaría buscando la manera para escaquearme de mi compromiso social para poder vibrar con mi equipo. Cuantos derbis recuerdo asistiendo a bares “enemigos” para disfrutar de la batalla que además casi siempre caía de nuestro lado. Se me viene a la cabeza aquel derbi de Buyo desquiciando a los Futre y compañía. Este sábado se que nada de eso se escenificará en nuestro sacrosanto templo del Bernabéu, más bien puede venirse un nuevo ultraje del enemigo a nuestro estadio ante la impotente mirada de unos jugadores sin implicación, sin intensidad, completamente inocuos que ni sienten ni padecen; nuestras sensaciones son terriblemente negativas somos profundamente pesimistas pero  no porque nos de miedo la derrota, sino porque sabemos que nuestras “vedettes” no tienen ni siquiera ánimo de competir cuando el partido se pone mínimamente cuesta arriba. Ese es nuestro sentimiento de desesperanza que, cada vez más, intuyo en el madridismo; ni siquiera los más viscerales como yo, tenemos ya ganas de batallar tras la derrota, porque no hay nada que defender, no hay nada en que justificarnos, hay la nada mas absoluta; no hay cosa más frustrante que instalarse acomodaticiamente en la mediocridad, y este equipo de burgueses indolentes se encuentra como pez en el agua en esa mediocridad; tras la ansiada Décima que lucharon hasta la extenuación por odio a Mourinho, han decidido renunciar a cualquier tipo de lucha, a cualquier tipo de sensación cercana al honor y la dignidad, a la grandeza. Son absolutamente felices en ese limbo futbolístico, donde ni luchas por ganar, ni por superarte, obviando totalmente el sentimiento de la afición, el sufrimiento que generan en los seguidores.

Desespero ante esta situación de adocenamiento institucional y deportivo, nuestra lucha hoy es conseguir evitar la fase previa de UCL la próxima temporada y nadie reacciona, ningún jugador, ningún dirigente, nadie ¡Por Dios! ¿Hay alguien con una gota de sangre madridista en ese club? Tiemblo de manera aterradora ante lo que pueda suceder el próximo 2 de Abril en la cuadra infecta ante un equipo, ese sí, que no se cansa de humillarnos, que sabe bien que se va a enfrentar a una pléyade de funcionarios del deporte sin tensión, sin ganas y sin vergüenza; lo saben y van a buscar la yugular de esos hijos de p… para mayor regocijo de los orcos que llenaran esa podrida cueva inmunda y no pararan hasta desangrarnos, no a los abúlicos impresentables que portarán las camisetas, a esos todo se la sopla, sino a nuestro club, a una entidad a la que odian visceralmente. Sus jugadores lo saben y no ahorraran esfuerzos para deleite y solaz de su nauseabunda afición. Respetan a los suyos, les importan. A los nuestros no. Mientras nuestra banda de traidores impotentes, irá a cumplir el expediente sin la más mínima intención de resarcir nuestro orgullo herido por el 0-4, porque ni saben  lo que es el orgullo ni lo sabrán en su puñetera vida. Después del partido saldrán excusándose vergonzosamente y cuando lleguen a Madrid poblarán los reservados de sus restaurantes, discotecas y burdeles preferidos que es lo único interesante que para ellos tiene ser jugadores del Real Madrid.

Lo que más me duele y enerva es que aún habrá tontos de baba que me bajarán del carro a empujones, un carro construido con sudor, esfuerzo, honor y casta por Miguel Angel, Benito, Camacho, Stielike, Gallego, Sabido, Pineda, Juanito, Santillana, Pirri, Butragueño, Michel, Hugo Sanchez, Chendo, Sanchís, Hierro, Raul, Zidane… ellos construyeron mi carro de madridismo en el que yo orgulloso he paseado toda mi vida en las victorias y en las derrotas para que ahora unos mojabragas de tres al cuarto me quieran bajar dándome lecciones de madridismo piperil, conformista y estúpido, arrebatándome el carnet de madridista que me gané con títulos y desilusiones (nunca oprobio ni vergüenza) junto a unos jugadores a los que nunca faltó dignidad y amor propio.

Seguid lamiendo el culo a esta banda de mercenarios indolentes, seguid defendiendo a estos ladrones de ilusiones, hasta que terminen convirtiéndonos en un nuevo Liverpool, Inter o Milan, dinosaurios extinguidos de la élite futbolística. Días de plomo y vergüenza toca vivir al equipo más grande de la historia del balompié y a sus aficionados que peregrinamos en esta horrible DESESPERANZA BLANCA…

¡HALA MADRID…Y NADA MÁS!