Una crónica de: @MiedoEscenico2
El subidón de la victoria en el Nou Camp animaba a pensar que el Real Madrid podría rectificar el error cometido la semana anterior, esos “Ganadores desganados” ante el Shaktar, que se dejaron tres puntos, el orgullo y la dignidad en una primera parte funesta, como nos contó @Datemus. El rival era el Borussia de Moenchengladbach, un equipo que evocaba buenos recuerdos, por haber pasado la eliminatoria en aquel partido épico de 1985, cuando el sobrenombre de este humilde cronista era algo más que un recuerdo. Pero tampoco había que olvidar que aquella hombrada se tuvo que hacer por llevarse 5 en Alemania, así que confianzas las justas. Zidane repetía calcado el once de Barcelona, con la necesaria sustitución de Nacho por Lucas Vázquez en el lateral derecho. El resto de la defensa, Varane, Ramos y Mendy, por delante del portero Courtois. El centro del campo, Casemiro, Kroos y Valverde. Y arriba, Asensio partiendo desde la derecha, Benzema en el centro y Vinicius Junior para percutir desde la banda izquierda.
El primer minuto de partido vio al Borussia presionando muy arriba, el Madrid muy abierto, y un remate alto de Benzema casi desde la banda. Los siguientes fueron un calco, los teutones apretaban en la presión alta, y el Madrid sacaba el balón jugado, paciente, hasta llevarlo al otro lado del campo, donde Lucas ponía un centro peligroso en el minuto 5, al que no llegaba Benzema, o Casemiro lanzaba un cañonazo fuera en el 7. El Madrid también presionaba arriba con Valverde desplegando sus alas, y yendo a cada balón con fuerza y acierto en bastantes ocasiones, y cada jugador blanco tomándose el perder una pelota como un agravio personal.
Otro remate alto de Benzema y un centro magnifico de Lucas que no pudo rematar Vinicius en el área pequeña fueron llegando, con el Borussia tratando de salir a la contra, casi abandonada aquella presión alta de los primeros minutos, pero con el mismo éxito en una cosa que en la otra. El Madrid, mientras tanto, iba llegando, forzando jugadas que acababan en córner, como un remate de Casemiro tras dejada de Benzema o una entrada por la derecha de Vinicius, también a pase del galo. Pero sin pólvora ni ocasiones meridianamente claras, puedes llegar las veces que quieras, que el marcador no se mueve. Aun así, hay que admitir que el balón fluía con más velocidad que en partidos anteriores, y que ésa parecía ser la clave para generar cada vez más peligro.
Imagen: realmadrid.com
En el minuto 27, Ginter tuvo la desgracia de despejar de cabeza antes de que llegara Casemiro, y el brasileño le estampó ese poderoso adoquín que tiene sobre los hombros, cometiendo falta y dejándole pensando en Goethe o algún primo suyo. Poco después, una buena jugada madridista fue culminada con un gran disparo de Kroos desde la frontal que Sommer envió a córner. El córner lo lanzó el propio Kroos y lo cabeceó Benzema a las manos del cancerbero suizo. Un remate de Asensio alto culminó el breve asalto blanco al área alemana, poco antes de cumplirse el minuto 30 de partido. Para entonces, el Borussia no sabía aún lo que era tirar a puerta, mientras el Madrid llevaba ya dos remates a puerta y cuatro fuera.
Y, en el minuto 33, se dió la jugada en que el Borussia llegó, remató por primera vez y marcó, en un desajuste defensivo merengue -más merengue que nunca, como decía aquél-, que dejó en ventaja a Thuram para mandar el balón a la red y establecer el 1-0. El VAR lo revisó, pero no supuso cambio alguno en la decisión. Y el Madrid retornó a su asalto, pero con un puntito más de ansiedad que antes, especialmente representada por el joven Vinicius, que trató de estar en todas y en todas se fue equivocando. Asensio, en el 38, estuvo cerca del gol, aunque un pase atrás quizá hubiera sido más funcional, y Sommer despejó el remate del mallorquín, muy escorado.
Llegó el descanso y la sensación era la de que los jugadores madridistas eran como ositos de peluche, aquel Gizmo de los Gremlins, intentando marcar goles a base de abrazos y mimos, mientras que los germanos habían hecho un “aquí te pillo, aquí te mato” de toda la vida, aunque no tenemos muy claro cómo se dirá eso en alemán, una bala, un tiro, un gol. La vuelta de los vestuarios vio un inicio relampagueante del Madrid, con un córner que acabó con remate de Asensio al larguero. En el minuto 49, otro remate de Asensio tras una meritoria jugada de Mendy por la izquierda acabó en córner, rechazado por un defensa. En el 50, Vinicius de nuevo desaprovechaba una magnifica internada de Valverde desde la banda hasta el área pequeña, mandando el pase atrás del charrúa fuera con un remate penoso. Los ositos de peluche seguían jugueteando con inconsciencia y sin acabar de convertir las llegadas en algo práctico.
Imagen: realmadrid.com
Y, puestos a ser prácticos, los jugadores del Borussia llegaron la segunda vez y volvieron a meter gol, de nuevo por medio de Thuram, mientras los centrales blancos estaban no se sabe muy bien dónde. La defensa merengue parecía un convento de monjas ursulinas mientras los potros aparecían lo justo, pero se llevaban el botín con tranquilidad y precisión. Corría el minuto 58 y el 2-0 generó más confusión que reacción en los blancos. En el 61, casi llegó el tercer gol teutón, gracias a un uno contra uno de Plea ante Courtois, que el belga desbarató con oficio saliendo con el pie. Y, a partir de ahí, el equipo blanco se dedicó a dominar con la misma mordiente que Pocoyó, mientras los potros se dedicaban continuamente a replegarse con orden y a cometer faltas tácticas que rompían el ritmo y el juego merengue.
A falta de 20 minutos, Zidane decidió hacer cambios, y se retiraron Kroos y Vinicius para que entraran Modric y Hazard, que debutaba con el equipo blanco en esta temporada. Pero la verdad es que aquello apenas cambió nada, solamente una fantástica jugada de Benzema en el flanco izquierdo del ataque le permitió dejar un auténtico regalo en el sitio justo en el que entraba Hazard en carrera al área, pero el belga mandó el remate al lateral de la red. Entre el minuto 82 y el 84, ZIdane hizo otros dos cambios: envió a Ramos al área rival y metió a Rodrygo por Asensio. Y eso le dio al equipo un último empujón anímico. Empezaron a arder los clavos y el Madrid, aguantando un par de empellones alemanes en salida al contraataque, volvió a buscar el gol con otra cara, como si a los ositos de peluche les hubiera mojado el sudor de un revivido Juanito o de la camisa de Camacho, y se hubieran transformado en los gremlins.
Un buen centro de Rodrygo al punto de penalti no encontró rematador, pero la asociación entre él, Lucas Vázquez y el centrocampista que cayera por allí, a veces Modric y a veces Valverde, multiplicó el peligro madridista por unos minutos. Un par de minutos después, la jugada entre el joven brasileño, Modric, Lucas y Valverde, acabó con el charrúa entrando hacia la línea de fondo. Puso el centro muy pasado y, junto a la portería, apareció un enorme Casemiro, que bajó el balón con su adoquín hacia el área pequeña. Allí, Benzema, al fin con una posibilidad de remate clara, enganchó una media volea cayéndose que entró en la portería de Sommer, e hizo subir al marcador el primer gol madridista en el minuto 87.
Imagen: realmadrid.com
Poco después del saque de centro, Rodrygo de nuevo percutió por banda derecha, sin que su centro tuviera éxito encontrando rematador. Y fue, tras otra intentona insistente de buscar el lado derecho, cuando Lucas Vázquez recibió de Modric, atrajo al defensa, y le devolvió al croata el balón y la tranquilidad para poder centrar sin oposición. El príncipe la puso en el área, Ramos la bajó de cabeza, imperial, y Casemiro, con toda la mala leche posible, metió el pie y mandó el balón dentro de la portería, manteniendo con vida las esperanzas del madridismo una jornada más al marcar el 2-2. Era casi el minuto 93, y revivieron las flores, los buenos recuerdos y la nostalgia de aquellos días, mientras el partido finalizaba con otro susto.
Empatar por los pelos en el campo del peor equipo del grupo, después de haber perdido en la primera jornada contra el Shaktar, no puede hacer feliz a un madridista, salvo si ha visto el partido, y sabe lo que significa este empate, por ganar un punto, y evitar que el rival se lleve los tres. El juego ha sido mejor que en otros partidos, especialmente en la primera parte, fluido, más rápido, pero al final en este deporte gana el que domina las áreas, y hoy el equipo blanco no lo hizo hasta el último suspiro. Mucho habrá que mejorar en los próximos partidos, tanto en concentración y actitud en la zona defensiva, como en el acierto frente a la portería rival. Porque ahora mismo la clasificación para octavos sitúa al cuadro de Zidane en una posición de máxima exigencia, y recibe el martes al Inter de Milán en Valdebebas, donde ha perdido sus dos últimos partidos. Esperamos no tener que recuperar a Santillana para ese día, pero no estaría de más que algunos jugadores vieran algunos de aquellos partidos de los años 80 contra los transalpinos. Para entender que tenemos que jugar como gremlins cabreados desde el primer minuto hasta el último, si queremos ganar.
RESULTADO FINAL
Borussia Moenchengladbach, 2 – Real Madrid, 2.
GOLES
33’ 1-0 Thuram
58’ 2-0 Thuram
87’ 2-1 Benzema (asistencia: Casemiro)
93’ 2-2 Casemiro (asistencia: Ramos)
REAL MADRID
1 Courtois
17 Lucas Vázquez
5 Varane
4 Sergio Ramos
23 Mendy
14 Casemiro
8 Kroos (minuto 70, entra 10. Modric)
15 Valverde
11 Marco Asensio (minuto 84, entra 25. Rodrygo)
20 Vinicius Junior (minuto 70, entra 7. Hazard)
9 Benzema
ARBITRAJE: Grinfeld (Israel)
Amonestó por el Real Madrid a Casemiro (min. 89).
Entre ositos, monjas y gremlins, se nos escapó la victoria….