Un articulo de: @resurreccion_93
El nivel de perversión al que ha llegado la prensa deportiva madrileña es absolutamente sorprendente, se que uno no debería extrañarse a estas alturas de nada de lo que estos perigolfos desvergonzados publiquen en sus infectos medios, pero mi ingenuidad es tal que cuando pienso ya que su nivel de ignominia ha llegado al máximo, los Relaño, Campillo y compañía parecen ponerse de acuerdo para que abra los ojos y me de cuenta de una vez por todas que su antiflorentinismo unido a su antimadridismo pueden llegar a cotas de desvergüenza aún mucho mayores.
El aquelarre mediático de este fin de semana puede pasar desapercibido para el pipero medio que se empapa el ASco y el Marça con la habitual rutina que los cerdos solazan en el fango, sin ver maldad en sus sibilinas intenciones de ensalzar al Farsa y desprestigiar al Madrid. Todo comienza el Sábado con el partido que el Madrid disputó contra el Bilbao (como bien dice Daniel Heredero) en el que como viene siendo habitual desde hace años, fuimos nuevamente atracados, el escándalo queda tapado por la victoria, pero no debería quedar en el olvido el robo con consecuencias a una semana vista que perpetró el trío arbitral de turno, lo del colegio de árbitros dependiente de esa corrupta mafia que es la Federación Española de Futbol con un presidente acorralado por los escándalos, presidente que continua siéndolo gracias a la traición que Gaspart llevó a cabo al resto de clubes que habían pactado que fuese Gerardo Gonzalez el nuevo presidente y que claro Villar debe agradecer al equipo de Narnia con todos los títulos a su alcance (¿Qué más puedo darte Sandro?), ese colegio de árbitros ya no se corta y designa para el partido a un sinvergüenza colegiado en Cataluña para hacer al Madrid todo el daño posible; tras perdonar la amarilla varias veces a De Marcos por sus reincidentes patadas y agarrones a Cristiano, el muy golfo, viendo que en este partido nada podía hacer pues la superioridad del Madrid era manifiesta, decidió empezar a manipular el de la siguiente jornada mostrando a Varane dos infames amarillas, que ni siquiera eran falta, con lo cual el francés fue expulsado y no será de la partida en Málaga ¿Cómo reaccionó la “Central Lechera”? Con absoluto silencio. Esta definición de Guardiola es una de las mayores aportaciones que el hipócrita meacolonia ha hecho a su club, ha conseguido que desde estos infectos medios presuntamente madridistas redoblen sus esfuerzos en demostrar que no lo son. No dieron altavoz a tamaña manipulación, Varane no jugará en Málaga injustamente pero ninguno medio clama para recordarlo. Ellos bastante tenían con airear la lesión de Bale, todos los minutos que no ha jugado y recordarnos lo malísimo que era Benítez, que no era condescendiente con ellos en las ruedas de prensa. El robo manifiesto, sibilino, abyecto no les interesaba, eso no es noticia para los medios de la “Caverna Madridista”.
El bochorno continúa el Domingo tras el partido en culerlandia. La “central lechera” era uno orgasmo inacabable ante la exhibición del “Hormonado Team”. La prensa de Madrid sucumbe cual doncella primeriza ante las chulerías grotescas de los defraudadores azulgranas ¿Para qué pararse a analizar la ilegalidad del gol tras el penalti vacilón? ¿Para qué detenerse en la humillación al equipo contrario regodeándose en chulería, ejecutando un penalti en modo choteo en un partido ya encarrilado? Recuerdo los palos que le cayeron a Cristiano cuando en una ¡Final de Champions! tras sentenciar con un penalti la victoria y por consiguiente conseguir su primera UCL con el Madrid que alcanzaba así la ansiada Décima, se quitó la camiseta para desatar la tensión contenida durante un áspero y bronco partido que estaba perdido hasta el minuto 92. Chulo y prepotente fueron las lindezas más suaves que tuvo que soportar el portugués. Sin embargo la tropa de defraudadores fueron elevados a los altares por humillar a un modesto equipo de la liga en un partido intrascendente que jugaban en su estadio y que ya ganaban 3 a 1 entre otras cosas porque el trencilla de turno había permitido al enano hormonado adelantar el balón 10 metros en la falta que propicia el primer gol y qué no señaló una clarísima mano de Piqué (otra más) con 1-1, pero… ¿Le va a importar eso a Relaño? ¿Va a hacer hincapié en eso un antimadridista atlético confeso como Campillo?
Como muestra un botón, para esta pléya de nauseabundos juntaletras es más escandalosa la imputación de Benzema pendiente de juicio, que una condena firme por estafa con resultado de un año de prisión para Mascherano. Si esa prensa fuese madridista clamaría a diario para que el club del país imaginario diese una lección de ética y apartara de su plantilla a un delincuente condenado a un año de cárcel por estafar al fisco del país que le acoge; haría hincapié un día sí y otro también sobre las numerosas causas penales por estafas al erario público que salpican a todos los niveles de ese club. Sin embargo prefieren entretenerse en las multas de tráfico de los jugadores del Madrid.
Una vez que Cristiano ha superado claramente en la faceta goleadora al chico que sospechosamente vomita en el campo, los goles ya no son lo importante, ahora priman las asistencias ¡Repugnante!. Estamos solos, lo sabemos desde hace tiempo, cuando éramos un equipo con actitud y con ansias de títulos podíamos defendernos sin que se rieran de nosotros, hoy ante la actitud desidiosa de nuestros jugadores, cada vez que nos quejamos nos restriegan espectáculos bochornosos como el 0-4 donde la superioridad deportiva fue evidente gracias a la deslealtad y desinterés de los nuestros. No podemos alzar la voz hasta que nuestros jugadores sean conscientes de que esos que les pasan las manos por el lomo para tener información privilegiada son los enemigos del club al que representan y que deben centrar todos sus esfuerzos en el campo y allí reivindicarse ellos y defendernos a nosotros. No hay más. Hoy en Roma tienen una nueva oportunidad para enderezar el rumbo.
Los culerdos estuvieron callados cual meretrices durante años porque Bernabéu sabía cómo tratar a esa gentuza, al igual que a la vil prensa. La pérdida de respeto comenzó con su muerte. Aún recuerdo como mi padre interpelaba al pobre Luis de Carlos (educadísimo pero débil) en un encuentro en la Peña Alcalaína, a principios de los 80 preguntándole hasta cuando iba a continuar echando “PERLAS A LOS CERDOS”… Papá aún no hemos parado, el madridismo institucional sigue cautivo de un estúpido señorío que alimenta el solaz de esa nauseabunda cabaña porcina ¿Hasta cuándo?.
¡HALA MADRID…Y NADA MÁS!